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El kebab del pasillo

Por Fran Cano - Febrero 13, 2019
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Los productos de Abdellah Hafid atraen a clientes de la Sierra Sur desde que abrió su negocio en Alcalá hace un lustro

Patata asada, Kebab y Hamburguesas. Cuatro palabras y tres productos bastaron a Abdellah Hafid —marroquí de 35 años— para ponerle el nombre al negocio de comida rápida que tiene en Alcalá. Como al título del comercio le faltaba gancho, la clientela hizo el resto: el kebab del pasillo o el kebab de la Biblioteca. Así lo llaman los consumidores. Vienen no solo de Alcalá, sino de las aldeas y de pueblos cercanos como Castillo y Frailes. El negocio ya suma un lustro de actividad desde que se instaló en el número 8 de la calle Miguel Hernández.

En el local, ubicado muy cerca del Convento de Capuchinos, hay el suficiente espacio para que el propietario cocine a la vista de los clientes. También hay una ventana por la que entra aire y es posible asomar la cabeza; es un sitio estupendo para contemplar a los viandantes.
—Le dicen el del pasillo, porque por aquí pasa mucha gente —dice el dueño, satisfecho por la trayectoria empresarial que lleva desde hace seis años en el sur de Jaén.

Es normal que justo enfrente del comercio haya una hilera de coches con las luces intermitentes, aparcados en doble fila. Los conductores saben que Hafid —siempre con la indumentaria blanca y la gorra negra— es muy rápido, aun cuando se acumulan tres o cuarto personas dentro. El árbitro —la Policía— no verá nada, piensan y arriesgan.

Son poco más de las 20:00 horas del miércoles 7 febrero, y Abdellah Hafid ya tiene los primeros encargos. Una vecina de Frailes —más de 40 años— ha pedido su comida para llevar. Hay pan árabe, pan turco, patatas y hamburguesas, entre otros productos. Todo se vende, pero hay uno que sobresale en la demanda:
—El pan de rollo. El dürüm —admite él.

"MIS DOS HIJOS SON ESPAÑOLES"

El marroquí lleva casi 20 años en España. Vivió un tiempo en Granada hasta que, por comodidad, decidió afincarse en la ciudad de La Mota. Al filo de las dos décadas, valora pedir la doble nacionalidad. Sus dos hijos son españoles.

Hafid trabaja duro sin día de descanso, pues el horario abarca toda la semana con un horario fijo: desde las 19:00 hasta las 00:00 horas. Lo normal es que él sea trabajador y jefe, salvo a partir de marzo, cuando suele hacer una contratación. Hay competencia en Alcalá, y aunque los elogios sean una constante en el caso de El kebab del pasillo, bien vale estar en guardia.
—La gente dice que este es el mejor —despeja él la pregunta.

Clientes coinciden en una ventaja: sus productos destacan por ser livianos. No dejan esa sensación de pesadez.
—Quizá es por las salsas —apunta.
Cuestión de sabor.

Fotografías y vídeo: Fran Cano.

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