Hipérbole Broncano

El humorista despunta en La Resistencia y aprovecha para promocionar Santiago de la Espada con su arma favorita, la exageración

Los humoristas son transgresores que no deberían tener límites en su trabajo. Lo pienso cuando está más en auge que nunca el sentimiento de ofensa (“me cago en el sentimiento de ofensa”, dice el escritor Juan Soto Ivars). Cada jornalero del humor tiene una fórmula, un estilo, y en David Broncano reina quizás la hipérbole. El conductor de La Resistencia siempre tiene guiños a Jaén, su tierra. El último fue con la visita al programa de la cantautora Rozalén. Salió a relucir el nombre de Santiago de la Espada. Intentaba ubicarlo la intérprete y Broncano le dibujó enseguida un mapa mental: —Está como a ocho horas de cualquier sitio. Es como la isla rapanuí —dijo. Broncano elogió la belleza del municipio al tiempo que invitaba al público a visitar Santiago. Ha sido en cierta manera la segunda parte de Amurjo. La historia de la piscina de Orcera dio juego en Late Motiv, tanto para que un argentino tuviera un accidente en el trayecto, impaciente por descubrir las proporciones del bendito piscinón.

A Broncano le va de maravilla en La Resistencia. Ha encontrado un hueco en el late-late show, una franja horaria desierta en la parrilla hasta su llegada. Le respalda la audiencia y los comentarios en las redes sociales de los espectadores que siguen el programa con el móvil a punto para disparar. Quedan exageraciones para rato. Más de un político de nuestra tierra estará encantado de que el humorista siga encadenando historias de la provincia. Una piscina infinita. Un pueblo isla. No tardará mucho en inventar otra Jaén Story.