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"Siempre quise tener un trozo de tierra para cultivarlo"

Por Javier Cano - Junio 16, 2021
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"Siempre quise tener un trozo de tierra para cultivarlo"
Eduardo Jesús Soriano trabaja en el huerto social adjudicado por el Consistorio. Foto: Ayuntamiento de Orcera.

El orcereño Eduardo Jesús Soriano disfruta de la iniciativa de huertos sociales puesta en marcha por el Ayuntamiento de Orcera, con el patrocinio de la Diputación

"Mi familia no posee terrenos, siempre he tenido la ilusión de tener un trozo de tierra para cultivarlo y ahora me ha venido esta gran oportunidad".

Quien está así de contento es el orcereño Eduardo José Soriano Manrique y la oportunidad a la que se refiere, la que celebra con esa alegría de niño ininterrumpido que, según el poeta Benjamín Prado, destilaba su maestro y amigo Rafael Alberti, no es otra que el huerto social del que dispone a cuenta de la iniciativa Orcera Organic, dentro del marco del programa Orcera Farming puesto en marcha por el Ayuntamiento con el patrocinio de la Diputación Provincial:

"La idea es valorizar unos importantes recursos que se encuentran ociosos actualmente en el municipio de Orcera y que son las huertas tradicionales de regadío, cuyo cultivo se puede realizar de forma orgánica o ecológica", explican desde el Consistorio que preside Juan Francisco Fernández sobre un programa que tiene un objetivo claro: "Poner en contacto a las personas con la tierra independientemente de su situación, edad, grupo social...".

Ahí está Soriano, "uno de los que disfruta de este maravilloso proyecto de recuperación de huertos", aplaude este diplomado en Magisterio de Educación Física, flamante hortelano que se confiesa un enamorado del campo desde que tiene uso de razón: "Lo llevo en la sangre, en los genes, mis padres trabajaron en la aceituna, en la vendimia, y como tenían dificultades para pagarme la carrera, yo mismo tuve que trabajar también en el campo para pagármela".

Una historia de superación con final feliz, encantado de la vida como está desde que sabe que amanecer y poder encaminarse hacia el terreno que le han adjudicado es una realidad "a dos o tres minutos" de su casa.

"En principio estamos todos en una parcela grande, actualmente de unos cien metros cuadrados, que se ha subdividido en varias, somos entre nueve y diez usuarios que aprovechamos tierras sin sembrar, en barbecho se podría decir, y cada uno a su estilo, a su manera, con las hortalizas que ha querido sembrar, lo va sacando", explica. 

En su caso, cebollas, pimientos, patatas, tomates, berenjenas, calabacines, pepinos... Un suntuoso bodegón como los que pintaba el barroco Abraham Mignon pero eso sí, cien por cien Orcera. 

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