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Cuando la distancia familiar es un Estado de alarma

Por Fran Cano - Mayo 03, 2020
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Cuando la distancia familiar es un Estado de alarma
Daniel Mudarra y Toñi Garrido, con sus dos hijos, Celenia y Luis Daniel. Foto: Cedida.

Daniel Mudarra, jiennense afincado en Alemania por motivos laborales, está en contacto con su mujer y sus dos hijos, que continúan la cuarentena en Frailes

Daniel Mudarra Sánchez (Frailes, 1984) emigró a Versmold (Alemania) por motivos laborales hace cerca de ocho meses. A miles de kilómetros de distancia están su mujer, Toñi Garrido, y los hijos de ambos, Celenia (12 años) y Luis Daniel Mudarra (4), en Frailes. "Yo aquí no he notado apenas nada, porque el confinamiento es voluntario. En España sí sé todo lo que ha supuesto la cuarentena", expresa a este medio a través de llamada por WhatsApp. Extraña a su familia y confía en que la desescalada funcione en los plazos previstos por el Gobierno. Le preocupa, como a todos, el impacto de la crisis económica.

El frailero ha estado pendiente de la evolución de la crisis sanitaria en España a partir de las videollamadas con su esposa. Sigue con atención las dos últimas medidas aliviadoras: ya sabe que sus pequeños pueden salir una hora al día a la calle sin franjas horarias, dado que la villa del sur de Jaén está muy por debajo de los 5.000 habitantes. La otra medida es la posibilidad de pasear para los mayores de 14 años y de hacer deporte dentro del municipio.

"Aquí he podido salir a la calle sin problemas. Siempre hay que tener en cuenta la distancia social, pero no estás obligado a quedarte en casa", dice acerca de cómo está llevando él la cuarentena en Alemania, donde ya han muerto más de 6.000 personas por el Covid-19. "También podemos ir en bicicleta, pero es verdad que casi todo está cerrado: restaurantes, cines y teatros", apunta. Él trabajó como ayudante de cocina justo antes de que estallara la epidemia. Ahora trabaja en una empresa de congelados, donde las medidas de desinfección son diarias y exhaustivas. "Llevo guantes y un traje de frío: estoy a 28 grados bajo cero", cuenta.

El Gobierno alemán ha hecho público que el uso de mascarilla será obligatorio desde este miércoles en comercios y departamentos de Administración. Mudarra justo ha visitado hace unos días el ayuntamiento de su localidad para formalizar unos papeles sobre la vivienda que habita con otros dos españoles. En Alemania sí están abiertos los comercios de hasta 800 metros cuadrados de superficie con una condición: dar acceso sólo a un cliente por cada 20 metros cuadrados y evitar que se formen colas en la calle.

Daniel Mudarra cada vez está más aclimatado a la cultura germana: ha entendido ya cómo funcionan las empresas por dentro; las divisiones en las ligas de fútbol, e incluso se atreve con el idioma. "Lo más difícil es la pronunciación", admite. En su cabeza está el pueblo y la familia, y el momento de volver a reunirse con su mujer y sus hijos. Sea en el país que sea.

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