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La segunda libertad de Bódalo

El sindicalista disfruta desde hoy y hasta el viernes de su primer permiso penitenciario y dice que no se arrepiente de nada y que solo quiere estar con su familia

El hijo menor de Andrés Bódalo y su nieta están nerviosos. La niña corretea por el resguardo a la sombra que han encontrado los familiares del sindicalista y sus compañeros del Sindicato Andaluz de Trabajadores en el exterior de la prisión. Él, junto a su hermana mayor, Lorena, aguarda y lanza una media sonrisa cuando se le pregunta por su padre. Todo es impaciencia. "Los niños no han dormido esta noche pensando en que hoy iban a verlo", explica Lorena. Han pasado su particular Noche de Reyes a la espera de sus regalos, que es solo uno, ver de nuevo a Andrés Bodalo en libertad. Aunque solo sean tres días, aunque sea 23 de mayo y no 6 de enero y el sol apriete como en pleno verano. Todo merece la pena para ellos después de algo más de 14 meses sin el referente familiar.

A la puerta de la prisión llegan decenas de coches que los agentes de la Guardia Civil dirigen a un descampado aledaño. Se amontona la gente en la única sombra que hay en el exterior de la cárcel y la llegada de Diego Cañamero marca las pautas: todos a hacer un pasillo para recibir a su "rey". Son las 16:50 horas y Bódalo sale a las 17:00. La Guardia Civil marca el punto hasta el que puede llegar el pasillo formado por las decenas de personas ataviadas con camisetas y banderas del sindicato y solo la familia directa del exconcejal de Jaén en Común puede situarse junto a las vallas por las que saldrá Bodalo. "Ya viene, es él", gritan desde lejos y se arma el revuelo.

 Andrés Bodalo y su familia. Foto: MARC
Andrés Bodalo y su familia. Foto: MARC

LA SALIDA

Es el momento, lo que llevaban esperando desde hace más de un año, con sus denegaciones de permiso y recursos incluidos. Las noches pensando en cómo estará papá se acaban, al menos por tres días, y todo se olvida en un abrazo, el de Andrés Bódalo y su familia al completo. Un abrazo que el sindicalista acompaña con un gesto de ilusión en su cara mientras mira como decenas de compañeros le esperan con la misma ilusión que él. Todos quieren saludar al que, durante muchos meses, ha sido el protagonista de sus reivindicaciones. Abrazos, besos, saludos afectuosos. No cabe un alfiler entre Bódalo y los suyos y al final del pasillo su madre, con la que se funde en un nuevo abrazo que se alarga durante muchos segundos. Y Andrés llora junto a los suyos y habla ante la prensa.

Tiene ganas de soltar todo lo que lleva guardando durante las noche entre rejas. Y relata: "Me he llevado una sorpresa al ver a toda mi familia, que han sido los que en verdad lo han pasado mal. Y apelo a los medios de comunicación para que esta provincia sepa que Andrés Bódalo no ha faltado nunca a una movilización. La lucha va en los genes del Sindicato Andaluz de Trabajadores y mi actitud y comportamiento en todas esas luchas siempre ha sido ejemplar". La emoción embriaga al sindicalista, que solo quiere dejar clara una cosa: "He repasado mi vida durante todos estos días y estas noches y no he encontrado ningún momento de violencia".

 Curro Moreno y Andrés Bodalo se funden en un abrazo. Foto: MARC
Curro Moreno y Andrés Bodalo se funden en un abrazo. Foto: MARC

LA CÁRCEL

Son más de 14 meses y ni un momento de arrepentimiento. "El tiempo ha demostrado que por lo que luchábamos era verdad, contra la corrupción y la estafa a los trabajadores que ha sido esta crisis. Y seguiremos luchando aunque pasen cosas como entrar en prisión", apunta mientras el resto aplaude con ganas.

Es el momento de Andrés Bodalo y de todos los suyos y nadie quiere quedarse a un lado. Pero el protagonista solo quiere irse con su familia y disfrutar de todo el tiempo que ha perdido en prisión, un lugar "desconocido" para el que nunca ha estado ahí. "Es duro, si aquí hace calor, imagináos dentro, con 600 presos más". Ahora todo se disuelve cuando Andrés se pierde entre la multitud, solo están él y su gran familia y a pesar de que a sus hijos les han "quitado" a su padre después del primer abrazo, todos aguardan con ilusión que llegue esta noche y no haya que pensar en papá. Está ahí, por tres días, porque tiene que volver el próximo viernes a las 17:00 horas. Pero ya está en marcha el próximo permiso y solo quiere que se lo concedan de nuevo. Mientras, tres días dan para mucho.

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