Cerrar Buscador

LA GLORIA DEL HOCKEY JIENNENSE

Por Fran Cano - Febrero 23, 2019
Compartir en X @FranCharro

La trayectoria del jugador José Manuel López conecta el triunfo de Frailes como campeón andaluz en 1999 con la época dorada del hockey en Alcalá, con treinta años de historia y más de década y media en la élite

No hay otra ciudad en España de menos de 25.000 habitantes que tenga dos jugadoras locales —Carmen Cano y María de los Ángeles Ruiz— asentadas en la selección española de hockey hierba. La práctica cumple 30 años en Alcalá, y entre los hitos logrados también figuran la consolidación del Club de Hockey Alcalá en la elite nacional durante más de década y media; una jugadora de la cantera ha sido convocada en dos Juegos Olímpicos; las dos mencionadas han ganado la medalla de bronce en el último Mundial, y el municipio sigue siendo una de las referencias andaluzas en un deporte todavía minoritario.

Desde el 17 de febrero de 1989, cuando nació el club tras una serie de hechos motivados por la inquietud del entonces concejal Francisco Martín, presidentes, entrenadores, jugadores y jugadoras han fortalecido un proyecto deportivo vigente, centrado ahora en generar cantera. Una de las referencias del organigrama es José Manuel López Martínez, hoy coordinador del deporte base en Alcalá, director técnico del club y de la Federación Andaluza de Hockey. Su historia, desde que cogió un palo por primera vez en Frailes hasta que pasó por diferente equipos de España tras formarse en la cantera alcalaína, condensa parte de la etapa más gloriosa en este deporte vivida por dos municipios vecinos, más cómplices que rivales.

DE FRAILES A LA CONQUISTA DE ANDALUCÍA

José Manuel López (Frailes, 1989) era un crío que jugaba a fútbol como tantos otros de su pueblo. Tenía seis o siete años —recuerda hoy 18 de febrero desde el Pabellón Municipal de Alcalá— cuando su gran amigo Antonio Vela empezó con el hockey en Frailes a finales de la década de los años noventa. Dos grupos de jóvenes se consolidaron, un equipo de chicas y otro, de chicos. La tercera generación llegó de la mano de los infantiles, debutantes y de segundo año. Entre los primeros estaba López. Al mando de la cantera se puso otro José Manuel, de apellido Garrido. Un joven frailero menor de edad que ya abrió el vínculo entre Frailes y Alcalá en el hockey, pues combinaba la superficie de cemento en su pueblo natal con la reluciente hierba en la ciudad vecina. José Manuel Garrido es alcalde de Frailes desde 2011.
—No recuerdo bien si alguien en concreto me propuso que entrenara a los más pequeños. Creo que fue más bien iniciativa propia. Había mucha afición en la Sierra Sur —recuerda Garrido desde su despacho. Es miércoles 20 de febrero de 2019. Han pasado veinte años. En aquel momento, la extinta Asociación Deportiva de Frailes (ADF) vivía uno de sus grandes momentos, con vecinos como Antonio Martínez y Custodio Cano al frente del colectivo.

La captación de jugadores para darle vida al hockey fue sencilla. En un pueblo pequeño, todos los inscritos tenían asegurado el premio de formar parte del conjunto; todos acabarían jugando. Dos generaciones separadas por uno o dos años conocieron las reglas del deporte a base de entrenos y partidos. Unas bandas de maderas que delimitaban el campo empezaron a ser habituales en aquella pista de hoyos y socavones. La venta de esparadrapo creció en la farmacia del pueblo: los palos tenían que aguantar. Y todo fue muy rápido.

En 1998 Frailes fue el mejor equipo de la liga comarcal. Jugadores como Isidro Lorente, Miguel García, Antonio Lebrón, Javier González de Lara, Germán Gallardo, Javier Peinado, Raúl CanoJosé Luis Martín y Antonio Anguita, entre otros, enfilaron el primer gran reto: competir en los Juegos Deportivos de Andalucía celebrados en San Fernando (Cádiz). El mecánico Antonio Cano acompañó a la expedición en calidad de responsable, porque ni siquiera el entrenador era aún mayor de edad.
—Yo aún no estaba ni en el equipo. Me acuerdo de ir a verlos cuando volvieron al pueblo tras el torneo —dice José Manuel López. Su momento aún no había llegado.

