El emigrante que regresa a Begíjar con la literatura

José Juan Martos lleva más de seis décadas afincado en Cataluña, desde donde escribe sobre su pueblo, Begíjar

"Todos mis amigos han muerto". José Juan Martos (Begíjar, 1940) admite que ya no le quedan vínculos humanos en el pueblo donde nació. Quizá es el motivo de que evoque a Begíjar a través de la literatura. Ha escrito cuatro libros con un común denominador: todos son pasajes narrativos del pueblo al que apenas regresa.

"Voy muy de vez en cuando. Allí tengo a mi hermano, que habita la casa donde nació", cuenta Martos a este periódico. "Después de 60 años soy un extraño en mi pueblo", admite. Las nuevas tecnologías contribuyen a que la distancia se acorte. Ahí está el invento de Mark Zuckerberg disponible para que un emigrante se informe sobre las novedades de su pueblo. Existe, sin ir más lejos, el grupo Begíjar Online, donde lugareños y antiguos vecinos comparten experiencias. "Ahora tengo con las redes más amigos que nunca", bromea.

NARRATIVA DE FANTASÍA

Unas de las publicaciones de Martos sobre Begíjar lleva por título Debajo de las campanas. Tiene dos volúmenes que dan cuenta de las inquietudes del autor: historias cortas con el pueblo de la infancia como telón de fondo. "El segundo, publicado en 2016, recoge relatos sobre personas que he conocido a lo largo de mi vida", dice acerca de obras cuyas portadas son de su amigo Pepe Callejón.

Más reciente es Leyendas de Begíjar, que fue publicado con el apoyo de la Diputación. Los cuentos son El cerro Aullalobos, La Casibar, El corralillo de los ahorcados, La blanca paloma y La cruz de la piedra. Todos hacen alusión a elementos de Begíjar, desde el paraje natural del primer relato hasta una historia sobre una violación que sufrió una joven en la Guerra de Independencia. El más reciente es Begíjar. Así vivíamos en los años 40.

La producción no termina ahí. Martos tiene ya un puñado de apuntes a los que darles forma. En esta ocasión la historia habla de amor, de un vínculo imposible. "Habrá ficción y otras cosas que serán ciertas", adelanta. Le queda aún fuelle literario. Y nunca olvida dónde empezó su propia historia.