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JAÉN, PROVINCIA JONDA

JAÉN, PROVINCIA JONDA

Por Javier Cano - Noviembre 14, 2020
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El lunes se cumplen diez años de la declaración del flamenco como Patrimonio de la Humanidad. Un arte al que el mar de olivos no deja de aportar figuras, estilos, 'templos' y citas de culto que hacen del territorio jiennense punto imprescindible del mapa jondo 

"Para cantar por tarantas / hay que nacer en Linares / y escuchar como las cantan / los mineros cuando salen". Esta letra no es más que una de las muchas que certifican la importancia de la provincia jiennense en el universo jondo, al que ha aportado (y en ello sigue) figuras del cante, el toque, el baile, estilos, palos, estudiosos, cabales, letristas... "Jaén lleva al mundo del flamenco su aportación y su personalidad", con palabras de Francisco Viedma, presidente de la Federación de Peñas. 

Cincuenta de estas entidades, auténticos templos de un arte misterioso y profundo a rabiar, copan el mapa del mar de olivos y, a lo largo del año, ungen de relumbrón o condenan al silencio a quienes luchan por hacerse un hueco en este difícil panorama en festivales y recitales; voces clásicas o nuevas voces, guitarras consolidadas o prometedoras, pies que golpean con delicada fuerza hasta esculpir verdaderas estatuas al son de la sonanta o al amor de una siguiriya a capela... 

Peñas como El Trillo, Plomo y Plata, La Besana, Cabrerillo, La Temporera y un montón más, singularísimas Maestranzas donde se sabe callar como hay que hacerlo cuando el aire se puebla de grandeza.

Una aproximación al flamenco según Jaén deja claro cuánto de bueno (y de mucho) posee el Santo Reino a la hora de arrancar pellizcos al alma a base de melismas, de quejíos, de rasgueos, de taconeos... y la presencia del acento de aquí, del talento provincial, en algunos de los hitos inexcusables de esta disciplina. Pasen y vean.

 Organizadores y asistentes al concurso granadino, entre los que se observa a Lorca, Falla, Segovia... Foto: Archivo de Javier Cano.
Organizadores y asistentes al concurso granadino, entre los que se observa a Lorca, Falla, Segovia... Foto: Archivo de Javier Cano.

JAÉN EN EL CONCURSO DE GRANADA DE 1922

Hasta llegar a erigirse, el 16 de noviembre de 2010, en todo un arte Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la mano de la Unesco, el arte jondo acumula etapas en las que la marginalidad y el ninguneo le eran consustanciales. 

Dejando de lado los orígenes de esta manifestación humanísima, de la que se ocuparon en su día mentes preclaras y en ello siguen las de ahora mismo, lo que sí está claro es que a quienes nacían dotados para cantar, tocar o bailar hasta bien entrado el siglo XX no les quedaba otra que frecuentar cafés cantantes, ventas, prostíbulos o fiestas de señoritos para verle color (casi siempre de billete de poca monta) a su derroche de facultades.

Para muchos de estos estudiosos el punto de inflexión lo marcó un acontecimiento cultural que, con el paso de los años, goza de la consideración de hito iniciático, de fin y comienzo de una era flamenca que empezó a dejar atrás la marginalidad hasta abrir, poco a poco, las puertas de la profesionalización y la estima a intérpretes y creadores. 

Se trata del Concurso de Cante Jondo celebrado en Granada en 1922. Un certamen inédito hasta entonces que llevó el flamenco ante un público curioso y, en gran parte, ilustrado. La mismísima Isabel García Lorca, hermana del autor del Romancero Gitano, recordaba cómo Federico ("que era más joven que don Manuel de Falla y podía hacerlo") se recorrió ventas, posadas, mesones y tugurios reclutando artistas para la legendaria cita celebrada en el patio de los Aljibes de la maravillosa Alhambra

Un antes y un después en el que Jaén tuvo mucho que decir, vaya que sí: por lo pronto, el cartel del festival llevaba la firma de un jiennense universal nacido en la calle Portillo, a dos pasos de la Catedral: el pintor del 27 Manuel Ángeles Ortiz (Jaén, 1895-París,1984); no en vano, la Semana de Estudios celebrada por la Peña de Jaén el pasado septiembre tuvo a este vanguardista como leitmotiv.

No acaba ahí la cosa; sabido es, y Francisco Viedma lo suscribe, que otro ilustrísimo comprovinciano, el guitarrista linarense Andrés Segovia, "formó parte del jurado y acompañó por peteneras una lectura de poemas de García Lorca". Casi nada. 

 Lorca y Ángeles Ortiz protagonizaron una gran amistad. Foto: Archivo de Javier Cano.
Lorca y Ángeles Ortiz protagonizaron una gran amistad. Foto: Archivo de Javier Cano.

Y hay más, que "en la nómina de ganadores del concurso también figura el linarense, Juan Soler 'Juan el de Linares (el Pescaero)', que consiguió el segundo premio, dotado con quinientas pesetas" (de las de entonces), y brilló a la sonanta el guitarrista José Cortés.

"Aquí se habla siempre del Tenazas de Morón como ganador, un hombre que tenía ya setenta años o así, y la emergencia de Manolo Caracol, pero en los segundos premios está Juan Soler, que tiene mucha importancia y tuvo éxitos después en Madrid y en otros sitios; en ese podio estuvo también Jaén. Sin querer ser más que nadie, el flamenco de aquí tiene que perder complejos y mostrar con orgullo lo que tenemos", sentencia Viedma, que apostilla:

"La presencia de Jaén en ese concurso no se ha difundido lo suficiente, no se ha cuidado, es una cosa que tenemos que hacer poco a poco desde el flamenco jiennense". Lo escribió García Montero, "somos de una ciudad [de una cargada de paciencia". A difundirlo, pues.

