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Pablo García Guzmán: un Charlie Parker con acento de Huelma

Por Javier Cano - Mayo 29, 2021
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Pablo García Guzmán: un Charlie Parker con acento de Huelma
Pablo García Guzmán brilla al saxo en una actuación.

La historia de este joven saxofonista es la de un enamorado de la música que sueña pisar los escenarios abrazado a su instrumento, pero con los pies muy en la tierra

Pablo García Guzmán nació en 2004, es más de Huelma que los andrajos con liebre pero nació en Jaén: "No sé por qué, no tengo ni idea". El primer misterio, la primera leyenda para la historia de este prometedor saxofonista que, algún día, seguramente, arrastrará ríos de fans hasta su pueblo como Charlie Parker a su casa de Kansas. 

Un joven músico que, si no fuera porque él lo dice, a ver quién le iba a echar la edad que tiene, con esa madurez que destila cuando habla, incluso cuando calla: "Y tu silencio suena como un saxo...", escribió el poeta Joan Margarit, como si se hubiera inspirado en plena conversación con el huelmense. 

Pero sí, tiene diecisiete años y una pasión que, además de poner banda sonora a su vida y a la de quienes le rodean, lo tiene todo para convertirse, también, en su modo de estar en el mundo:

"En principio tengo la tesitura de que la música no es que no le vea salida, es que es para gente muy buena y hay muy pocas oportunidades. Lo fácil entre comillas es opositar, ser profesor en un conservatorio o en un instituto. Y a partir de ahí, tener un grupo, moverte, aprovechar cualquier oportunidad que pueda salir", aclara con sus sueños por las nubes y sus pies en la tierra.

Nieto de un cantaor flamenco aficionado (Jacinto Guzmán), asegura que a él debe su aproximación a la música, lo mismo que a su abuela y a su madre la vocación docente. Con él vivió la emocionante experiencia de pulsar las llaves del saxo mientras su abuelo derramaba melismas en una actuación en Baeza.

Mucho antes de eso, cuando solo contaba diez años de existencia en este mundo, llegó a la Banda Sebastián Valero, de su pueblo, para aprender música, y en sus filas sigue: madurez y lealtad, valores insoslayables para Pablo García. 

Un momento trascendental para él, si se tiene en cuenta que fue ahí cuando el sensual instrumento y Pablo García se dieron el 'sí quiero": "Me presenté a la banda, di clases de Solfeo y cuando el director me vio bien, me ofreció un instrumento, un saxofón. Si me hubiese dicho una trompeta o una tuba, lo mismo". Vamos, que no es un futuro Miles Davis de puro milagro.

 Pablo García, con Federico Coca y Juan Antonio Aldehuela, dos de sus maestros.
Pablo García, con Federico Coca y Juan Antonio Aldehuela, dos de sus maestros.

"LLegué a esa banda con Francisco Javier Fernández Pereira, ahora director de la banda de Málaga, y con Pedro Herrera, que era también director del Conservatorio de Úbeda; este último, cuando vio que ya estaba preparado,  me preguntó que por qué no me apuntaba al conservatorio, lo hice y ya llevo cuatro años". Federico Coca, el gran instrumentista del municipio, es otro de sus puntales: "Para mí es un maestro", uno de esos nombres propios de los que no deja de aprender, como él mismo afirma. 

Y Úbeda, a día de hoy, el otro escenario vital del protagonista de este reportaje, que combina sus clases de Bachillerato en el instituto huelmense Sierra Mágina con las aulas de la ciudad patrimonial. Bueno, eso y lo que su entrega a la música le procura, que en cuanto tiene ocasión pone su boca en modo soplo para contribuir con sus cualidades a las causas que lo requieren:

"Aparte de tocar en la banda de Huelma, hace un par de semanas participé en el acto del Día del Libro en el pueblo, con Germán Coca, pianista. Hago cosillas que me salen, incluso ha habido un tiempo que he tenido un grupillo para tocar en ceremonias, otro con una chica de Huelma...". Agenda completa la de este (también) deportista, empeñado en sudarse su carrera de fondo. 

¿Lo próximo?: la presentación de un disco con la 'Sebastián Valero', participar en el taller de Baeza al que acude desde hace algunos años o emular al mismísimo Michael Brecker en el ensemble que, para junio, prepara el Conservatorio de Úbeda: "Vamos a hacer cosas chulas", celebra. 

Que este saxo, el de Pablo García Guzmán, cien por cien Huelma, "nos conduzca tras la sombra..." no de una mujer, como escribió Margarit, el premio Cervantes muerto hace nada y menos, sino hacia la luz que la pandemia, poco a poco, parece ir tolerando. 

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