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Narrando desde el mostrador

Por Javier Esturillo - Febrero 05, 2019
Narrando desde el mostrador
Óscar López-Collado, con la obra ganadora del premio nacional. Foto: Javier Esturillo

Óscar López-Collado, que regenta una tienda de 'todo a cien' en la calle Virgen de la Capilla, acaba de ganar el premio nacional El Corcel Dorado, de Entrelíneas Editores, con su tercer libro, Mi última voluntad

Un día, al salir del colegio, Óscar López-Collado se tropezó con un libro. Era En busca del unicornio, del urgavonense Juan Eslava Galán (Premio Planeta 1987). Lo recogió del suelo y se lo llevó a casa. En la soledad de su cuarto, comenzó a leer y a leer hasta que se lo acabó de una tacada, aún sin conocer muchas de las expresiones de castellano antiguo que el autor emplea para describir las aventuras de Juan de Olid. Óscar no podía imaginar que aquel afortunado hallazgo cambiaría su forma de entender la vida. Descubrió el "universo de las palabras".

Óscar López-Collado, natural de Tudela (Navarra), aunque afincando en la capital desde la infancia, acaba de ganar el premio nacional del certamen de El Corcel Dorado, de Entrelíneas Editores, con Mi última voluntad, que narra la historia de una joven y prometedora periodista que se ve inmersa en una serie de truculentos sucesos que harán replantearse su futuro y el de muchas personas más. Es el tercer libro que publica. Con anterioridad, había lanzado otra novela, Hijos del Santo Reino (2013), y un ensayo ontológico, científico y teológico titulado La teoría del nada (2015), que escribió bajo el seudónimo de Alan Gallardo.

Varios ejemplares de Mi última voluntad están ordenadamente expuestos en una esquina el mostrador de la tienda de 'todo a cien' que regenta en la calle Virgen de la Capillla, donde pasa la mayor parte del tiempo entre productos de limpieza, pequeñas herramientas, artículos de cocina, frutas y verduras. Allí, mientras coloca unos vasos en la estantería y atiende a una señora, da rienda suelta a su imaginación en busca de nuevas historias o simplemente tratando de responder a las grandes preguntas de la vida.

Es un tipo profundo, reflexivo, que abandonó los estudios en el instituto para echar una mano a la maltrecha economía familiar. Ha hecho de todo, pero sin perder de vista su vocación literaria. Escribir fue su vía de escape para el insomnio y los problemas diarios. En las letras se refugia para investigar y profundizar en todo aquello que le produce inquietud. Le gusta la intriga, pero también la ciencia y el universo. Lo desconocido.

Escritor autodidacta, Óscar López-Collado reconoce que cuesta mucho que las editoriales se fijen en obras de autores desconocidos. De hecho, sus primeros trabajos fueron autofinanciados. "Siempre te dicen lo mismo: que están muy saturadas porque hay mucha oferta para poca demanda", señala. Sin embargo, él se abona a la constancia y al estudio continuo para no cejar en su empeño como autor, a pesar de las dificultades que entraña un mundo limitado a unos pocos.

Tiene a su favor la opinión de sus lectores y de los muchos clientes que pasan cada día por su negocio. "La recepción ha sido muy buena. Me dicen que están enganchados con el libro, que se quedan leyendo hasta las dos y las tres de la mañana. Para mí, eso es lo más gratificante", asegura con orgullo.

El premio del tercer certamen El Corcel Dorado no tiene cuantía económica, solo la publicación y distribución de la obra por todo el país. Pero, más allá de eso, supone un acicate para continuar alimentado su vocación como escritor y una prolífica labor que seguirá compaginando con su trabajo como tendero en su coqueta tienda de la calle Virgen de la Capilla.

 

 

 

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