Aquel primer año se saldó con cuatro victorias y una derrota en la final por cinco goles a cuatro. Tanto en la liguilla como en la semifinal, los chicos entrenados por Garrido demostraban un nivel exagerado.
—Acostumbrados a jugar en una pista como la nuestra, que todavía no estaba preparada, cada vez que competíamos en pabellones con la pista lisa nos sentíamos como en el Bernabéu. Volábamos. Aquella final se pudo ganar —cuenta el entonces preparador.
Frailes fue subcampeón andaluz.

La revancha llegó justo a la temporada siguiente. El equipo perdió a los más mayores, que pasaron a competir en otra categoría, e incorporó a nuevos infantiles: Carlos Aceituno, Miguel Ángel GarridoAntonio Manuel Gálvez y José Manuel López. El torneo de 1999 se disputó en Alcaudete.

Antes, en los partidos de clasificación, el nivel de Frailes fue aún más increíble que en la temporada anterior. Lo normal en los partidos disputados en la liga de la Sierra Sur es que los rivales recibieran una diferencia de más de diez goles.

La estrella del equipo entonces era Germán Gallardo, tres años mayor que José Manuel López. Los dos fueron determinantes en la final de los Juegos Deportivos de Andalucía, otra vez concluida por cinco goles a cuatro. Esta vez los fraileros marcaron uno más tras un partido reñido, con diferentes fases de dominio.
—Me acuerdo que Germán tiró a puerta, y la bola se me quedó delante, a pocos metros de la portería. Solo tenía que tirar —cuenta López. La memoria es selectiva, pero hay momentos que se quedan. Aquel tanto sigue igual en la narración del protagonista:                              
—Nos tiramos vestidos a una piscina para celebrar la victoria —rememora.

 José Manuel López posa con la fotografía y la copa del Frailes infantil campeón andaluz.
José Manuel López posa con la fotografía y la copa del Frailes infantil campeón andaluz.

Frailes tocó la gloria del hockey regional con los infantiles justo en el cambio de milenio. Tan rápido fue el ascenso como la desaparición del deporte. Ese equipo quedó huérfano. El entrenador se fue a estudiar a Granada. La etapa universitaria tiene algo de metáfora en el caso de los jugadores de hockey de pueblos o ciudades pequeñas: suele ser el final y el principio de algo. Las obras en el polideportivo de Frailes para convertirlo en pabellón cubierto también lastraron al hockey. ¿Habrá segunda parte?
—Yo ya lo he intentado —dice López—. Pero no es fácil. Hace falta el nexo con la liga comarcal que sí había antes.

El alcalde cuenta a este medio que hace cuatro años Frailes y Alcalá compartieron sede de un campeonato. La idea era sondear las opciones de que la práctica levantase el interés de los pequeños del pueblo. No hubo resultado. Otros tiempos.
La juventud de Frailes que quiera hoy jugar a hockey tiene en el club de Alcalá la opción más cercana e interesante.
Ese fue el camino que emprendió José Manuel López.

LA PROMESA SE CONVIERTE EN LA GRAN ESTRELLA JIENNENSE

Miguel García, amigo de López, le dio una idea al frailero que cambió su vida: entrenar con el Club de Hockey Alcalá. López, con 14 ó 15 años, llevaba un par de cursos en blanco. Poco importó. El regreso a la pista —a partir de aquí su historia se centró en hierba— resultó un éxito. Solo un año después recibió la llamada de la selección andaluza para competir en la Sub 16. El físico había cambiado: de ser uno de los benjamines de Frailes mutó en un adolescente con condiciones físicas óptimas para el deporte. Ya no solo era que el hockey se le daba mejor; cada vez le gustaba más.

Las fases en las categorías se sucedieron con éxito, pues logró ser subcampeón de España en el autonómico Sub 16, celebrado en Barcelona; conseguir el bronce con Andalucía Sub 18 en sendos campeonatos disputados en Granada y Madrid, y conseguir medallas con España Sub 18 en Inglaterra. Un momento clave de la historia reciente del club alcalaíno fue el primer ascenso a División de Honor. José Manuel López, estrella del equipo, tenía entonces 17 años. La gesta acabó en drama. Un equipo en la élite es una exigencia mayúscula para un club con un presupuesto humilde. Los viajes semanales por el país suponían un obstáculo para asegurar un mínimo de efectivos en el plantel.
—Renunciamos. La Federación Española nos relegó a la última división. Desapareció el hockey sénior —cuenta.

