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Belén Guzmán y su maravillosa ventana malagueña

Por Javier Cano - Diciembre 27, 2019
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Belén Guzmán y su maravillosa ventana malagueña
Foto: Javier Cano

La artista jiennense afincada en la Costa del Sol muestra en la Taberna Sanatorio, hasta el 12 de enero, fotos pictóricas con los paisajes que contempla desde su casa

La parte masculina de Robert Capa lo tenía claro: "Las fotos están ahí, esperando que las hagas. La verdad es la mejor fotografía". Sí, el arte de conseguir lo que Heidegger consideraba motivo primordial para cualquier creador: que la verdad acontezca en la obra.

Ni húngara como aquel ni alemán como el filósofo, Belén Guzmán (o lo que es lo mismo, Beguzwoman) es una jiennense del centro de la capital con una vida de lo más intensa: directora de arte de medios de comunicación y en cine y publicidad, tuvo su propia productora y hasta un espacio artístico (La casa de Grund) que durante cinco años fue un referente en la cultura de la capital de la Costa del Sol, donde reside desde hace ocho años por motivos profesionales.

Luego, el estrés y la salud se aliaron y le dieron un susto que la hicieron apostar por un ritmo más pausado, una forma de existir que encontró en la ventana de su casa de Málaga esa verdad cotidiana que la ha hecho volver a sus orígenes académicos y artísticos: 

"Empecé haciendo Fotografía e Imagen, me pasé a Bellas Artes y luego hice Diseño de moda, de ahí pasé al cine como estilista", recuerda la fotógrafa, que después de la tira de años expone por segunda vez en su vida: "Siempre me ha gustado la fotografía; expuse cuando estudiaba en Granada, en una colectiva, pero esta es la primera vez sola, y en mi tierra, en Jaén", apostilla, rotunda.

¿Por qué? "Porque es Navidad, vengo a ver a la familia y tengo la crítica más verdadera de todas, la de mi gente". Esa que pasa por la Taberna Sanatorio para disfrutar de una copa de vino bueno y sale con los ojos ebrios de Mediterráneo, de crepúsculos, de esos prodigios diarios que ella unge de arte con su móvil, así, como si nada:

"Cojo mi iphone y saco la luz y el color que me gustan; me recuerdan mucho al expresionismo de Marck Rothko, pintor que admiro", afirma Belén Guzmán, cuya obra recuerda tanto a la pintura rectangular del letón. Amaneceres, caídas de la tarde, mediodías impresionistas... "Hacía las fotos y pensaba que tenía que hacer algo con ellas, enseñarlas, compartirlas". Dicho y hecho.

"Son cajas que puedes dejar de pie en una estantería, encima de una mesa e incluso en el suelo, he pasado un poco del papel fotográfico y el cristal que no dé brillo ni reflejos, esto es más de coger brocha, que es lo que a mí me gusta", confiesa.

Acaso un personalísimo regalo para estos días en los que la generosidad se desborda, y a un precio tan popular como las tapas del Sanatorio. Eso sí, conviene darse prisa, que desde el 11 de diciembre (cuando inauguró) hasta hoy, ha vendido ya prácticamente la mitad de la colección.

Hasta el 12 de enero cuelga sus fotos, impresas sobre óleo y artísticamente enmarcadas, en el local del barrio de San Ildefonso esta inquieta mujer que ha tenido casa en media España antes de arraigarse en la que Aleixandre bautizó como ciudad del paraíso, pero que no renuncia a su querencia por otro mar, el de olivos, que le duele, al que ama: 

"Me da mucha pena, porque Jaén es cuna de artistas pero poco reconocidos, y los hay en todo, en la música, en el teatro, en la pintura, en fin... Jaén tiene miedo de crecer, siempre lo he pensado", sentencia.

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