Emancipación, el reto más difícil desde 2004

La tasa de jóvenes que han conseguido independizarse en el último año no llega a dos de cada diez; hablamos con un jiennense que lo ha logrado en Valencia

Los pronósticos de Javier Hervás Alcántara —jiennense, 28 años— se han cumplido: desde el fin de su formación universitaria, con dos posgrados, hasta el día en que se emancipó totalmente han pasado cuatro años. Ya lleva uno sin ayuda económica de sus padres. Dados los datos de la última edición del Observatorio de Emancipación, lo de Hervás es una proeza: la tasa de jóvenes que se independizaron en 2016 no llega al 20 por ciento. Ni dos de cada diez, según el estudio que elabora el Consejo de Juventud. Es el registro más bajo desde 2004.

Javier Hervás dejó su barrio de Belén y San Roque hace tres años. ¿Qué se llevó a Valencia? “Tengo una doble licenciatura de Filología y Turismo. También dos posgrados, uno de traducción y otro de profesorado en Inglés”, cuenta a LaContracrónica.

Dice, con sorna, que Rajoy está muy contento con él, porque es un activo en la lucha contra el paro: “Tengo tres trabajos con los que consigo llegar a fin de mes”, señala. Su habilidad con la lengua de Shakespeare le permite dar clases en dos centros concertados y en una academia privada. Por las tardes tiene que multiplicarse para cumplir con su realidad ‘tricontrato’.

ENTORNO

En lo que respecta a su círculo de amigos, hay suertes de todo tipo: aquellos compañeros de carrera que se casaron y ya lucen paternidad en las redes sociales; también la otra cara de la moneda, amigos que siguen al cobijo de los padres. “Tener una carrera no asegura nada en el mercado laboral. Y yo me he independizado más o menos en un tiempo normal, porque ‘perdí’ dos años con dos posgrados”, indica.

¿Volverá a Jaén? “Mi intención es quedarme en Valencia. Me encanta mi ciudad natal, pero no tenemos oportunidades. Duele salir fuera para trabajar en tu profesión, pero es así”, concluye.