Los días de José Manuel López en Alcalá estaban contados. Dos hombres advirtieron que el chico daba para más. Llegaron las ofertas de Juan Manuel Requena, preparador del Málaga 91, y de Ramón Fernández, técnico del Club de Hockey Benalmádena. López tenía una condición para su nuevo equipo: él no iría solo. Le acompañarían un grupo de jugadores con los que vivió el ascenso. Aceptó el Málaga 91.

El arranque en el club malagueño fue tan extraño como prometedor. Los alcalaínos entrenaban en casa y competían con el Málaga 91. Juan Escarré, seleccionador de España Sub18, quedó impresionado con el talento del frailero. Lo convocó para una concentración y más tarde lo citó para un torneo de cuatro naciones y para un campeonato internacional. La carrera del joven estaba despegando.

Como advierte Ortega y Gasset, un hombre es él y sus circunstancias. José Manuel López se ha llevado palos dentro y fuera de las pistas. En verano de 2007, López tomó rumbo hacia la residencia y centro de alto rendimiento Joaquín Blume, en Madrid. Cambió de vida justo quince días después de la muerte de su madre. Su nuevo equipo, el SPV Complutense de Madrid. Es entonces cuando decidió ponerse en la camiseta "Jose Frailes". El topónimo de su pueblo le acompaña todavía como apellido ficticio.

La etapa en Madrid supuso vivir por y para el hockey. Defendió los colores de La Roja en Malasia y Singapur. Ya era un habitual de los torneos internacionales, como en otro torneo cuatro naciones disputado en Sevilla. Un reto de altura le llevó a cambiar de equipo. Fichó por el Benalmádena con un objetivo: lograr que un club andaluz ascendiese a la categoría absoluta sénior. Así fue. López exhibió versatilidad —tanto jugaba de mediocentro como de lateral o de falso nueve— junto a otros tres jugadores de nivel, Diego GavilánJesús Jiménez y Don Prins. Fue Gavilán quien le convenció para dejar Madrid y jugar tres temporadas más en Benalmádena.

En mayo de 2011 el frailero vivió otro revés familiar. El padre sufrió un infarto, y la reacción del hijo fue dejarlo todo para volver a Frailes. Decidió estudiar Actividades y Ciencias del Deporte en Granada, y cuando parecía que su trayectoria se acercaba a los banquillos, más aventuras aguardaban. Un club alemán, el Krefelder Hockey Team, lo fichó en verano. López, con 24 años, hizo la pretemporada, pero una nueva oferta le llevó a Santander. Ahí, en el Sardinero, disfrutó de un equipo joven, unido y con ganas también de vivir.

La distancia geográfica con Jaén provocó el regreso al punto de partida, Alcalá. Dice que le gusta entrenar, pero aún se siente jugador. El éxito más reciente es que el equipo local haya disputado por primera vez un campeonato nacional de hockey sala, al clasificarse entre los ocho mejores del país. Y el reto más grande, sostiene, es asegurar las categorías inferiores, que más niños continúen con el deporte.
—Viene una época buena —afirma.
La suya pasó. O quizás no. El teléfono suena cada cierto tiempo. Todavía hay interés por 'Jose Frailes'.

EL ENTRENADOR MÁS LAUREADO Y LA CANTERANA OLÍMPICA

Actual trabajador del Ayuntamiento de Alcalá, Custodio López (Santa Ana, Alcalá, 195) fue entrenador del club local durante un cuarto de siglo. Lo dejó hace cinco años tras ser director técnico y entrenador del equipo que competía en División de Honor, la máxima categoría, donde Alcalá ha concurrido ocho años, los mismos que en Primera División, la categoría justo por debajo.

Custodio López era un amante de los deportes y del fútbol, en concreto, cuando Francisco Martín le propuso que se formara para ser entrenador de hockey. Vaya si lo consiguió. La trayectoria como preparador de López comenzó antes de los dos momentos claves en el ámbito de las infraestructuras: la apertura del Pabellón Cubierto en 1995 y la puesta de largo del campo de hockey hierba, en 1999. Hubo doce años de travesía hasta la primera fecha. Porque antes, las chicas que entrenó Custodio López lo hicieron en superficies más precarias.
—No había dinero. Teníamos que ser ingeniosos para recaudar fondos y pagarnos inscripciones y viajes —recuerda.

