El sentir romero que llega desde lejos

El buen tiempo anima al pueblo de Andújar a echarse a la calle para dar la bienvenida a las veinte cofradías filiales llegadas desde diferentes puntos de España

Manuel Rafael Palacios es el hermano mayor de la cofradía de Teba. Es la que viene desde más lejos. Han hecho más de 330 kilómetros para llegar hoy a Andújar para participar en cada uno de los momentos mágicos que rodea a la Romería de la Virgen de la Cabeza. La entrada de las hermandades por el Puente Romano, su paseo por las calles de la ciudad y su recibimiento en el Ayuntamiento por la Matriz con un matiz de flores bordado con los cientos de devotos que ayer participaron en la ofrenda es un momento mágico. Hace dos años que Andújar no vivía un viernes así, con prácticamente todo el pueblo echado a la calle para hacer gala de buenos anfitriones. Y lo han logrado. 

Las veinte cofradías filiales que han recorrido sus principales calles hasta llegar hasta las plantas del Ayuntamiento, donde una a una han sido recibidas por las autoridades municipales y eclesiásticas. Encabezadas por la Matriz y cerrando Colomera, como dicta la tradición. Detrás el paseíllo de caballos y vitoreando mujeres de flamenca, hombres de corto, risas, palmas, cantes y un compartir digno de la mejor unión.

—Hay que ser devoto para estar aquí. Por mucho que te lo cuenten o te manden fotos no vas a saber qué es la Romería. 

Manuel Rafael pidió el voto por correo el mismo día que se abrió el plazo para evitar cualquier problema. No quiere faltar a su historia. Teba peregrina al Santuario desde tiempos inmemoriales y su hermano mayor lo hace desde hace doce. 

Junto a él está Benito Cachinero, presidente de la Real Hermandad de la Santísima Virgen de la Cabeza de Málaga, hermandad que este año ha sentido el calor de todas las filiales y de la Matriz después de que un incendio afectara a su casa del Santuario. 

—No nos ha ocurrido una desgracia, sino un milagro. Primero, porque la persona que estaba pudo avisar a los Bomberos. Segundo, porque no le ha pasado nada. Y, tercero, porque nadie ha salido afectado.

Cachinero reconoce que le faltarán palabras y abrazos para agradecer las numerosas muestras de cariño mostradas.

—Mi sueño es sentir que solo hay una hermana y una hermandad y este año noto que es así. 

Esas palabras de satisfacción las comparte Manuel Vázquez, presidente de la Cofradía Matriz. 

—Nosotros también apreciamos que cada vez hay más hermandad. Cada vez que hay algún incidente hay más unión, solidaridad. Pasó con Málaga o con Almería. Esto es lo que corresponde. Y me siento muy orgulloso de que ocurra.

Y mientras tanto, entre bambalinas, se llenan los maleteros de los coches, carretas, mochilas o alforjas para mañana partir rumbo al Cerro. A pie, a caballo, en coche, en carretera y, esta vez, en enganche. Los peregrinajes son tan diferentes como las muestras de la devoción. Porque el fervor a la Reina de Sierra Morena hace que incluso alguien no creyente sienta un pellizco en el estómago. Es la magia de esta cita que se vive cada último domingo de abril.

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