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El redoble de los tambores del recuerdo

Por Esperanza Calzado - Agosto 17, 2019
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Los que ayer eran niños hoy son madres y padres que 32 años después vuelven a coger sus instrumentos para revivir a la antigua Banda de Cornetas y Tambores de Navas de Tolosa

La música forma parte de nuestras vidas. Acompaña, evade, tranquiliza, motiva y une. Do sostenido, corcheas y semicorcheas componen melodías que sirven de terapia, ayudan a concentrarse, reducen el estrés, entrenan la memoria... El dramaturgo y novelista Oscar Wilde dijo una vez que "el arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos". Es el verdadero lenguaje universal con el que transmitir lo que uno lleva dentro sin necesidad de decir ni una palabra. Cornetas y tambores han resonado esta semana en Navas de Tolosa, una pequeña pedanía de La Carolina, inundando sus calles de un viaje al pasado que va más allá de un redoble; es la historia de un pueblo revivida 32 años después.

Hace apenas un mes y medio, para las fiestas de San Antonio, Vicente Orellana le hizo una propuesta a Francisco Lorenzo. ¿Por qué no juntarse otra vez y salir a tocar? Poco o nada podían imaginar estos dos miembros de la antigua Banda de Cornetas y Tambores de Navas de Tolosa que 32 años después, peinando canas, con hijos mayores y nietos en su tierna infancia se iban a unir para hacer lo que mejor saben: tocar. Querían evocar recuerdos, recuperar esa sensación de salir por las calles arropados por sus vecinos, de acompañar a la virgen en su paso procesional; querían volver a juntarse. Ni uno ni otro predijeron el trasfondo de una decisión tomada en la barra de una caseta de feria, trasladada a un grupo de WhatsApp y que el pasado jueves, fiesta de la Asunción, se transformó en melodía.

Tras esta decisión han aflorado las raíces de un pueblo, el orgullo de pertenencia, el luchar por las tradiciones, el transmitir valores a los más jóvenes y, lo más importante, se ha puesto encima de la mesa que la amistad está por encima de las dificultades. A pesar de que no han podido estar los 48 miembros, los más de 30 que el pasado jueves se enfundaron el uniforme fueron el orgullo de los vecinos que salieron a la calle a recibirlos en el toque de campana, y que por la noche los jalearon por su tesón por volver a hacer sonar aquellos instrumentos que con rifas y actuaciones en numerosos pueblos de la provincia pudieron comprar y conservar hasta ahora.  

—Volver a tocar los tambores fue fácil una vez cogido el ritmo, pero las trompetas ha sido mucho más difícil.

Lo reconoce Vicente Orellana, que se ríe al recordar las horas de ensayo, cada día a las ocho y media de la tarde durante un mes y medio, sin importar responsabilidades laborales o familiares. Había que hacer un hueco como fuese. 

—Con las cornetas ha sido muy difícil, en mes y medio, coger la embocadura para tocar y más con la particularidad que hace cerca de 30 años que dejaron de tocar.

Lo explica Francisco Lorenzo. Algunos de aquellos que lo hicieron eran niñas hoy convertidas en mujeres que no podían contener las lágrimas de verse enfundadas, de nuevo, en el uniforme, y salir a representar, con orgullo, a la Banda de Cornetas y Tambores de Navas de Tolosa 32 años después.

Y como ese gesto tiene mérito, la Fundación Navas de Tolosa se lo quiso reconocer. Cada año entregan sus reconocimientos a la empresa o colectivo singular que, como no podía ser de otra manera, fue a parar a la agrupación. 

—El colectivo local ejemplar que este año homenajeamos es un grupo de personas que, en su gran mayoría, sin formación musical de ningún tipo, con tesón, ilusión y esfuerzo han sido capaces de convertirse en auténticos maestros del tambor y la trompeta dando forma a esta magnífica banda que ha sido y hoy vuelve a ser el orgullo de Navas de Tolosa. 

Así se anunciaba el reconocimiento que fue acompañado por el premio al vecino ejemplar para Francisco Lorenzo, por su dedicación, desde el año 1987, para mantener y consolidar la banda. Pero no sólo eso, sino por luchar por su pueblo sin interés.

—Esta reunión simboliza para nosotros la ilusión y esperanza de poder disfrutar en lo sucesivo el gozo que supone escuchar la música con las que nos deleitan un puñado de hijos e hijas de Navas de Tolosa que sienten muy dentro de sí el cariño a nuestro pueblo.

Son las palabras que la Fundación le dedicó a Francisco Lorenzo, conocido como "Paco Veneno", que ha hecho ver a este grupo de amigos que querer y desear algo con fuerza hace que lo soñado se haga realidad. Parte de aquellos 48 miembros de la antigua Banda de Cornetas y Tambores Navas de Tolosa han revivido una ilusión con la ayuda invisible pero sentida de tres de ellos que hoy ya no pueden acompañarlos. Lucieron crespones negros y se guardó un minuto de silencio por los compañeros que, allá donde estén, les empujaron con cariño y todavía hoy, 48 horas después, lo hacen para que no abandonen un resurgir que demuestra que los valores son capaces de mover montañas en una sociedad cada día más impersonalizada, individualista y estresada. 

 

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