Barcelona disfruta los sugerentes 'momentos' de Luisa Torregrosa

La actriz, fotógrafa, videocreadora y dramaturga jiennense afincada en Madrid expone, hasta el 7 de marzo, dentro de una muestra colectiva en la prestigiosa Galería Abartium

Decía el más 'sensual' de los padres de la filosofía occidental, el más 'apegado' a la carne, que el cuerpo es, precisamente, el instrumento del alma. Frase de Aristóteles que parece pensada para definir la concepción artística con la que la jiennense Luisa Torregrosa expresa su mundo interior, vaya que sí.

Afincada en Madrid desde 2015, esta rompedora y 'vieja' conocida del mundo cultural de aquí gracias a proyectos como el singularísimo Teatro Xtremo no deja de sorprender con su propuesta creativa, que abarca desde la dramaturgia hasta la interpretación, desde la videocreación hasta la fotografía...

Una disciplina, esta última, en la que brilla y mucho (ahí están sus premios en certámenes tan conocidos como el Bonobo), en la que se mueve como pez en el agua, ese elemento del que tanto tira para entreverar sus emociones a través de "momentos" que ella se cuece, se guisa y, luego, comparte con el mundo:

"Yo digo que emocionalmente son imágenes muy explícitas, yo soy objeto, sujeto y resultado, me fotografío a mí misma, que es algo muy complejo, muy complicado, pero a la vez me hace sentir muy cómoda, me da una libertad absoluta".

No hay más que darse una vuelta por Abartium (la prestigiosa galería barcelonesa de la consultora internacional de arte Eva Cunill) y dejarse llevar por la sencillez extrema de la obra gráfica de Torregrosa, que participa en la colectiva contemporánea que la sala exhibe hasta el 7 de marzo con Drops y My ghosts:

"Es algo muy sugerente, con gran protagonismo del camino del agua, el recorrido, los laberintos que forman las gotas... y ahí estoy yo, detrás", aclara la creadora.

Siempre desnuda, como esas "transparencias altísimas, calientes" de las que hablaba el poeta malagueño Altolaguirre... Y "entre sombras", para que lo que escribió Celan en su hermosísimo Elogio de la lejanía se cumpla a rajatabla como una premonición inexorable: "Más negro en lo negro, más desnudo voy".

Voluntariamente "desvinculada por completo del virtuosismo técnico", dice la artista que lo suyo "surge como una necesidad deformativa, como actriz, de paralizar ciertas imágenes, pero porque van implícitas a ciertas emociones, como una dramaturgia visual". 

Interesante reflexión que, en cuanto el coronavirus se lo permita, "nada más se levanten las fronteras cercanas" (suelta así, como el que no quiere la cosa, sin darse cuenta de que ha puesto en el aire un perfecto alejandrino), quiere compartir con sus paisanos, con la gente de la tierra del Lagarto:

"He vivido en muchos sitios, he recorrido el mundo, pero los diez años de Xtremo en Jaén fueron muy buenos y productivos, a partir de ahí la ciudad se motivó y empezó a surgir gente; a Jaén lo quiero mucho, tengo familia a la que adoro allí, y además se ha portado muy bien conmigo. ¡Me gustaría exponer en Jaén!".

Un motivo más para entonar 'rogativas' por que el Covid salga de plano cuanto antes.