Fortnite, el juego de moda en internet

Jugadores jiennenses revelan las claves del videojuego shooter que arrasa en la Red

Frenético, adictivo y de gloria esquiva. Así describen jugadores de Jaén la esencia de Fortnite, el videojuego de supervivencia y mundo abierto que arrasa en internet, tanto desde consolas como desde ordenadores y móviles. La experiencia Battle Royale ha aumentado aún más el efecto contagio: la posibilidad de jugar online con hasta 100 al usuarios a la vez propicia miles y miles de partidas a todas horas en la Red. Y, según las reglas de la guerra abierta, solo puede quedar uno, de ahí que los jugadores coinciden en que salir ganador es bien difícil.

David Ramos, universitario jiennense de 20 años, descubrió el juego desarrollado por las compañías Epic Games y People Can Fly a través de un compañero de piso y de su hermano pequeño. "Al principio me chocó la estética de dibujo de los protagonistas, pero ahora me encanta", dice quien se hizo fanático a partir de enero. Juega un par de horas al día antes de irse a la cama. "Es el juego que más está petando entre los estudiantes", asegura. Hasta el delantero francés Antoine Griezmann celebra los goles al estilo Fortnite. Hasta Antonio Resines echa alguna que otra pachanga con Broncano en La Resistencia.

El juego siempre comienza con un soldado que se lanza en paracaídas desde un autobús que vuela; lo normal. Llega la primera decisión del gamer: dónde aterrizar. "Tienes que pensar todo el rato en dos ideas fundamentales: disparar al resto y construir estructura para protegerte", recomienda. Tiene un canal de Youtube de nombre Bilban, donde recopila más enseñanzas y experiencias.

La gratuidad del Battle Royale explica también el éxito que ha cosechado en el ámbito digital. "Además, puedes jugar de diferentes modos: en escuadrones, veinte contra veinte o en solitario. Creo que una de las claves es que siempre juegas con otras personas. Y descubres que algunos son muy buenos. Yo ahora no soy tan malo", describe Ramos.

JUEGO CRUZADO, TENDENCIA DEMANDADA

No hay edad para el Fortnite, o al menos el arco es bien amplio: niños, adolescentes y adultos; reina el público masculino, aunque también hay mujeres. Julio Pérez, autónomo jiennense de 29 años, empezó a jugar hace un par de meses. "Juego partidas rápidas de unos diez minutos, para desconectar antes de volver a la rutina", cuenta a este periódico.

Admite que no tiene muy claro cómo ha triunfado tanto y tan rápido —salió como título anticipado a finales de julio de 2017—, pero sí advierte un par de claves: la mencionada gratuidad y la posibilidad del juego cruzado. Esto último quiere decir que es posible que compartan horas de juego usuarios de diferentes plataforma: PlayStation 4, Xbox One, Microsoft Windows, macOS y los sistemas operativos para móvil iOS y Android. "El mundo de los gamers lo pedía: amigos que tienen consolas distintas pueden jugar al mismo tiempo", razona Pérez.

A David Ramos el éxito del videojuego y su esencia le recuerda al título Player Unknowns Battlegrounds; Julio Pérez afirma que Fortnite es hoy lo que no hace tanto era Minecraft. "Es muy colorido, muy atractivo para los jóvenes. Que tenga tanto color esconde un poco que los padres lo perciban como peligroso por ser un juego de guerra", se moja el autónomo.

¿Tiene vida por delante Fortnite? "Yo creo que aún tiene cuerda para tres o cuatro años, porque la compañía escucha las inquietudes de los jugadores", opina Ramos. "También pienso que aún le queda tiempo, pero cualquier videojuego es un producto de consumo tan intenso como rápido", tercia Pérez. Todavía quedan balas, guerra por librar y horas de pantalla. La hegemonía de Fortnite es ahora indiscutible. La batalla, dice el lema, es construir.