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La generación de las canas

Por Diego Hurtado - Enero 30, 2021
La generación de las canas
Terrazas cerradas a causa de la pandemia. Foto: Esperanza Calzado

En el informe final publicado recientemente por la Fundación Transforma España y el Círculo de Empresarios sobre las jornadas desarrolladas por estas dos instituciones con el fin de poner en valor al talento sénior y las oportunidades que genera para la sociedad y cuya lectura y discusión sugerimos desde SECOT Jaén, se hace alusión al impacto y consecuencias que, en estos momentos y motivados por la pandemia, estamos sufriendo a nivel mundial pero, de mayor incidencia en los llamados “países desarrollados” donde veníamos disfrutando de unas circunstancias y de una situación que, a pesar de nuestras quejas y lamentaciones, eran ciertamente positivas y confortables, sin dejar de tener en cuenta la dosis de relatividad que en cualquier apreciación o sensación se produce.

Resulta conocido que en los países desarrollados estos evidentes cambios en los, hasta ahora, vigentes patrones demográficos, son fruto de hechos tan ciertos como: mayor y mejor atención y avances muy notables en el sector de la medicina, que han dado lugar a una mayor eficacia en la prevención y tratamiento de enfermedades; una apuesta más convencida por hábitos de vida saludables (deporte, alimentación, ejercicio físico, etc.); el incremento de la renta per cápita; una generalización del acceso a la educación y una indudable mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos. Todo ello, junto a otras causas que no es necesario enumerar, ha dado lugar a un evidente incremento de la esperanza de vida que, sin ir más lejos, en Europa viene siendo de, aproximadamente, dos años por cada década desde 1960.

Sectores como la salud y el turismo, las finanzas y los seguros, el urbanismo y la vivienda son ámbitos que sufrirán profundas transformaciones ligadas a una apuesta decidida por la tecnología con el fin de dar respuesta adecuada a la presencia de una mayor longevidad y, consecuentemente, a la irrupción de ese cúmulo de nuevas oportunidades al que antes aludíamos, para emprendedores decididos y para territorios que acierten a no dormirse y poner los medios necesarios y adecuados que faciliten, o al menos no pongan trabas, en el desarrollo de una cultura emprendedora ágil, dinámica y eficaz.

Los datos a los que accede el informe que nos ocupa, reflejan una tendencia que nos lleva a meditar seriamente y afianzar nuestra creencia en lo que antes se mencionaba. Por ejemplo: en la próxima década la población urbana de mayores crecerá un 70 por ciento; dos de cada tres viviendas no son accesibles hoy; los robots servirán a los mayores como cuidadores, conductores o asesores financieros; la pensión pública será cada vez menor; el 40 por ciento del consumo mundial lo realizan los mayores de 65 años quienes, por cierto, aunque haya sido la franja de edad más afectada por la pandemia, constituye un elemento tractor de actividad económica en la forma de nuevos productos y nuevos servicios para cubrir sus necesidades y preferencias.

En línea con esta situación, organismos internacionales como la OCDE han acuñado una denominación para esta economía del envejecimiento denominándola “silver economy”, definiéndola como el conjunto de oportunidades derivadas del impacto económico y social de las actividades realizadas y demandadas por la población mayor de 55 años, que hoy representa el 25% del PIB europeo y que en 2025 se prevé que supondrá el 32% del PIB y el 38% del empleo.

¿Qué supone esta situación?. En el informe se sugiere y apuesta porque empresas, ciudadanos y administraciones asuman el compromiso serio y decidido de dar la mayor prioridad posible a este asunto, acometiendo una actuación valiente y coherente porque, si no es así, el futuro no será del color plateado de las canas de los mayores, sino negro y...muy negro.

TEXTO DE SECOT JAÉN

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