López admite que no había cogido un palo en su vida cuando se puso a dirigir a jugadoras con las que acabó haciendo una familia. El santanero repasa los nombres de las jugadores en un puñado de álbumes de fotografías: Pilar Flores, Felisa Melero, Rosi Teba, Mónica Rueda, Mercedes Contreras, Verónica Díaz, Vicky Gutiérrez y Tere Aguilera, entre otras, desfilan por las imágenes.

En la memoria están los viajes a Granada, que fue la pista oficial hasta la apertura del pabellón, y una anécdota memorable en un campeonato: las jugadoras alcalaínas ejecutaban las penas máximas —penalty stroke— con carrerilla en un partido por el bronce contra Estudiantes 87, en el estreno de las jugadoras en los Juegos Deportivos de Andalucía.
—La árbitra se acercó para decirme que no podíamos tomar carrerilla. Y perdimos. Destaco de aquel grupo la actitud deportiva y el compromiso que tenían —recuerda.
Se escapó el bronce, pero la medalla de chocolate dejaba ver que lo mejor estaba por llegar.

 Custodio López, entrenador del Club de Hockey Alcalá durante 25 años.
Custodio López, entrenador del Club de Hockey Alcalá durante 25 años.

Mónica Rueda (Jaén, 1976), jugadora que también estuvo a las órdenes de Custodio López, asegura que fue el entrenador más importante de la historia del hockey en Alcalá. "Yo creo que ni siquiera él sabe cuánto hizo por nuestro deporte", cuenta ella por teléfono a este diario.

El palmarés creció con triunfos de importancia como el Campeonato de España que se celebró en San Sebastián. Más allá de los títulos, el legado del santanero fue la estructura: creó el Centro de Perfeccionamiento Técnico. Los últimos nombres propios del hockey alcalaíno —José Manuel López, Carmen Cano y Maria de los Ángeles Ruiz— son 'productos' de aquella idea, que daba aún más cariño al talento. "Nos ayudó mucho a crecer. Además, creamos un grupo muy bueno de compañeras", valora Carmen Cano en declaraciones a Lacontra. Ella llegó al club de Alcalá con "11 ó 12 años" en el esplendor de la cantera. "Era espectacular la cantidad de menores que entrenábamos", subraya.

El entrenador santanero aprovechó sus cinco años en el seno de la selección española para importar las técnicas de entreno y las tecnologías más novedosas.
—Me acuerdo de grabar los entrenamientos con una cámara de mano Sony. Ahora están los móviles inteligentes, pero antes mejorábamos detalles de la técnica individual con aquella cámara —señala.
El que fuera concejal de Deportes Pascual Vaca le dio un consejo al entrenador cuando este le preguntó cómo veía eso de irse tres semanas a las Olimpiadas de Barcelona 1992: 'Vete y aprende todo lo que puedas', le dijo antes de que disfrutara de un momento único: portar la antorcha olímpica envuelto en los colores de España.

Custodio López destaca el apoyo de las tres administraciones —ayuntamiento, Diputación y Junta— al hockey de Alcalá. Este año, el equipo de Gobierno ha destinado más de 131.000 euros para remodelar el Pabellón Polideportivo, ahora en obras. También subraya otro factor que explica el éxito de su etapa: siempre estuvo rodeado de personas muy capacitadas académica y culturalmente. Eso permitió que las jugadoras pasaran a ser entrenadoras. Era la mejor forma de activar el círculo virtuoso. Ya como aficionado de a pie, López admite que si bien aquellos 25 años fueron de muchas alegrías y de enriquecimiento personal, también hubo una parte negativa: apenas lo vieron por casa los fines de semana.
—El hockey me ha dado mucho. Pero también me ha quitado. Estuve lejos de mi mujer y de mi hijo. La vocación arrebató momentos familiares.

En cuanto a las conquistas deportivas, Custodio López se queda con una: Mónica Rueda fue la primera canterana en jugar unas olimpiadas.
—Hubo comentarios que relativizaban aquel logro. Yo contestaba que ojalá no hiciesen falta otros veinte siglos para que una jugadora de Alcalá lo consiguiese de nuevo.

Mónica Rueda trabaja de profesora de Educación Física. Llegó a la ciudad de La Mota con 11 años. Fue a mediados de la década de los años ochenta cuando entró en contacto con el hockey. La pasión le llegó primero a través de un maestro conocido como 'Don Juan' y, más tarde, bajo los órdenes de Custodio López. Está muy agradecida a quienes se dejaron la piel por un deporte minoritario. "Yo llevo ahora una escuela de hockey. Lo hago por ilusión. No hay un motivo económico. ¡Y eso que estoy en Madrid!", argumenta.

