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La 'Flor 'de Villacarrillo que crece y crece en tierras italianas

Por Javier Cano - Marzo 05, 2023
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La 'Flor 'de Villacarrillo que crece y crece en tierras italianas
El senderismo es otra de las grandes aficiones de la villacarrillense, que no olvida en tierras italianas.

La doctora en Tecnologías de la Información y Comunicación Flor Miriam Plaza difunde las bondades de su pueblo mientras amplía su brillante currículo

Llamándose como se llama, todo lo que sale de sus labios tiene que oler bien, a pétalo o (¿por qué no?) a pan recién hecho, como aquel que nacía en el horno de sus abuelos en su Villacarrillo de su alma: "Huele a campo / después de tu palabra", dice el poeta.

Y eso es lo que pasa cuando se conversa con Flor Miriam Plaza del Arco: que tras cada sílaba suya se respira pueblo, memoria, acento... Cosa que tiene mucho más mérito si se tiene en cuenta que desde hace apenas un mes non parla l'spagnolo (¡vamos, que habla en italiano!).

En Milán, la capital de la moda, crece y crece esta doctora en Tecnologías de la Información y la Comunicación que un día dejó su patria chica para estudiar en el Campus de las Lagunillas y, desde entonces, amplía su brillante currículo aquí, allá o acullá, donde haga falta:   

"Actualmente trabajo como investigadora y profesora en la Universidad de Bocconi; tengo un contrato para dos años, extensible a uno más", explica a este periódico a la par que asegura que "la experiencia está siendo muy grata en todos los sentidos": 

"Es muy gratificante, mis compañeros son más o menos de mi edad", celebra. Colegas de un Grupo de Procesamiento del Lenguaje Natural "formado recientemente pero que está despegando bastante a nivel nacional e internacional", gente de otros países con la que congenia con naturalidad y que la ayuda, pero que mucho, a sobrellevar la distancia, esos ochocientos kilómetros largos que separan el pueblo de la Asunción de Vandelvira con la ciudad de la Madonnina de Perego:

"Milán me está gustando bastante, es más grande que otras con las que he tenido experiencias previamente, pero no grandísima, se puede ir andando a todos lados", afirma.  

Así, montada en el coche de San Fernando, acude cada jornada a su trabajo, donde se mueve como pez en el agua entre investigaciones, proyectos... Pero no solo eso, que el día (y la semana) dan para mucho más aparte de para batirse el cobre entre los venerables muros de la Uni: 

"Trabajo hasta la tarde, pero lo guay de este Grupo de Procesamiento del Lenguaje Natural es que los viernes por la tarde tenemos lo que se denomina 'coding aperitivo', una reunión de dos horas; en la primera, alguien explica un proyecto, una idea en la que esté involucrado, y en la segunda alguien externo da una charla". Hasta aquí, de aperitivo parece que tiene más bien poco, más bien todo es 'coding'.

"Pero durante estas dos horas comemos y bebemos cosas que hemos traído, aunque hablemos. Cuando salimos, a las cinco, nos vamos a lo que se denomina en Italia el aperitivo, por la tarde, unas horas en las que en el bar te ponen un aperitivo más grande que la tapa que tenemos en España. Y luego nos vamos a cenar".  

Esos raticos, unidos al senderismo (otra de sus pasiones), hacen que trabajo, estudio y ocio se lleven a las mil maravillas. 

 Flor Miriam Plaza, arropada por sus padres y su hermana.
Flor Miriam Plaza, arropada por sus padres y su hermana.

ORÍGENES TRABAJADORES

Cualquiera que lea este reportaje podría pensar: "Graduada y Máster en Ingeniería Informática por la Universidad de Jaén, doctora Cum Laudem, congresista, profesora, investigadora ampliamente reconocida con varios premios..., y residente en Milán, la glamurosa Milán". 

Todo eso es verdad, vaya que sí, pero antes que monja fue cocinera y esta joven, nacida en 1994, conoció en carne propia la dureza del campo, el frío de los días de aceituna, la 'vida normal' de una familia obrera cuyos valores sustentan su forma de mirar el mundo, le moldean la actitud:

"Creo que mi hermana y yo (es la menor de la casa) hemos sido las primeras de la familia en estudiar. Mis abuelos eran panaderos, siempre trabajando de sol a sombra, se levantaban muy temprano, no tenían vacaciones", y apostilla:

"Mis padres trabajaron allí también, hasta que a mi padre le dio alergia a la harina y se fue a la construcción, a la empresa de mis tíos; mi madre es ama de casa, pero ha trabajado también en las olivas, igual que yo. Esa es una de las cosas que nos ha impulsado a estudiar a mi hermana y a mí". Lo dicho. 

EMBAJADORA DE SU PATRIA CHICA

Que el futuro de Flor Miriam Plaza del Arco apunta más alto que los picos de los Alpes parece que no admite muchas dudas, pero que tanta proyección tampoco separa sus pies de la tierra natal no hay quien lo discuta. Lean, lean: 

"Aquí hablo mucho de mi pueblo, del aceite de oliva, de cómo somos. Aunque seamos un municipio pequeño, sobresalimos por muchas cosas". Orgullosa de Villacarrillo no: lo siguiente. Pero de verdad, no de boquilla, con hechos...

"En el primer 'coding aperitivo' del que formé parte, me traje aceite verde de Villacarrillo y les hice tostadas de aceite, tomate y jamón, para que conocieran nuestras costumbres. Les encantaron, sobre todo el aceite", recuerda. 

Sí, toda una embajadora que el próximo abril estará de boda (ajena) en su pueblo, el mismo que este año ha decidido que sea ella la merecedora del premio que cada año, por estas fechas, entrega en la gala de las Empoderadas, en su caso en la modalidad de Ciencias.

"Que sigamos siendo un ejemplo para las nuevas generaciones, tanto de humildad como de trabajo; en mi pueblo hay gente muy trabajadora que se esfuerza por hacer cosas buenas, y por hacerlas bien". ¡Cómo no van a quererla sus paisanos!

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