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"Es el tiempo de la resiliencia y debería enseñarse en los colegios"

Por Esperanza Calzado - Febrero 21, 2021
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Resiliencia: En psicología, capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etcétera. En tiempos de pandemia mundial, habilidad para adaptarse a los cambios. Colaborador habitual de Lacontradejaén, en noviembre de 2018 Luis García Millán (Córdoba, 1992) protagonizó la sección La Contra. En aquel tiempo, ocupaba páginas y minutos en medios de comunicación bajo el paraguas "del hombre que quiere cambiar el mundo". Entró como un elefante en una cacharrería. No lo decimos nosotros; lo reconoce él mismo, que confiesa que se "estrelló". No es fácil hablar de los fracasos, pero él lo hace. 

Recién aterrizado de la Agencia Espacial Europea era el joven del momento y comenzaba su camino empresarial de la mano de Sol Galaxy. Hoy, más de dos años después, se podría decir que es otra persona. En el fondo, los valores no han cambiado, más bien lo contrario, se han reforzado. Pero en la superficie, es la viva imagen de la resiliencia. Nunca pasó por las cámaras de Zoom y 2021 es el momento para ello. Porque la pandemia ha cambiado nuestras vidas y ejemplos como el de Luis García Millán, ese joven que los viernes se mueve en bicicleta por la ciudad y vestido de traje, son de esos que deben enseñarse en los colegios.

—En 2018 te entrevistamos a raíz de tu sistema para facilitar procedimientos que era utilizado por astronautas en el espacio. Si no en puertas, ya estabas fraguando tu empresa, Sol Galaxy. Dos años después, ¿queda algo de ese Luis García Millán?

—Quedan restos reconstruidos. En aquel momento que tuvimos la entrevista y hablábamos de la aplicación yo estaba en una nube, en las estrellas. Venía de Alemania, de la Agencia Espacial Europea y aterrizaba en Jaén con la ilusión de crear el Silicon Valley jiennense y a que la provincia fuera un potencial tecnológico. Ahora quedan los restos de ese Luis García Millán, porque me estrellé de una manera increíble. Yo era un buen programador de aplicaciones para los astronautas pero como empresario no tenía ni idea.

—La confianza me permite decirte que venías a comerte el mundo y los medios de comunicación, en cierta manera, te empujamos a ello. Eras o queríamos que fueses el jiennense del futuro.

—Sí y eso fue muy bonito. No fueron solo periodistas, sino también instituciones y empresas. Me vi sobrepasado y eso ayudó a que estuviera muy arriba (señala el cielo como indicando el camino a ese espacio donde están sus programas). Agradeceré siempre a medios, como Lacontradejaén, y otros, vuestro apoyo porque me ayudáis mucho a algo a lo que todavía estoy sacando partido, que es a crear mi marca personal. Pero sí, reconozco que entré a Jaén como un elefante en una cacharrería.

—¿Qué pasó con Sol Galaxy? Ganaste hasta algún premio, incluso.

—Fallaron muchas cosas. Falló la experiencia de gestión, la empresarial... No supimos aterrizar un producto que fuera útil y que realmente solucionara los problemas de las empresas. Soy el primero que asumo que la idea o no era la correcta o no era el momento de haberla creado. Quizás si la emprendiera ahora lo haría de otra manera. 

—Pero el producto sí era bueno. Rucuerdo que de inmediato me vino a la mente empresas donde aplicarlo como, por ejemplo, Valeo.

—Pasaron muchas cosas para que no calara. Con tanto boom informativo, nos contactó mucha gente y tuvimos reuniones comerciales para aburrirnos. Estuvimos todo el día viajando y trajeados. Pero eran muchos sitios diferentes, industria, aviones, administración pública, pymes... Tanta diversificación hizo verdad la máxima del que mucho abarca poco aprieta. Lo cierto es que no teníamos capacidad para dar respuesta. Éramos cuatro en el equipo y de vez en cuando recurríamos a trabajadores temporales, porque tampoco disponíamos de mucho dinero. Al final, no supimos cerrar los negocios. Creo que fue el principal error, que picoteamos muchos.