TIERRA DE GRANDES DEL FLAMENCO

En esta línea de asunción de méritos el mar de olivos puede presumir, desde tiempos inmemoriales, de haber aportado a este arte (y de seguir haciéndolo) nombres imprescindibles, a distintos niveles.

El iliturgitano José Illanda, "gran solearero, creador de algunas de las variantes personales de este palo y que cantaron maestros como Pepe de la Matrona, Antonio Mairena y su paisano Rafael Romero", aclara Viedma.

Precisamente Rafael Romero 'El Gallina', supone una "transición entre los viejos maestros y las grandes figuras del final del milenio de gran peso en la historia del flamenco", explica el flamencólogo, "como recuperador de cantes semiderruidos en el olvido: la caña, el polo, tonás... De él diría Menese: "Fue mi maestro y de él aprendí mucho". Sobran más comentarios, viniendo de donde vienen estas palabras.

Carlota Carrillo Fernández 'La Carlotica, gitana de Linares, 'una mujer con una cabeza creativa…' decía de ella su hijo Gabriel Moreno, que popularizó los tangos de su madre y que hacían los gitanos de Linares, y a su vez creador de un estilo propio de fandangos atarantados. "No hay taranta que no sea de Linares", rubricó una vez el gran Fosforito; ni aunque sea por fandangos.

 El bailaor jiennense Javier Valero.
 El bailaor jiennense Javier Valero.

Diego Moreno 'Personita', linarense, creador de un estilo propio de malagueñas; Juanito Valderrama, Carmen Linares, Rosario López, Carlos Cruz, los Canalejas, Joselete de Linares, Carmen Gersol, Niño Jorge, Gema Jiménez, José Rojo, Pepe Justicia, El Tabanco, Javier Valero... Gentes de ayer, de hoy y de mañana que encarnan a la perfección el espíritu jondo del Santo Reino.  

AMPLIO CALENDARIO JONDO

La agenda cultural de la provincia tiene en los festivales, concursos y actuaciones un elevadísimo tanto por ciento de fechas. Sí, desde que las grandes citas de este arte. 

Hay quien asegura que las largas, larguísimas, inacabables noches de cante, toque y baile nacieron alrededor de un potaje (allá en la sevillana Utrera) a finales de los 50, ese periodo en el que coincidían sobre el escenario figuras de la talla de Mairena, Fernanda y Bernarda, Chocolate... Una suerte de edad de oro, vamos.

De aquellos tiempos iniciales destacan, y mucho, el de La Unión, a cuya estela nacería el Concurso de Tarantas de Linares: "Se ha quedado en un concursito que no hemos sabido valorar, coetáneo al de La Unión; Linares es más grande que La Unión y Andalucía más grande que Murcia, pero bueno...", lamenta Francisco Viedma. 

Sea como sea, cada año el linarense teatro Cervantes premia a los mejores intérpretes (y hasta a los letristas de tarantas) de un palo bellísimo en el que confluye la memoria minera de la ciudad.

Pegalajar y Jódar organizan, igualmente, algunos de los encuentros decanos de este arte en territorio jiennense, pero sería en la década de los 80 cuando (dicen quienes saben) los festivales se convertirían en convocatorias inexcusables para los aficionados, y aquí no iba a ser menos.Martos, Andújar, Torredelcampo, Mancha Real, Quesada, Porcuna, Bedmar...

 La afición de Jaén aplaude una actuación en 2019. Foto: Peña Flamenca de Jaén
La afición de Jaén aplaude una actuación en 2019. Foto: Peña Flamenca de Jaén

Úbeda puede presumir de un festival sui géneris, de la mano del músico, cantautor y productor Paco Ortega: Flamencos y Mestizos. Una apuesta por la mezcla que Ortega defiende así:

"Creo que el flamenco es mestizo desde que nació. Me da mucha risa la gente que defiende la pureza del flamenco frente a lo que está pasando ahora. El flamenco es una cosa que surgió, supuestamente, porque unas personas de procedencia hindú y gitana se mezclaron con la gente que vivía en Andalucía, que tenían un folclore, y se mezclaron también con el mundo árabe (ahí tenemos el tema del melisma y todo esto), y entonces surgieron los primeros palos. Cuando oigo a alguien permitirse decir: "Esto no es flamenco y esto sí"... Se puede ser flamenco, por la forma de hablar, por la forma de vestir, por el caracter de un texto, por muchas cosas". Ahí quedó.

La capital cuenta también con citas importantes, como el Festival Internacional de Flamenco Ciudad de Jaén, que abre sus puertas a la convivencia entre clasicismo y vanguardia; el mítico Pepe Polluelas, en tiempo de feria, o sesiones entrañables en torno a la Navidad de la mano de la Peña que preside Alfonso Ibáñez.

Todo ello sin olvidar los circuitos flamencos de la propia Federación Provincial de Peñas Flamencas, A la verde oliva, decano de estos programas en Andalucía, y El Flamenco por las Peñas, que recorren la provincia repartiendo jondura. 

"El flamenco es la cultura más importante que tenemos en España y me atrevo a decir que en Europa. Es una música increíble, tiene una gran fuerza emotiva y un ritmo y una emoción que muy pocos folclores europeos poseen", sentenció alguien que sabía mucho de lo que hablaba, el universal. Paco de Lucía. 

Una cultura que Jaén universaliza y, al tiempo, universaliza a Jaén. "Amo esta tierra bendita, / y la llevo de la mano / como una copla altanera, / como una copla en los labios", escribió Ángel Justo Cámara, de Arjona y poeta flamenco de aquí. ¡Que también los hay!

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