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“En este libro, Jaén está más presente que en ningún otro mío"

Por Javier Cano - Abril 22, 2023
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“En este libro, Jaén está más presente que en ningún otro mío"
El novelista jiennense Emilio Lara. Foto: Jesús García Castelo (cedida por Emilio Lara).

Ha sido salir y revolucionar el panorama literario nacional. Publicada por Edhasa, se titula Venus en el espejo y es lo último del jiennense Emilio Lara, que al paso que va le pone la segunda J de Jaén a la actual RAE en un pispás. Cercano y generoso como cada vez que este periódico le requiere, el exitoso y afamado escritor desgrana los orígenes de su nuevo libro.

—Estará usted contento con la bienvenida que crítica y público han brindado a su Venus en el espejo

—Lleva muy pocos días en la calle, pero estoy muy contento, está teniendo críticas y comentarios muy buenos, está generando mucha petición de entrevistas en programas nacionales, provinciales y autonómicos, en diferentes medios.

—No le habrá cogido por sorpresa, porque libro que publica lo convierte en superventas, pero ¿qué tiene esta novela para gustar tanto apenas alumbrada?

—Hay gente (periodistas y lectores) que incide mucho en el tema de Velázquez, por su cuatrocientos aniversario, y otros que en las entrevistas atienden más al personaje de Olimpia. Son las dos tramas de la novela, que se funden, pero hay gente a la que le tira mucho un tema y a otra, el otro. Es una cosa muy curiosa.

—¿Cómo asiste un escritor, por muy consagrado que esté, al bautismo de masas y parabienes de su ultima criatura?

—Yo lo estoy viviendo todo esto como observador, acodado en mi barrera, viendo el panorama, viendo la faena en el ruedo, con música además; observando las reacciones de la gente y los dos intereses que está despertando esta obra.

—¿Se le pasó por la cabeza alguna vez que esa dicotomía iba a protagonizar la salida de su nueva obra?

—No, yo sabía que esas son las dos tramas fundamentales de la novela, pero un libro es siempre un melón por abrir, nunca sabes cómo van a responderle. Antonio Gala decía que una carta no es de quien la escribe, sino de quien la recibe, y con los libros pasa lo mismo, escribes una historia, quieres transmitir una idea, o una emoción sobre todo, pero el lector hace luego suya esa historia y ve en ella cosas que has propuesto tú, otras que no tanto y otras insospechadas.

—Vamos, que si le pregunto por qué está haciendo el ruido que está haciendo Venus en el espejo, usted ‘pasapalabra’.

—Las razones por las cuales, al final, va a gustar un libro y se va a convertir en un éxito de crítica y de público, muchas veces son una sorpresa, son aspectos incontrolables. Quien diga lo contrario, miente.

 Numeroso público arropó al escritor jiennense Emilio Lara en la presentación de su nuevo libro en la capital. Foto: La Económica.
Numeroso público arropó al escritor jiennense Emilio Lara en la presentación de su nuevo libro en la capital. Foto: La Económica.

—En Centinela de los sueños, su penúltima entrega, se sumergía usted en una etapa tempestuosa del siglo XX. En este libro, sin embargo, viaja a un pasado mucho más remoto…

—Al siglo XVII, sí. Una época muy querida para mí. Este libro, fundamentalmente, es italiano y madrileño, en el que la presencia de lo andaluz está más presente que nunca, sobre todo el elemento jiennense.

—¿Italiano y madrileño...?

—Roma es mi ciudad favorita de Italia, pero la Roma que a mí me gusta no es tanto la de los césares, la antigua, sino la renacentista y barroca: la Roma por la que yo paseo, en la que me gusta estar, sentarme a tomar un café o en una trattoria, la Roma de los siglos XVI, XVII y XVIII, la moderna, que es la que se está haciendo en mi novela. He tirado de mis recuerdos, fundamentalmente familiares y personales.

—Recuerdos romanos… Más de uno se preguntará si es que pasó usted su infancia o juventud en la Ciudad Eterna.

—No, pero mi tío Emilio estudió Teología en el Vaticano, se ordenó sacerdote allí, cantó misa en las catacumbas de San Calixto y estudió Historia y Documentación en los archivos vaticanos, allí es donde se licenció en la época de Pío XII. Él me contaba muchos avatares del Vaticano de aquella etapa, y también de la asistente personal del papa, sor Pascualina, que era alemana.

—¿Qué le contaba su tío Emilio (aquel —para muchos— recordado cura jaenés) de sor Pascualina como para que tantos años después la tenga tan presente en su memoria?

