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Abuso sexual, maltrato y condiciones infrahumanas: la pesadilla de unas víctimas de explotación laboral

Por Esperanza Calzado - Octubre 04, 2019
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Abuso sexual, maltrato y condiciones infrahumanas: la pesadilla de unas víctimas de explotación laboral

Juan Jesús Reina, comandante de la Guardia Civil (UCO), ha sido el encargado de dirigir la operación Urofort que ha destapado un entramado de esclavitud en pleno siglo XXI

En situación de semiesclavitud en pleno siglo XXI. Así vivían y trabajaban las personas de origen rumano y moldavo que han sido víctimas de una organización dedicada supuestamente a la explotación laboral y a la trata de seres humanos. Un operativo que nació por un incendio y una discusión en Fuerte del Rey y que ha permitido, tirando del hilo, destapar uno de los casos más importantes de los últimos años en España. Los agentes de la Guardia Civil que han participado en la investigación han vivido situaciones dantescas y, en algunos casos, no daban crédito de las condiciones infrahumanas en las que estaban las 145 víctimas detectadas, aunque pudieran ser hasta 600.

Detrás de todo el operativo estaba el comandante de la UCO Juan Jesús Reina. A algunos lectores les sonará el nombre ya que ha estado al frente de casos tan importantes y mediáticos como la investigación del caso de Diana Quer o en el dispositivo de búsqueda del pequeño Gabriel. Él y su equipo son los que han presenciado las condiciones de "semiesclavitud", como reconocía la subdelegada del Gobierno, Catalina Madueño, que han vivido estas personas. En su lugar dio algunos detalles el teniente coronel jefe del Departamento de Delitos contra las Personas y el Patrimonio de la Unidad Central Operativa (UCO), Javier Rogero Martín. 

Entre las acusaciones que pesan sobre algunos de los detenidos, la mayoría en prisión, está por ejemplo, la de un presunto caso de abuso sexual. Además de vejar a los trabajadores haciéndoles vivir en condiciones de hacinamiento, en espacios sin un mínimo de salubridad, a una de las víctimas supuestamente le obligaron entre varios a hacerle una felación a un hombre. 

Las condiciones en las que estas personas eran 'transportadas' de explotación agrícola en explotación agrícola eran pésimas. Rogero Martín explica que una de las furgonetas estaba sin asientos y ahí iban hacinadas las personas. Otro de los matrimonios, que fue trasladado de Fuerte del Rey a Villanueva de la Reina, iba camuflado con sacos encima. 

La organización alojaba a estas personas en lugares infectos y creaban una especie de economato para venderles ellos mismos la comida y enseres básicos a precios abusivos. En la mayoría de los casos vivían en chabolas soportando temperaturas de hasta 45 grados de temperatura, con ratas y un hedor insoportable.

"Nuestros agentes han visto cómo pasar solo media hora en algunos de estos lugares era realmente penoso. A pesar de que íbamos alertados, ha sido durísimo comprobar esas temperaturas", reconoce Javier Rogero Martín. Las víctimas sufrieron, en alguno de los casos, maltrato psíquico e incluso físico. Todo ello después de jornadas maratonianas de trabajo de diez horas por las que apenas cobraban entre 150 y 200 euros al mes

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