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"¡Parece que los rocieros solo vamos a la juerga, y eso no es así!"

Por Javier Cano - Enero 12, 2020
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"¡Parece que los rocieros solo vamos a la juerga, y eso no es así!"

To el que ha visto alguna vez a la Virgen desde cerca no puede volverse atrás aunque los tiempos se vuelvan. Lo cantaban los Romeros de la Puebla pero podría haberlo escrito, letra a letra, María Dolores Galán. Una cordobesa de Adamuz que desde el pasado mes de diciembre preside la Hermandad del Rocío de Jaén (la tierra que la adoptó cuando solo tenía dos años de edad) después de toda una vida a los pies de la Blanca Paloma. Llena de ilusiones y proyectos, el próximo 19 de enero encabezará la peregrinación extraordinaria jiennense a la aldea en la que será su primera gran cita como máxima responsable del colectivo rociero del Santo Reino.

—¿Qué hace una adamuceña en la capital del Santo Reino? ¿Cómo acabó aquí?

—A mi padre lo trasladaron a Jaén cuando yo tenía dos años. Siempre digo en mis pregones que yo soy una jaenera adoptada, pero que represento a Jaén más que a la propia tierra donde me parieron.

—Cordobesa, jaenera y rociera. ¿Cuándo cayó rendida a los pies de la Señora?

—Soy rociera desde hace treinta y cinco años, tenía catorce o quince cuando llegué a la Hermandad del Rocío de Jaén, y me quedé enamorada de ella.

—En muchos casos, la devoción a la Blanca Paloma viene en el ADN. ¿Nació usted en un hogar rociero?

—Soy la primera rociera de la familia. Sí es verdad que mi familia tiene tradición mariana, pero a la Virgen de la Cabeza. Y a la Virgen del Sol, la patrona de Adamuz, el pueblo donde nací. Con catorce años empecé a salir con el que hoy es mi marido. Él ya era rociero y sus padres, rocieros, fundadores de la hermandad. 

 Galán, flanqueada por los miembros de su terna, Gonzalo Calahorro y Pedro Ródenas.
Galán, flanqueada por los miembros de su terna, Gonzalo Calahorro y Pedro Ródenas.

—Una historia de amor en torno a la Señora, ¿no?

—Me dejó enamorada la primera misa de romeros a la que fui; vi que allí había algo de magia (no sabría explicarlo), que te enganchaba a tu propia religión, a tus costumbres de chica. Siendo tan pequeñita como era me acogieron muy bien. Y hasta ahora.

—Y a partir de ahí, siempre vinculada a la hermandad jiennense...

—Sí, hace treinta años fundamos la Asociacion los Romeros del Ronquío, una de las peñas más importantes que tiene la hermandad, de las cuatro o cinco importantes que tiene. Yo presido desde hace quince años la Peña de los Romeros, como nos gusta llamarnos: ¡los Romeros del Ronquío, un nombre muy de Jaén!

—Parece que su existencia gira en torno a su devoción, que es una forma de vida.

—Mi marido ha sido alcalde de carretas durante dieciocho años, siempre hemos estado muy involucrados con las distintas juntas de gobierno. Él ha pasado por seis, y tengo dos niñas, una con dieciocho años y otra con doce, rocieras pero vamos... desde la cuna no, desde que fueron concebidas prácticamente.

—Es una forma de vida, está claro. ¿Qué siente, después de tantos años como hermana, ahora que ha llegado a presidir la hermandad? ¿Imaginó alguna vez que ocuparía la máxima responsabilidad?

—Mi querido amigo Pepe Simón, que fue presidente de la hermandad y que en paz descanse, fue el primero que me sentó y me dijo: "Algún día serás presidenta". De esto han pasado ya trece años, y el cuarenta aniversario de la hermandad me va a pillar a mí como presidenta.

—No se equivocó el recordado rociero. ¿Qué la animó a dar el paso y encabezar la candidatura?

—Antonio Ángel Rodríguez, el anterior presidente, tenía otra oportunidad de presentarse, pero decidió no hacerlo. Nadie daba el paso y dije: "¡Venga, vamos!". Tenía unos proyectos muy bonitos y me eché hacia adelante. 

—Pero esta no es la primera vez que ocupa un cargo en la junta de gobierno, ¿verdad?

—No, el primer cargo que tuve fue el de relaciones públicas, o vocal de Manifestaciones Públicas, es lo mismo. 

—¿Con qué propuestas se presentó a las elecciones? ¿Qué proyectos persigue cumplir durante su mandato?

—Ante todo, mi proyecto es hacer hermandad, y dentro de ese primer proyecto salir a Jaén, que todos los colectivos nos conozcan no como una hermandad donde se bebe vino, que es la repercusión que tenemos siempre en los medios: ¡parece que los rocieros solamente vamos a la juerga, y eso no es así!

—¿Cómo es la Hermandad del Rocío? ¿Quiere romper algún tópico?

