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Salustiano Sánchez, con el corazón repartido entre Bedmar y Jódar

Por Javier Cano - Noviembre 06, 2022
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Salustiano Sánchez, con el corazón repartido entre Bedmar y Jódar
Sánchez (segundo por la izquierda), junto al exrector de la Universidad de Granada Lorenzo Morillas y un grupo de compañeros de la Casa de Jaén. Foto cedida por Salustiano Sánchez.

Desde el mirador de sus 82 años, el docente no deja de pensar en sus pueblos natal y adoptivo desde Granada, la tierra de su último destino profesional

"A los bedmarenses, que los quiero mucho; cuando son las fiestas, la patrona... Se acuerda uno mucho. Nunca me he olvidado de mi pueblo. Y a Jódar le agradezco mucho las atenciones que ha tenido siempre conmigo".

Son palabras de Salustiano Sánchez Lanzas (Bedmar, 1940) que, como su segundo apellido, van directas al centro de la ternura, del sentimiento, de la nostalgia.

Sentires que a sus 82 otoños continúan latentes en el corazón repartido de este maestro de escuela al que la vida llevó a tierras granadinas allá en la última década del XX pero que mantiene intactos su acento, su querencia y la memoria de los paisajes cotidianos de su existencia y su trayectoria profesional. 

Una carrera que más que elegirla, lo eligió a él de la mano de uno de sus maestros y su esposa, empeñados en que Salustiano estudiase, a la vista de sus facultades:

"Me tomaron cariño y siempre estaban detrás de mí", evoca este hijo de carpintero, el mayor de tres hermanos, que si no labró puertas ni ventanas sí se las abrió a muchos con sus clases, con su entrañable manera de ejercer el magisterio:

"Fue un maestro entregado con sus alumnos", asegura Ildefonso Alcalá, cronista oficial de la vieja Galduria. O lo que es lo mismo, que lo que el maestro es importa más que lo que enseña, o eso dijo un célebre psiquiatra norteamericano.

En Bedmar vio la luz primera y estudió "hasta segundo de Bachillerato", de ahí pasó a Jaén capital donde hizo los estudios que le permitieron ejercer su más o menos clara vocación y, también hay que decirlo, se convirtió en forofo del equipo de fútbol de la ciudad. Aquel conjunto glorioso de principios de los 60 en el que un ya mítico '9' blanco derrochaba elegancia dentro y fuera del estadio:

"Al terminar la carrera me coloqué en la Diputación, en el colegio de huérfanos [actual Archivo Histórico Provincial] y todos los domingos bajaba con los niños, uniformados, a ver jugar al Real Jaén, recuerda, y añade: "Hubo problemas, porque los niños entraban gratis al campo, y Arregui intervino para que eso siguiera siendo así. Se lo pasaban bomba allí, estaban deseando que llegara el domingo". 

Luego, oposiciones, breve paso por las aulas de Jimena y llegada al municipio donde, en sus propias palabras, pudo desarrollar la mayor parte de su actividad cultural, donde fue inmensamente feliz: Jódar.

"Fueron buenos años, fundé, con otros compañeros, la asociación Saudar, descubrimos todos los yacimientos arqueológicos de la zona y hasta creamos, en el colegio Arroquia Martínez [donde ocupó los cargos de jefe de departamento de Ciencias Sociales, secretario y jefe de estudios] organizamos una banda de cornetas y tambores con quince o veinte chavales, para que estuvieran entretenidos". 

Sánchez continúa: "Eso fue con Pepe Ruiz, que entendía de música, yo, que era el administrador, y los hermanos Garrido, alumnos del colegio a los que les gustaba mucho la música. Fue aumentando y a día de hoy es una banda mixta de tambores y cornetas con más de cien miembros, que ha actuado ya por toda Andalucía", comenta, orgulloso.  

La patria chica de Almendros Aguilar y Ruiz Amezcua fue, también, el lugar de nacimiento de sus cuatro hijos, fruto de su matrimonio con la bedmarense Andrea Rodríguez, maestra como él, que sin embargo no han tenido continuación en ninguno de sus vástagos. "Una es maestra, pero no hizo las oposiciones", concreta Salustiano.

Tampoco, por ahora, ninguno de sus siete nietos, aunque más de uno de ellos anda todavía en formación y cualquiera sabe si no recoge el testigo de los abuelos. 

"Fue quien puso en mí el interés por la historia, se preocupó bastante por la historia del arte y documentar el patrimonio histórico y artístico de la ciudad, publicando algunos trabajos. Fundamental su forma de ser para tratar a todos con cariño y respeto", suscribe, de nuevo, el cronista Ildefonso Alcalá.

 En el centro (con camisa roja y en pie), Salustiano Sánchez durante una visita a un yacimiento arqueológico galduriense en 1983, con miembros de Saudar. Foto cedida por Ildefonso Alcalá.
En el centro (con camisa roja y en pie), Salustiano Sánchez durante una visita a un yacimiento arqueológico galduriense en 1983, con miembros de Saudar. Foto cedida por Ildefonso Alcalá.

ETAPA GRANADINA

¡Quién le iba a decir a los Sánchez Rodríguez que el escenario de su madurez no iba a hallarse ni en Bedmar ni en Jódar! Al menos físicamente, porque lo que es en la memoria y en el pálpito no hay quien les ponga kilómetros de por medio.

La cuestión es que, allá por 1990, llegó el momento de tomar una decisión importante y vaya si no les tembló la mano: "Eran cuatro hijos para estudiar, y queríamos que tuvieran cerca la universidad". Los dos coincidieron dando clases en un centro de Albolote y lo que pasa, lo uno llevó a lo otro y, a estas alturas de la película, Salustiano y su esposa siguen residiendo en la capital nazarí: 

"Ya tenemos nuestra vida aquí, y además yo tengo problemas de salud y no puedo estar de acá para allá", se lamenta. Allí, en Granada, se les quiere: nada más llegar se integraron en la cotidianidad de la bellísima capital lorquiana, pero sin soltarse del todo del cordón umbilical: 

"Jaén es muy importante para mí, siempre lo ha sido, y me hice socio de la Casa de Jaén en Granada, que era una forma de mantener el contacto con la provincia. Y ahí sigo. Pertenecí también a "Granada histórica y cultural, hacíamos viajes y visitas, actividades en el Parque de las Ciencias, todo eso cuando yo podía andar bien", aclara, y sentencia: "El otro día fui a una cosa a trescientos metros y tuve que ir en taxi".

Recién galardonado por la entidad que agrupa a los jiennenses afincados en la cuna de Manuel de Falla, que lo ha nombrado socio distinguido, agradece los parabienes, pero el premio que de verdad anhela recibir por parte del destino es recuperar agilidad, sortear achaques, sacudirse algunos lustros...

"Lo que siento es no poder estar yo sano para ir de acá para allá, a Jódar, a Bedmar, poder colaborar en sus cosas". No poder ser, de nuevo, un poquito joven, eso que Wilde dijo que es la tragedia de la vejez. 

 Salustiano Sánchez, rodeado de parte de su familia. Foto cedida por Salustiano Sánchez.
Salustiano Sánchez, rodeado de parte de su familia. Foto cedida por Salustiano Sánchez.

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COMENTARIOS

Francisco Sánchez Rodríguez

Francisco Sánchez Rodríguez Diciembre 29, 2023

Toda su familia estamos muy orgullosos de él y nos alegra mucho este articulo hablando un poco sobre su vida. Francisco.

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