Identifican un escudo episcopal en la Torre de San Miguel
Los trabajos acometidos en la torre después de que en abril se desprendiesen algunos fragmentos a la calle permiten descubrir datos significativos
Buenas noticias para la recuperación del legado histórico de Andújar. La inspección llevada a cabo por técnicos municipales y Bomberos para determinar el deterioro de la torre de la iglesia de San Miguel ha permitido conocer datos significativos. Se ha identificado un escudo episcopal, concretamente del prelado don Francisco Delgado, que fue obispo de Jaén entre 1566 y 1576, tal y como informa la Asociación Amigos del Patrimonio. Conviene recordar que las inspecciones se acometieron tras caer algunos trozos de material a la calle a principios del mes de abril.
La asociación explica que los escudos episcopales –fotografiados por Enrique Sánchez- se encuentran bajo el alero que corona el cuerpo de campanas. Uno de ellos ha podido ser identificado gracias a conservarse parte de la imagen superior de un castillo en el cantón superior izquierdo. Es una imagen suficientemente clara como para determinar que es el prelado don Francisco Delgado, obispo de Jaén entre 1566 y 1576.
Su escudo heráldico está partido, teniendo en el lado izquierdo dos castillos y en el derecho tres bandas. El profesor Domínguez Cubero explica que fue un obispo constructor que edificó en la comarca la torre de San Martín de Tour y la sacristía y espadaña de Santa María en Arjona. "Con este dato hay que adelantar la cronología de la torre de San Miguel, como mínimo, hasta finales del tercer cuarto del quinientos, aunque la terminación tenga que esperar al inicio de la siguiente centuria, es decir el siglo XVII, puntualiza.
SEGUNDO ESCUDO
El escudo de la derecha, debido a la erosión del agua y del viento, no tiene ningún elemento identificativo. Se conserva sólo el tondo de piedra de arenisca caliza lisa. Bien pudiera ser de algún prelado de fin de siglo XVI o de comienzos del XVII, como Rojas y Sandoval (1595-1600) o Dávila y Toledo (1600-1615). Francisco Delgado había nacido en la Rioja, fue colegial de San Bartolomé en Salamanca, canónigo de Sigüenza y Toledo, y llegó a Jaén procedente del episcopado de Lugo. Estuvo en el Concilio de Trento y asistió a Felipe II en la rebelión de los moriscos de Granada.
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