—Esta es una hermandad religiosa que tiene muchos actos de culto y, evidentemente, después (como todos), nos tomamos una cerveza porque estamos muy a gusto entre amigos, entre hermanos, y es lo más bonito del mundo, hacerlo con personas queridas. Por poner un ejemplo de lo que somos: nos levantamos en el camino y antes de empezar a andar lo primero que hacemos es rezar la salve; a la media hora de estar andando se reza el rosario hasta el ángelus, a las doce, y después es cuando nos tomamos la primera cerveza, que la dan los hermanos mayores siempre. Llegamos adonde acampamos a mediodía y rezamos nuestra salve. Antes de salir la siguiente jornada la volvemos a rezar, y cuando llegamos. Y por la noche, misa.

—¿Qué otros proyectos tienen en mente para su etapa como presidenta?

—Mi segundo proyecto es hacer cantera: en mi junta de gobierno he metido muchísima gente joven, pero también es verdad que a esos vocales que he nombrado les he pedido que hagan un equipo de ocho o diez personas, porque lo que quiero es que aprendan para que el próximo presidente tenga a gente formada de la que disponer dentro de nuestras tradiciones y de lo que es nuestra hermandad.

—Y en el plano económico y patrimonial, ¿qué ideas trae María Dolores Galán?

—Arreglar nuestra carreta, que está un poco destrozada de tantos caminos. Es de plata y quisiera terminarla, restaurar todo lo que tiene estropeado. El presupuesto es grande, pero se hará poquito a poco tirando de donaciones, involucrando a gente en eventos...

—Un 'programa electoral' de lo más ambicioso. ¿Se deja algo en el tintero?

—Hay un cuarto proyecto, que me lo pedían muchísimo: cambiar la ubicación de la hermandad, nuestra sede, porque no es el sitio perfecto. Estamos en la Avenida de Madrid, en unas instalaciones grandes, pero tenemos muchas complicaciones a la hora de meter la carreta, por ejemplo, porque son techos bajos. Lógicamente, estamos rodeados de vecinos, y nosotros cantamos y tocamos el tambor, así que muchas veces estamos muy cohibidos porque entendemos que el descanso de las personas es sagrado. 

—Pocos días después de abrochar las fiestas, ¿qué balance hace de la campaña navideña de la hermandad? ¿Cómo ha ido el mercadillo solidario que han instalado este año por vez primera?

—Estamos muy contentos. La familia García, que es la propietaria del local, y sobre todo a través de Pedro García, se han portado fenomenal con nosotros, les debemos todo lo que hemos tenido esta Navidad, una campaña que ha sido grandísima. En cuanto al mercadillo destaco, sobre todo, la aceptación que ha tenido por la maravillosa solidaridad de Jaén.

—¿Qué actividades han celebrado?

—Hemos tenido una recogida de alimentos mayor que ningún año, a través de la Vocalía de Caridad se han podido llevar una barbaridad de cosas, como siempre, a las Hermanitas de los Pobres y a los conventos de Santa Clara y de las dominicas, así como a nuestra parroquia de San Juan de la Cruz o a la Residencia de Santa Teresa. 

—Hace pocas jornadas mantuvo una reunión con el alcalde y el concejal de Cultura para informarles de la celebración de un concierto benéfico de copla y recabar su colaboración. ¿Cómo va ese asunto?

—Sí, pero eso no está todavía aprobado, solo fue mi primera iniciativa, hablar con el Ayuntamiento para ver si nos ceden el auditorio y, dentro de eso, ya lo expondré a la junta.

 Aceituno, Millán, Higueras y Galán en la reunión mantenida recientemente en el Ayuntamiento. Foto: Ayuntamiento de Jaén
Aceituno, Millán, Higueras y Galán en la reunión mantenida recientemente en el Ayuntamiento. Foto: Ayuntamiento de Jaén

—En cualquier caso, destacaba usted, a cuenta de esa reunión, el "buen rollo" que hay entre la administración local y la hermandad que preside...

—Sí, sí. Tengo que agradecer todo el cariño que ha demostrado y su buena disposición para todos los actos que organiza la hermandad, quieren estar a nuestro lado.

—En pocos días vivirá usted su 'bautismo' como presidenta del Rocío de Jaén en la peregrinación extraordinaria a la aldea.

—Sí, la verdad es que sí, es mi primer acto importante. No me paro mucho a pensarlo porque me emociono, pero es uno de los grandes momentos que tiene la hermandad junto con la romería.

—¿En qué consiste esta cita con la Blanca Paloma?

—Estaremos desde el 17 en la aldea, donde esa misma noche, igual que el 18 a mediodía, los hermanos mayores se encargarán de celebrar una convivencia. La misa es el día 19 en Almonte, porque la Virgen está este año allí. Van muchísimos autobuses de Jaén, tanto es así que en Almonte existe la fama de que la hermandad de Jaén mueve muchísima gente para la peregrinación.

—¿Un mensaje para los jiennenses que todavía no conozcan a sus paisanos rocieros? ¿Cómo pueden acercarse a la hermandad?

—Muy fácil, a través de nuestra página web, en las redes, en Facebook. Y todos los sábados, a final de mes, tenemos una sabatina en nuestra casa de hermandad, una conviviencia, rezamos la salve a las once de la noche... ¡Tenemos nuestras puertas abiertas para todo aquel que quiera conocernos!

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