Cerrar Buscador

Abrazados a Tutu

Por Esperanza Calzado - Julio 01, 2017
Compartir en X @Esperanza44
Abrazados a Tutu
José Lloris y Margarita Martínez están casados. Viven en Andújar y tienen un bebé que el jueves cumplió seis meses. Ese día llegó su hermana mayor de los campamentos de refugiados saharauis.

A finales de mayo, Lacontradejaén narraba la historia de José Lloris y Margarita Martínez, una de las tantas familias jiennenses que cada año muestran su lado más solidario y participan en el programa Vacaciones en Paz. Era cuando la Asociación de Apoyo al Pueblo Saharaui de Jaén hizo un llamamiento ante la falta de acogedores para este verano. Hoy, 126 niños disfrutan ya de sus nuevos hogares. Por delante les quedan dos meses de vivencias lejos de los campos de refugiados. Pero nos detenemos en este matrimonio de Andújar, cuyo reencuentro era, si puede decirse, más especial. Y es que Tutu tenía que conocer al que ahora es su hermano.

Se casaron para que Tutu pudiera llevar las arras. Ese día está guardado en la memoria del matrimonio iliturgitano, que el pasado jueves vivió momentos mágicos. Tutu tiene diez años y síndrome de Down. Este verano le esperaba una sorpresa muy especial, un hermanito que cumplió seis meses el mismo día en que ella se bajaba del avión. Lo había visto en fotos pero conocerlo en persona ha sido "otro mundo", como reconoce Marga Martínez.

—Cuando le vio se quedó un poco impactada porque no es lo mismo en fotos que de carne y hueso. Le tocó la cara y enseguida se puso a ejercer de hermana mayor. Lo pasea y está muy pendiente de él.

REENCUENTRO

Pero antes de ese instante de unión entre estos dos hermanos, en Málaga, a las cuatro de la madrugada, se desataba la alegría. José Lloris fue hasta el aeropuerto con su madre. Llegaron sobre las doce de la noche y el avión aterrizó a las tres menos cinco. Hasta una hora después no pudo verla, una espera interminable.

—Cuando vimos el grupo de niños con camisetas amarillas me eché a llorar. La buscaba y en el momento que nos encontramos se me quedó mirando. Enseguida se echó a reír, me dijo José y me preguntó por Marga.

Rápidamente cogieron el coche para verla. A las siete y media de la madrugada llegaron a Andújar. Estuvo durmiendo hasta las doce y cuando despertó, Tutu no extrañó nada. La vergüenza le duró pocos minutos porque de inmediato empezó a ser ella.

Cuando la menor saharahui se fue el año pasado, lo hizo con la piscina en la mente. Porque hay pocas cosas que le gusten más que bañarse. Esta vez, le han instalado una de cuatro metros en casa para que disfrute de ella todo lo que quiera. Lo tendrá que compaginar con llevar el carro de su pequeño hermano, del que no deja de estar pendiente ni por un segundo.

La familia iliturgitana no tiene nada planeado. Les gusta improvisar. Así llegó Tutu hace cuatro años, una decisión que les cambió la vida y que tomaron sin planificar. Estos dos meses lo harán igual porque para ellos lo importante es que ya están de vacaciones. Sus vacaciones son ella: Tutu.

He visto un error

Únete a nuestro boletín

COMENTARIOS


COMENTA CON FACEBOOK