La tormenta no puede con la alegría en Castillo
Las fiestas en honor de Nuestro Padre Jesús concluyen hoy tras alternar días de buen tiempo con otros marcados por la tormenta
La alegría y las ganas de pasar un buen rato han tenido un obstáculo en Castillo: el tiempo, la lluvia y la tormenta, por suerte nada que ver con la Alcaudete. Aún así, el pueblo llega hoy al fin de los festejos locales después de vivir escenas estupendas, pensadas para todos los públicos.
El alcalde local, Cristóbal Rodríguez, explica que ha sido una feria "diferente", condicionada por las inclemencias meteorológicas, de manera que se han alterado días agradables con jornadas que incluso obligaron a la suspensión de citas muy de septiembre, como las Locubimpiadas. "Hubiese venido más gente de otros municipios con mejor tiempo", admite.
DE LA FIESTA DE LOS JÓVENES A LOS SAN LOCUBINES
Una de las mejores escenas de las fiestas la dejó la cita del pasado viernes para la juventud, que pobló la caseta mientras disfrutaba de ritmos propios de las celebraciones.
Los San Locubines, reproducción infantil y con toros de juguete, se pospusieron a ayer por culpa del tiempo. Mereció la pena esperar porque los menores, ataviados con indumentaria blanca y pañuelo rojo, disfrutaron con una actividad que congregó a decenas de personas. "Es un juego que se aleja de otro tipo de actos que maltratan a los animales", valora Rodríguez.
Los mayores tuvieron, también ayer, su protagonismo tradicional con el almuerzo servido para ellos. Acudieron más de 300 y pasaron un buen rato más tarde con pasadobles hasta que la tormenta cerró la fiesta.
Rodríguez destaca que el Ayuntamiento dejó de usar cohetes en las fiestas. La ausencia obedece a dos razones: ahorro y seguridad. "No los tiramos, porque tenemos otros medios, como las propias redes sociales para informar a la ciudadanía", conviene. Y añade: "A los colectivos que sí los emplean les pedimos que lo hagan a través de un profesional".
Los espectáculos musicales sí se llevaron a cabo sin problemas, igual que un número de humor que alegró la Caseta Municipal. La tormenta no pudo con la fiesta.
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