Los feligreses regresan a las parroquias jiennenses

Las iglesias de la Diócesis se incorporan a la nueva normalidad con celebraciones eucarísticas y servicios religiosos atentos a las medidas contra el contagio

Las doscientas una parroquias de la Diócesis de Jaén abren hoy sus puertas a la feligresía para, poco a poco, retomar la normalidad perdida en la vida religiosa de la provincia. Desde que el pasado 14 de marzo entrara en vigor la primera declaración del estado de alarma, los fieles jiennenses se han visto obligados a seguir los cultos a través de la televisión, ante la imposibilidad de acudir a los templos.

Desde hoy, sin embargo, el proceso de desescalada permite a los católicos diocesanos volver a las iglesias e, incluso, asistir a misa, comulgar o confesar. Lo hacen, eso sí, con una serie de condiciones que implican no superar un tercio del aforo, respetar las distancias de seguridad, usar mascarillas, desinfectar tanto los espacios utilizados como los objetos propios de la liturgia, evitar aglomeraciones a la entrada y la salida y el uso de geles hidroalcohólicos autorizados a la entrada al edificio sagrado. Quedan totalmente prohibidas la distribución de cualquier tipo de objeto, libros o folletos, la utilización de agua bendita y la actuación de coros para amenizar las celebraciones. 

Uno de los templos que han vuelto a recibir esta misma mañana a sus feligreses es la basílica menor de San Ildefonso, en la capital del Santo Reino. La iglesia donde recibe culto la Virgen de la Capilla, patrona principal de la ciudad, ha celebrado misa a las diez y media de la mañana con asistencia de fieles que, en todo momento, han cumplido las normas impuestas: "Hemos cambiado la misa de las diez a las diez y media, precisamente porque sabemos que la mayoría de las personas son ancianas y los mayores no pueden salir antes de las diez", aclara Manuel Morales García, vicario parroquial de San Ildefonso. 

En sus palabras, la eucaristía matinal se ha celebrado "muy bien, la gente ha estado muy serena, con mucha devoción; aquí, los feligreses son siempre extraordinarios". Aunque la afluencia de personas no ha sido muy elevada, según el sacerdote, sí ha notado que a algunas de ellas se les veía en la cara su actitud de agradecimiento", asegura, y a la hora de la comunión, las personas se han acercado y han comulgado en la mano, solo dos lo han hecho directamente en la boca", detalla Morales.

Otro de los sacramentos que los católicos jiennenses ya pueden llevar a cabo in situ es el de la penitencia, si bien en el caso de la basílica de la patrona las medidas de seguridad afectan también a la hora de la confesión: "No lo hacemos en los confesionarios del templo, sino en las dependencias parroquiales, con las mascarillas puestas y guardando las distancias", afirma el vicario parroquial. Una extraña normalidad que, al menos, sacia la sed espiritual de los fieles tras casi dos meses de confinamiento.