—Llegados a este punto de la entrevista, los lectores fieles de Lacontradejaén se preguntarán por qué ahora volvemos a charlar contigo cuando eres habitual todas las semanas. Lo hacemos porque creemos que eres el ejemplo vivo de la resiliencia. 2020 ha sido la noche y la mañana para ti y un ejemplo de que del fracaso pueden salir cosas buenas. ¿Cómo ha sido ese 2020 para Luis García Millán?

—En los tres primeros meses del año (enero, febrero y marzo) fue cuando decidí cerrar la empresa. Perdí 15.000 euros en dos años que se fueron en una mala gestión mía y lo asumo totalmente. El 14 de marzo nos confinan y aprovecho para pensar que puedo hacer más cosas. Es cierto, me hundí, pero seguía y sigo teniendo energía para hacer cosas. Marzo y abril estuve formándome, viendo qué negocios nuevos estaban surgiendo, descubriendo oportunidades y aprendiendo cosas nuevas. A partir de mayo y junio empiezo a firmar proyectos del tipo de implementación de tiendas online, academias virtuales e, incluso, saqué mi curso de programación online. Me reinventé en marketing digital, en creación de tiendas. Me preparé para todo lo que está pasando ahora.

—Quizás no lo recuerdes pero se me clavó clavada la imagen del día que te vimos aquí, en Cuatro Gatos Coworking y en pocos minutos tenías una cita con el notario para cerrar, de manera definitiva, Sol Galaxy. La sonrisa te llegaba de oreja a oreja.

—Fíjate que lo tenía enterrado en el recuerdo y me lo acabas de recordar. Puede sonar duro pero ese día me quité un peso de encima. No funcionó y era el momento de cerrarlo. Era una pena, porque fue mi ilusión, pero ese día fue como el Fénix, que se quema y se nace. Estaba renaciendo, con nuevas ilusiones, nuevos proyectos y opciones a ganarme la vida de otra manera. Yo no soy de las personas que se quedan en el suelo tras un batacazo. La resiliencia va de levantarse, va de renacer, de aprender y reformarse. 

—¿Resiliencia es la palabra que define tu 2020?

—Sí.

—Una palabra de moda pero que seguro que hay quien no sabe qué significa.

—Es la capacidad de adaptarnos a cambios para ser capaces de actuar cuando la situación se está complicando. La resiliencia debería enseñarse en los colegios desde muy pequeños. No se está enseñando a aprender a aprender. Para qué queremos sabernos toda la lección de memoria el día del examen, clavarlo y al siguiente no recordar nada. ¿Por qué no nos enseñan a aprender cosas desde cero, saber dónde buscar para aprender y detectar qué nos puede venir bien en el futuro? Así es como los  emprendepobres, como yo digo, emprendedores, autónomos, empresarios o como les quieras llamar, viven su día a día, aprendiendo continuamente. Y como el saber no lo traemos de serie, pues a veces nos tenemos que caer para volver a levantarnos.

—Hoy es 19 de febrero y la entrevista se publica el domingo 21 de febrero. ¿Quién y qué es Luis García Millán?

—A día 19, porque no sé qué pasará mañana, soy una persona inquieta, que acepto casi cualquier reto, que invento, que soy creativo y una herramienta de comunicación. Muchas veces me piden consejo o quieren comunicar a través mío. Como marca creo que las palabras que me definen son futuro, innovación, emprendimiento... También un poco de preocupación por lo social, por lo que está pasando donde vivo. 

—¿Te consideras un influencer de la tierra olivarera?

