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La inmortalidad del brazalete azulillo

Por Fran Cano - Agosto 12, 2020
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La inmortalidad del brazalete azulillo
Jonathan Rosales celebra el ascenso a Segunda B junto a la estatua de Fran Carlos. Foto: Linares Deportivo.

Jonathan Rosales, capitán del Linares Deportivo, evoca la figura alegre del malogrado Fran Carles en la fiesta del ascenso a Segunda B

Linares es una fiesta desde que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) decidió el ascenso automático a Segunda B de los cuatro equipos del play off adicional. La afición ha sido responsable con los festejos, tanto como los jugadores y el cuerpo técnico. En el regreso a la categoría de bronce, una imagen icónica, para el recuerdo: la del capitán Jonathan Rosales al lado de la estatua del malogrado Fran Carles, con bufanda y bandera azulillas.

El brazalete tiene un significado especial en el fútbol. A menudo lo portan jugadores que tienen un plus de carisma y que suelen ser señalados como líderes por los propios compañeros. Prevalece la idea de que el brazalete no se pide ni se impone, sino que es una bendición de la plantilla. Una responsabilidad. En el Linares Deportivo la cinta del capitán está todavía más impregnada de emociones, porque recuerda a Fran Carles, el capitán que se fue de forma tan cruel como abrupta en verano de 2016.

"Todos sabemos lo que representa Carles. Es el símbolo de la ciudad. Este ascenso va por él", expresa Rosales en declaraciones a este medio. El defensa no dejó de acordarse de su amigo en las celebraciones por el ascenso. Recordó el logrado en Castellón, en 2015. "Él tenía una forma de ser muy peculiar. Era el más alegre, el alma del Linares. Amaba a su ciudad y al equipo", enfatiza Jonathan Rosales. Los aficionados aprovecharon las redes sociales para evocar la figura de Carles. Todos, protagonistas en el verde o aficionados fuera de las gradas por la pandemia, se acordaron del capitán eterno. "Seguro que desde donde esté nos ha ayudado y lo estará celebrando", apunta el hoy portador del brazalete.

Rosales destaca la prudencia de la afición después de que tanto el club como el Ayuntamiento pidiesen evitar aglomeraciones por el riesgo de brotes. "Han sido ejemplares", asegura. El 29 azulillo conoció la decisión del ascenso cuando viajaba con Cervera desde Granada a Linares. El viaje simboliza también todos los realizados, como apuntó Chendo Alarcón en Twitter, a lo largo de un curso superlativo en el campo, con 24 victorias, tres empates y dos derrotas en 29 jornadas.

Al campeón del grupo IX le sentó mal el confinamiento y no pudo con el Real Jaén en el derbi más circunstancial de la historia: "Para nosotros fue el play off de la obligación, no el de la ilusión", razona el capitán, y reivindica el valor de lograr el ascenso, aun con la suspensión del partido contra el CD Marino. "Estar en Segunda B implicará que más aficiones señeras lleguen a la ciudad. Será bueno para todos", añade.

Todavía no se conoce la fecha exacta del regreso a los entrenamientos. La idea de la directiva es mantener el bloque para ser competitivos en la categoría de bronce. La ilusión es máxima mientras la fiesta continúa en Linarejos. Dirigentes, jugadores, cuerpo técnico e hinchada anhelaban el ascenso tras días de espera. Y todos se han acordado del hombre que llevó con orgullo el brazalete y se dejó la piel por el club.

 Jonathan Rosales y el resto de capitanes, en la estatua de Fran Carles. Linares Deportivo.
Jonathan Rosales y el resto de capitanes, en la estatua de Fran Carles. Linares Deportivo.

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