 La jugadora alcalaína Mónica Rueda.
La jugadora alcalaína Mónica Rueda.

Las claves que, según Rueda, explican las tres décadas de la práctica en Alcalá pasan por la profesionalidad de los entrenadores; la apuesta del Ayuntamiento y también la accesibilidad de los entrenos, fundamentales para captar la atención y crear cantera.

La carrera de Mónica Rueda guarda cierta relación con la de José Manuel López, pues ambos pasaron al ámbito andaluz al filo de la mayoría de edad. Ella jugó en Alcalá hasta los 17 ó 18 años. Después firmó por el equipo de la Universidad de Sevilla. Ahí militó siete temporadas. El siguiente conjunto que defendió fue el Club de Campo Villa de Madrid, donde ahora juegan Carmen Cano y María de los Ángeles Ruiz. Mónica Rueda se marcó 'un Figo': fichó por el SPV Complutense, máximo rival del Club de Campo. "Ahí, con más de treinta años de edad, estaba preparando mi retirada. El año pasado jugué en Segunda División", cuenta.

Su trayectoria con España fue brillante. En apenas un curso, cuando ella tenía 16 años, pasó de la Sub 18 a la absoluta. Fue convocada para dos citas olímpicas, Atlanta 1996 y Atenas 2004. "En las primeras jugué poco, y en las segundas ya sí era la central del equipo", señala.

Rueda entrenó una temporada a José Manuel López, Carmen Cano y María de los Ángeles Ruiz. Dedica elogios para los tres y para el hermano de la última, presente en el staff técnico de España. "Me siento identificada con Carmen Cano. Su caso es el de constancia. Ha entrenado duro durante años hasta que la selección le ha dado la oportunidad. Yo también me quedé fuera en un momento importante, y sé lo que siente", valora.

"Sería un sueño jugar las Olimpiadas. Hablamos de nivel top. Es lo máximo a lo que cualquier jugadora pueda aspirar", admite Carmen Cano. Este año es el clasificatorio con vistas a Tokio 2020, la fecha olímpica. Quién sabe si la mureña repita un gol tan importante como el que le marcó a la selección alemana en el Mundial de Londres. 

NUEVOS TIEMPOS EN LA FEDERACIÓN ANDALUZA

Antonio Aguilera es presidente de la Federación Andaluza de Hockey desde 2016. El alcalaíno, que fue delegado en los primeros año del club local, trabaja ante una situación delicada: afronta una deuda de 230.000 euros heredada de la anterior directiva. 130.000 son facturas impagadas y el resto, 100.000, una subvención no justificada.

En su despacho ubicado en Alcalá, Aguilera detalla a este medio que el objetivo es ejecutar un plan de ajuste que subsane las pérdidas. Hay una estrategia de pago hasta 2022 que mitigará parte del déficit.
—En el caso de la Junta, ya hemos devuelto sobre 80.000 euros.

La tarea en los despachos está trazada. También hay una estrategia deportiva que entronca con la del club local: potenciar la cantera. Hoy juegan en Andalucía, aproximadamente, millar y medio de deportistas acreditados. En Alcalá son en torno a un centenar, desde los seis años hasta la categoría absoluta, según señala Javier Marchal, presidente del club.

 Javier Marchal y Antonio Aguilera, presidentes del club y de la federación andaluza, respectivamente.
Javier Marchal y Antonio Aguilera, presidentes del club y de la federación andaluza, respectivamente.

Pese a la economía maltrecha, la federación andaluza es la cuarta más potente de España tras Cataluña, Madrid y Valencia. "Hemos retomado el plan nacional de talentos y este fin de semana será la segunda concentración de selecciones autonómicas Sub 16 para el Campeonato de España", dice.

El presente y el futuro parecen halagüeños para la ciudad y para la región. Los consultados con este medio coinciden: la historia sería aún más próspera si las cámaras de televisión se fijaran más en el hockey, relegado a los directos en internet, salvo en torneos internacionales. Con pantalla o sin ella, el deporte ya cruza las tres décadas en la provincia. Son los otros palos —menos conocidos, pero gloriosos— de Jaén.

Fotografías interiores y Vídeo: Fran Cano.

Fotografías de la galería: Cedidas.

He visto un error

Únete a nuestro boletín

COMENTARIOS


COMENTA CON FACEBOOK