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El Barça piensa mejor

Por Antonio Pulido Casas - Abril 02, 2022
El Barça piensa mejor
Pito celebra el triunfo del Barça ante Inter Movistar en el Olivo Arena. Foto: Juan Carlos Fernández.

El equipo blaugrana es el primer finalista de la Copa de España de Jaén tras romper la racha de ocho victorias consecutivas del Movistar Inter

En la última década no existen equipos que se hayan disputado tantos títulos como Movistar Inter y Barça en el mundo del fútbol sala. Se han encontrado en la mayoría de últimos partidos de los grandes torneos, con suerte repartida para ambos. No obstante, esta campaña se ha incrementado el nivel de conocimiento mutuo, pues son dos toledanos, además de amigos, los que dirigen desde el banquillo: Jesús Velasco y Tino Pérez. Para más igualdad, hasta ocho hombres han vestido los dos escudos: Pito, Ortiz, Boyis, Raúl Gómez, Pol Pacheco, Eric Martel, Rafa López y el propio Velasco. Se avecinaba sudoku.

Pero este Movistar Inter no es el de hace seis semanas. Ha recuperado el hambre competitiva y, sobre todo, la puntería. Contra el Barça se repitió lo que ocurrió ante el Palma Futsal: en menos de cinco minutos ya cobraba una ventaja de dos goles (Cecilio y Dani Saldise). Casualmente, con el collar apretado empezó a morderlo el equipo blaugrana. Jesús García sostuvo a los suyos hasta que llegó una de esas cosas más impepinables en la vida: Sergio Lozano siempre anota. El madrileño señaló el suelo con rabia hasta decir que había vuelto. Lo mejor es que nunca se había ido, aun estando lesionado. Estaba en la mente de todos.

Parecían volver los fantasmas al vigente campeón del torneo, que intentaba que no coincidiera el transcurso acaecido en los cuartos de final, donde el Palma estuvo a punto de culminar la remontada. Por suerte, Boyis está en un estado sobrenatural. El cordobés recuperó una bola y en el contraataque Dani Saldise aventajó de nuevo a los suyos, para así dotar de mayor ánimo a una temporada difícil del pívot.

Los detalles técnicos eran constantes: caños repentinos, autopases, fintas y paradas de fuerte sonoridad. Era un escenario propio para las estrellas y quizá una des más brillantes, Pito, aprovechó una circunstancia de confusión en área telefónica para devolver la incertidumbre a su adversario. A falta de animación en la grada, el espectáculo se desplegaba sobre la pista, con cinco goles al descanso y sonrisa madrileña un pelín más amplia.

A la vuelta de vestuarios se le borró por completo. Povill niveló la contienda a los pocos segundos de la reanudación. Se reseteó el partido. Nuevo inicio para los dos. El sudoku estaba en blanco y ambos probaban números. Sólo dos estaban claros: el 21 de Dídac y el 27 de Jesús García. Toda tentativa pasaba por sus manos y salía disparada. A menos que Sergio Lozano fuera el autor y la escuadra, su lugar.

Se abría un nuevo escenario para el Inter, que por primera vez en todo el torneo se encontraba por debajo en el marcador. Un (vigente) campeón también debe saber gestionar el aspecto emocional y hacer frente al golpe de realidad. Con más razón si el Barça achucha con dos palos consecutivos.

Daba la sensación de que el Barça estaba más calmado, como si pensara mejor. Como si supiera el resultado de antemano. Como si oliera que el error llegaría. Y llegó: Sergio Lozano completó su triplete particular con un autopase al portero interista, engañado ante la maniobra del capità. El Barça llevaba en bonus muchos minutos sin que el Inter consiguiera la sexta falta. Pito hizo el 6-3 en un contragolpe certero. El portero-jugador sólo sirvió para que Guilhermao se estrenara en el torneo. Los catalanes eran los primeros finalistas.

Se acabó marzo y con él se esfumó la racha invicta del Inter, que había hecho un pleno de ocho triunfos. A día de hoy, el Barça reúne más requisitos para ser propuesto campeón. Al menos este sábado así lo exhibió.

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