—Él, a veces, hacía de intérprete para las delegaciones de obispos o embajadores españoles que iban al Vaticano, estuvo en varias audiencias y hablaba con el papa en italiano, y sobre todo en alemán. Y le cayó en gracia a sor Pascualina, una monja que era de armas tomar. El papa Pacelli la conoció cuando era nuncio en Múnich, nada más terminar la Segunda Guerra Mundial; era una mujer con enorme carácter. Tanto es así que, por ejemplo, cuando en la Revolución Espartaquista de Alemania asaltaron el palacio de la nunciatura en Múnich e iban a linchar al papa, ella se interpuso entre el nuncio Pacelli y los asaltantes, para protegerlo.

—Si que tenía carácter, sí.

—Me contaba mi tío Emilio que estando el papa en audiencia con cardenales, obispos o diplomáticos del resto del mundo, ella entraba sin llamar al despacho con un vaso de leche con galletas, por ejemplo. Ella era quien llevaba la agenda personal del papa, la curia tenía que verla a ella antes si querían hablar con el papa. Incluso, sor Pascualina se enemistó una vez con un cardenal francés, franciscano creo recordar, y lo abofeteó en el Vaticano. 

—¿Qué fue de ella? Tiene usted a los lectores de Lacontradejaén en ascuas, señor Lara, que lo sepa.

—Dio la casualidad de que, cuando murió el papa, este cardenal era el camarlengo y su primera decisión fue ordenar a la Guardia Suiza que pusiera de patitas en la calle a sor Pascualina. La echaron a la calle. Sobrevivió muchos años al papa, era mucho más joven que él, y murió sin hablar jamás una palabra en contra de nadie, y recordando la figura de Pío XII.

—Menuda historia. Otra de las cosas que se preguntará más de un lector, en estos momentos, es qué tiene que ver sor Pascualina con su Venus en el espejo. Seguramente, también más de uno se lo barrunta.

—Todos estos recuerdos que mi tío Emilio vivió en el Vaticano, de cómo era el poder de una mujer entre la curia, me sirvieron a mí para diseñar parte de la psicología de Olimpia Maidalchini, que es la protagonista de mi novela.

—Líneas arriba comentaba usted que, como en el resto de sus obras, Jaén tiene peso específico en este libro… Aparte de los recuerdos de su tío, que están en el germen del personaje capital, ¿qué guiños jaeneros puede encontrar el lector en esta entrega?

—Como siempre, algunos personajes de Jaén meto en mi novela, y gastronomía jiennense, muestras del habla jaenera, hago homenajes y guiños a mi tierra trasladando determinados parajes de Jaén a Italia... O también homenajeando a Jaén, universalizándolo. En este caso, como digo, más que en otras novelas mías.

—¿Personajes reconocibles para cualquier lector del Santo Reino, o encontrarlos requiere iniciación?

—Sí, por supuesto. De hecho, mi presentador del libro en La Económica [el pasado miércoles], el historiador Ángel Aponte Marín (gran amigo mío y compañero en el IPEP hasta que se jubiló), es un personaje de mi novela, lo hago nada más y nada menos que marqués de Valparaíso de Jabalcuz.

—¿Quién más, Emilio, quién más?

—Miguel Viribay, mi amigo el pintor, sale como Michel Viribay, amigo de Velázquez. Hay también una famosa mancebía que hubo en Jaén, casa Fidela, que la traslado a Roma, y va a tener una enorme importancia esta mancebía romana, que estaba—obviamente— regentada por una andaluza, como era Fidela Magdaleno.

—Una lozana andaluza del siglo XX, vaya que sí, al frente de aquella entrañable casa de lenocinio de la Plaza de Santiago, en el antiguo caserón de los Benavides. Volviendo al éxito de su nueva novela: no para usted estos días, de entrevista en entrevista, de presentación en presentación.

—Sí, estuve en La Económica el miércoles y ayer viernes, en Linares; en junio quiero presentarla en Sevilla, también tengo pendiente Cádiz, volveré a Jaén para su feria del libro e iré a la de Madrid el primer fin de semana, a finales de mayo; todo esto simultaneado con entrevistas, todos los días tengo alguna con diversos medios.

—Acaso es pronto para preguntárselo pero, ¿en medio de esta vorágine de promoción le queda tiempo para pensar en un próximo libro, o va a tomarse un año sabático tras tanto trajín?

—Por supuesto, ahora mismo estoy metido en harina con un ensayo, prácticamente lo he terminado, saldrá el año que viene. Obviamente no abandono la novela histórica, hay dos proyectos de novela con toda la documentación histórica ya consultada, cuadernos con los personajes y la estructura de los capítulos… Lo único que me queda, como siempre en mis novelas, es a ver cuál de las dos ideas me gana antes el corazón. La que antes me cautive cuando llegue el momento. Yo no busco las historias, son ellas las que me buscan a mí.

 Portada del nuevo libro del autor jiennense.
Portada del nuevo libro del autor jiennense.

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