— (Ríe) Me considero un poquito influencer olivarero y he luchado porque así fuera. Vivo aquí y lo que pasa me repercute y tengo el compromiso de intentar mejorar la situación que hay en la provincia. Muchas cosas tienen que cambiar y empezar a ir mejor. 

—Has abierto la ventana a hablar de la situación de Jaén, ¿qué opinas de lo ocurrido con el Plan Colce?

—El Plan Colce es un insulto más a la provincia de Jaén y cada vez que me lo mencionan me enfado. Nadie que quiera a su tierra puede estar de acuerdo con lo que ha ocurrido. Somos muchos los que nos dejamos la piel en trabajar aquí y en demostrar que se puede emprender y crear empresas. Y cuando necesitamos un apoyo en forma de inversión y grandes proyectos no lo recibimos. Seguimos perdiendo población, somos la última opción para emprender... me enfado. El Plan Colce no es lo único. Hemos normalizado que no nos den nada. Son muchos insultos a la provincia y el Plan Colce es la gota que colma el vaso. Si no luchamos nosotros, nadie lo hará.

—Te has adelantado a la siguente pregunta. Ya no se confía en que ninguna administración, sea del color político que sea y esté en el estamento que esté, nos ayude. ¿Tenemos que ser los jiennenses quienes nos tendremos que sacar las castañas del fuego?

—Sí. ¿Cómo? Yo lo haría creando. Vamos a dejar de confiar en los políticos, sobre todo en las promesas de los políticos, porque después de muchos años ya sabemos que no van a venir otras cosas. Vamos a crear y aquí paso de lo negativo a lo positivo. Vamos a posicionar Jaén trabajando los empresarios juntos. Vamos a hacer que a ojos de alguien que esté fuera y busque en Google se lleve una impresión positiva, que nuestros comercios estén los primeros posicionados, que la gente venga a Jaén porque proyecta hacia fuera una imagen positiva. Es tiempo de olvidarse de esas promesas y proyectos y que seamos nosotros los que construyamos esa imagen positiva de tierra de emprendedores, trabajadores y con empuje. Para ello hace falta mucha formación, gente disruptiva y resiliencia.

—La máxima de que si todos ponemos nuestro granito de arena, conformaremos una montaña. Además, te define mucho la palabra colaborar. ¿Esa es otra de las claves del futuro?

—Sin duda. Las redes colaborativas son muy importantes. Si tejiéramos sería muy positivo. Hay que hacerlo de manera desinteresada porque, después, ya vendrán los beneficios. Esa es una estrategia de venta básica y debemos utilizarla también. Uno empuja, pero dos no empujan el doble, sino que la fuerza se multiplica de forma exponencial.

—Siempre has querido quedarte en Jaén pero ¿han llamado a tu puerta y tentado a marcharte?

—Sí. Me pasó en septiembre de 2019. La Agencia Espacial Europea me llamó para ser el director de la red interna de todo el Centro Europeo Astronauta y de misiones. Dije que no. 

—¿Qué listas de pros y contras tienes para tomar esa decisión?

—Es complicado, porque quizás podría estar viviendo mejor. Quizás sea tontura. Pero mi decisión fue por amor a la tierra, por amor a mi pareja, porque era  su momento para que ella hiciera las cosas que yo había hecho. Pero además quería seguir empujando por esta tierra. Ahora lo pienso con un poco de tristeza pero creo que si me volvieran a llamar, diría que no de nuevo.

—Última pregunta. ¿Cómo ves a Jaén y a Luis García Millán dentro de diez años?

—Quiero estar en la provincia y trabajando con un equipo de gente que den más consistencia a todo lo que yo cuento de vender, posicionar... Creo que se puede competir con Amazon, que se pueden crear estructuras y ser líderes en muchos sectores. Hacia ese camino voy. Teniendo un equipo conmigo sería más influyente y podríamos impulsar mucho más la provincia. Podemos ser motor de la provincia de Jaén como otras empresas destacadas de esta tierra.

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