El padre Pío, una devoción que se afianza en La Merced

La parroquia jiennense acoge la actividad de un grupo de oración formado en torno a la figura y a la obra del célebre capuchino italiano

Algo tendrá el agua cuando la bendicen, y algo tiene que tener la parroquia jiennense de la Merced para ser histórico semillero de devociones a lo largo de sus siglos de existencia.

No en vano, en ella nació la veneración al Señor de la Buena Muerte en la ciudad, antecedente directo de la actual hermandad sacramental catedralicia. La Morenita de la capital tiene su altar en sus amplísimas naves, de las que sale en procesión cada año. 

Lo mismo que la Cofradía de los Estudiantes, que convierte la plaza aledaña en escenario inexcusable de los Lunes Santos para asistir a una de las procesiones más esperadas de aquí. Y qué decir del Sagrado Corazón de Jesús, recuperado y entrañable cortejo que traduce el potencial de fe de esta feligresía.  

No solo la Pasión y la Gloria dan noticia de ello, que hasta la poesía encontró los brazos abiertos en esta iglesia allá por mediados de los 90 del siglo pasado, cuando un grupo de poetas y amantes de las letras creó en su seno la tertulia y revista Claustro Poético.

Con semejante y hospitalario currículo no es extraño que esta antigua iglesia conventual mantenga intacta su capacidad de atracción, y ahí está el Grupo de Oración Padre Pío, de Jaén, que desde el pasado mes de julio ha encontrado la horma de su zapato en este templo.

"Empezamos en Las Bernardas en 2014, pero desde nuestra llegada a La Merced se ha intensificado la actividad a raíz del calor que da una parroquia, tener un párroco que nos va guiando, la participacion de las actividades propias de la iglesia...", explica Sergio Ramírez, vicejefe del colectivo.

Según aclara, cada tercer sábado de mes acuden allí a rezar: "Se empieza a las siete de la tarde con oración, se expone al Santísimo, se reza el rosario, se dan unas reflexiones sobre documentos conciliares y el Evangelio y, a las ocho, se celebra la eucaristía, que siempre el sacerdote vincula al padre Pío y a lo que dijo sobre los distintos tiempos litúrgicos".

Así de sencillo: oración, oración y oración, "el encuentro de la sed de dios y de la sed del hombre", escribió San Agustín con toda la hondura que caben en esas palabras. 

FINES Y PRESENTE DEL GRUPO

La devoción a San Pío de Pietrelcina no es nueva ni en Jaén capital ni en el resto de la provincia, como demuestra la concurrencia de asistentes de municipios del mar de olivos a los encuentros mensuales del grupo.

"A partir de su canonización es cierto que se ha difundido su figura, especialmente con películas como la de Carlo Carlei, que cada cierto tiempo se emite en televisión; pero ya anteriormente se le tenía mucha devoción", indica el vicejefe.

Alrededor de cincuenta personas componen este colectivo, cuyo directorio encabeza el párroco de La Merced, Juan Jesús Cañete, junto con Deme Martínez (jefa), el propio Ramírez y un secretario, Pedro Alberto González.

Oración, oración y oración... No persiguen salir en procesión, convertirse en cofradía ni nada parecido, abandonar la intimidad del templo mercedario para compartir su devoción a cielo abierto... Pero de ahí al secretismo, a la clausura, va un trecho. 

No en balde, y en cuanto la pandemia pase a la historia, volverán las peregrinaciones a los santos lugares del padre Pío, en tierras italianas; su participación en encuentros diocesanos de promoción eucarística, las convivencias y los retiros espirituales: "Cualquier cosa que se nos demande desde la diócesis", sentencia Sergio Ramírez, y aprovecha para apostillar: 

"Animo a la gente a que se una a nosotros, a conocer a un gran santo de la Iglesia que cambiará sus vidas seguro, como ha cambiado a tantísimos millones de personas que se han acercado a él". Esta tarde, a eso de las siete de la tarde, es una buena oportunidad para hacerlo.