José Luis González Brotons, los cien años de un poeta 'discreto'

La obra del escritor jiennense, fallecido en 2018, se encuentra repartida en revistas y publicaciones literarias a la espera de ser editada unitariamente

Los que tienen en Adonáis uno de sus principales referentes literarios de los últimos ochenta años de la lírica española se habrán topado más de una vez con su nombre en las páginas cosidas a conciencia de cada uno de los volúmenes de esta legendaria colección de poesía.

Sí, ahí, entre sus históricos suscriptores, un jiennense, José Luis González Brotons (1922-2018) ejercía de 'cónsul' del mar de olivos en las afueras de los libritos que dicen que contienen muchos de los mejores versos que se han escrito en lengua española. 

Un poeta discreto (en el mejor sentido de la palabra), que en sus últimos años paseaba su venerabilidad por las calles de la capital del Santo Reino y que, en los salones de la Merced, ofreció sus postreras clases magistrales de la mano de Claustro Poético, al lado de mitos recientes de aquí como Molina Verdejo, Calvo Morillo...

"Desde la alta cima de sus años, José Luis sabe de toda la poesía giennense del siglo XX, compañero del alma de tantos poetas que se fueron y de las decenas que, en las diversas esquinas de este sabio y relegado reino de Jaén, componen el olivismo", escribió de él su colega Guillermo Sena Medina a cuenta de su pertenencia al mítico grupo literario El Olivo. 

Y apostilla: "Su labor poética ha sido callada y sencilla, pero llena de sentimiento y honradez". Sí, escritor discreto, discretísimo, que tuvo el privilegio de publicar en las páginas de Paisaje, la no menos reputada publicación que el cronista Luis González López mantuvo activa a mediados del pasado siglo XX.

Ingeniero de Minas, siempre en las profundidades que fueron también su territorio religioso, su obra permanece dispersa en publicaciones varias que, de recogerse, formarían una dignísima antología con la firma de uno de los poetas más premiados pero menos reconocidos de Jaén.