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Hambre cero, 2030

Por Benjamín del Castillo Lozano - Febrero 18, 2019
Hambre cero, 2030

¿Quién le dirá al niño hambriento que tiene que esperar hasta el año 2030 para acariciar en sus manos una hogaza de pan tierno? Si no has sentido cómo el hambre va corroyendo tus entrañas buscando algún nutriente que evite el desfallecimiento y la muerte; si no has mirado al cielo esperando caer una gota de agua que calme tu sed, no podrás imaginar que la vida se pierde en un instante si no estás cerca de una gota de agua y una hogaza de pan. La paradoja inmoral de occidente. En cualquier lugar del mundo “desarrollado”, otro niño tirará el bocadillo a la papelera para no engordar.

Dependiendo el lugar donde la vida te ponga al nacer, podrás alimentarte todos los días sin preguntarte. ¿Por qué? Sin embargo si vienes al mundo en la otra orilla, sin poder comprenderlo, no tendrás nada para saciar tu hambre.

Los dirigentes políticos, antes de acudir a esas reuniones sobre el hambre en el mundo, deberían hacer un día de ayuno, para que sientan en sus estómagos esa sensación de vacío. Aparte de la concienciación que les producirá un día sin alimento, también sentirán la limpieza y depuración interior de sus abarrotados intestinos. Las inversiones en otros campos pueden esperar, pero el hambre cuando llama a la puerta no le puedes decir que: ¡Otro día comeré!

En los países ricos se consume un exceso de proteínas de origen animal: 100 gramos, de proteína al día por persona, cuando la recomendación de la OMS aconseja 0,8 gramos. Por kilo. Así, una persona que pese 80 kilos, debería ingerir diariamente unos 64 gramos diarios.

De los veintitrés aminoácidos que componen la proteína, ocho son esenciales de vital importancia en la dieta. Se los llama esenciales, debido a que el cuerpo no los produce y deben ser administrados por la dieta diaria. Se hallan en alimentos de origen vegetal. Matar animales para extraer proteínas es una arrogante explotación de los recursos finitos de la tierra.

Para producir un gramo de proteína animal, se consume diez gramos de proteína vegetal. Se podría multiplicar el número de seres humanos que puede alimentar el maltrecho planeta. En la producción de carne se despilfarran muchos nutrientes, al invertir soja y otros cereales en la crianza del ganado. Con una hectárea de soja un hombre puede alimentarse durante 5.560 días, mientras que la carne de vacuno que se obtiene por hectárea le mantiene durante 192 días. Millones de personas en el mundo se alimentan sólo de vegetales, y sus necesidades alimentarias están cubiertas. Todos conocemos los efectos que tiene el exceso de carne en la salud. ¡Reflexionemos un poco!

«Dale pan al niño bañado en aceite
que siga creciendo,
para recoger en próximo otoño
olivos de ensueño»

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