Lo que hablan las mujeres de Begíjar

El grupo de teatro Ilusiones, dirigido por Juana Villa-Real, refleja parte del trabajo educativo realizado por el Centro de Adultos de Begíjar

No hay educación sin emociones. La lección la lleva impartiendo Juana Villa-Real Cruz (Baeza, 1958) durante tres décadas y media. Es la jefa de estudios delegada del Centro de Adultos Seper Virgen de la Cabeza de Begíjar desde hace 31 años, y este curso pone punto final a su vida docente. Parte del legado que deja es el grupo de teatro Ilusiones, ya inmerso en la preparación de Lo que hablan las mujeres, obra de los hermanos Álvarez Quintero.

Recuerda Villa-Real que el colectivo empezó allá por 2012, aproximadamente, en el marco del centro educativo de adultos, parcela en la que ha desarrollado su carrera. El grupo de este curso está formado por once personas, todas mujeres salvo un hombre. Las edades oscilan entre los 40 y los 65 años. "Ellas lo hacen todo, desde preparar el vestuario hasta las representaciones", explica la docente en declaraciones a este periódico.

Ya han representado las obras Yerma, La Casa Bernarda Alba (Federico García Lorca) y Puebla de las Mujeres (Hermanos Álvarez Quintero). Ahora ensayan Lo que hablan las mujeres, que verá la luz en junio, en Baeza, con la fecha aún por concretar. "Son mujeres muy creativas por naturaleza. No les hago falto yo", añade.

LA HORA DEL ADIÓS

Juani Villa-Real admite que está en un momento de "suspiros". Así vive la emoción del último año de servicio, entre la alegría de un tiempo nuevo y la tristeza de dejar atrás buena parte de su vida. "Me he enriquecido personalmente mucho con mi trabajo", señala.

El 'Virgen de la Cabeza' cuenta con cerca de un centenar de alumnos distribuidos en grupos como el mujeres de envejecimiento activo; el de teatro, el de informática; el de Secundaria; el de Inglés y uno pionero en emprendimiento activo. "En este hacen un curso de restauración de muebles que más tarde venden", puntualiza. La recaudación de este año irá destinada al colectivo Proyecto Ilusión, destinado para personas con discapacidad.

La baezana, una más en Begíjar, se hizo profesora por el deseo de transmitir conocimientos. No imaginó que acabaría trabajando con adultos. Y ahora que llega el final no se imagina sin ellos.