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GUIRADO, ESE DESCONOCIDO JIENNENSE UNIVERSAL

GUIRADO, ESE DESCONOCIDO JIENNENSE UNIVERSAL

Por Javier Cano - Abril 15, 2023
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En el Día Mundial del Arte, Lacontradejaén refresca la memoria del pintor, fallecido en 2010, cuya obra figura en algunos de los museos y colecciones más importantes de todo el mundo 

Cada 15 de abril (la fecha en que nació Da Vinci), el mundo celebra el Día Internacional del Arte. Una jornada propicia para reflexionar sobre la maravillosa aportación de los creadores a la historia de la humanidad y, jaenizando el asunto, poner en valor la nómina de pintores, escultores, músicos, escritores, arquitectos, fotógrafos... de aquí.

Artistas cuya obra, en muchos casos, trasciende las fronteras provinciales, regionales y hasta nacionales sin que sus nombres brillen en la capital del Santo Reino o, como mucho, tímidamente, relegados al desconocimiento general sin que nadie ponga remedio a tan clamorosa ausencia en el callejero o en el exiguo repertorio de lápidas conmemorativas que se gasta Jaén.

"Mi padre amaba Jaén mucho", asegura a este periódico Catalina Guirado-Cheadle, quien ya en 2017 declaraba en las páginas de la prensa jaenera: "Una calle para mi padre sería el mayor honor a su legado".

Desde 2018 (cuando la Universidad reclamó atención para su figura y obra con una sonada exposición), un busto recuerda a Juan Antonio Guirado en las instalaciones de la Escuela de Arte José Nogué, donde dio sus primeros pasos artísticos bajo la batuta docente de Pablo Martín del Castillo.

Viribay lo cita en su referencial Aproximación a la pintura en Jaén (1900-1960), publicada en el boletín del IEG en 2010, año del fallecimiento del pintor; pero si abundante es la bibliografía crítica en torno a su celebrada producción, no es menos cierto que su tierra natal no destaca, precisamente, como apologista de Guirado. 

Ni calle con su nombre ni placa en su casa de la calle Astorga (ese ignorado callejón sin salida que arranca en San Clemente); ni siquiera Los Villares condecora su recuerdo con una vía urbana a su nombre o detalle alguno, y eso que en el precioso municipio de la Sierra Sur (el 'rafaelalbertiano' Antícoli Corrado de Jaén) pasó buenas temporadas y dejó significativos ejemplos de su creatividad. 

"Era silencio, / no miedo, / la visión divina, / creación del genio", escribió de él el poeta villaeriego (afincado en Andújar) Pablo Alcalde (1927-1996), al que ilustró las portadas de más de un libro de versos.

Hoy, Lacontradejaén pone su mirada (la otra mirada del periodismo provincial) en uno de esos, para muchos de sus  paisanos, desconocidos jiennenses universales cuya producción se hace presente en museos de postín y colecciones de primer orden mientras su patria chica prácticamente ni lo conoce.

 nueva Junto a la estatua de la libertad en Nueva York, en 1956. Foto cedida por Catalina Guirado-Cheadle.
nueva Junto a la estatua de la libertad en Nueva York, en 1956. Foto cedida por Catalina Guirado-Cheadle.

APROXIMACIÓN BIOGRÁFICA

Juan Antonio Guirado Espinosa vio la luz primera en Jaén en 1932, pero si algo caracterizó la aventura vital de este singular artista (que hasta quiso ser torero y amaba el flamenco hasta la médula) fue su cosmopolitismo, ese espíritu inquieto que lo llevó a recorrer mundo desde bien pronto, que es lo que pensaba Twain que había que hacer para aprender. 

Roma, París, Nueva York, Miami, Australia, Londres... para terminar de nuevo en España y, al final de su existencia, tras diferentes estancias en la provincia jiennense, expirar finalmente en tierras almerienses, en cuyos montes descansan sus cenizas. 

Pasó, como ya se ha dicho líneas arriba, por la Escuela José Nogué, estudios que ampliaría después en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, junto con el oficio adquirido en los talleres de maestros como Joaquín Segarra y Romero Ressendi. 

Pero sería en 1956 cuando un episodio casi novelesco, de película de Hollywood, le permitiría encandilar a más de un amante de la pintura y, de esta forma, dar comienzo a una trayectoria artística cada día más cotizada.

Según se narra en sus biografías, "una pareja estadounidense se le acercó mientras él dibujaba el Arco de Cuchilleros de Madrid​ para que le indicara cómo llegar a un buen restaurante. En lugar de solo dar instrucciones, Juan los condujo al restaurante principal de la ciudad y fue invitado a unirse a ellos, siendo contratado como conductor para un viaje de negocios".

El relato prosigue: "Durante el viaje floreció una amistad y, al regresar a Madrid, la pareja, después de ver el trabajo de Guirado en su estudio, compró varias de sus pinturas a ochenta veces el valor de lo que el pintor había estado recibido hasta ese momento​ Debido a esta relación, en 1956 Guirado fue invitado a exponer en la prestigiosa Galería Soler en el Hotel Fontainbleau en Miami".

​De ahí, a conquistar salas museísticas y paredes particulares de primer nivel a lo largo y ancho del planeta: prestigiosas galerías australianas como El Dorado, Red Rose, St. Ives o Roundhouse de la Universidad de Nueva Gales del Sur; Cultart (Madrid); Kemptovic en Le Touquet-Paris-Plage y Museo de Angers, en Francia; Universidad de Búfalo (Nueva York); Museo de Arte e Historia de Ginebra; Via Condomer de Venecia; Museo Británico de Londres; Musée d'art et d'histoire, en Ginebra; el Museo cívico de Trevizo... 

Ah, y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en cuyos fondos figura una pieza con su firma gracias a una pintura de la que el crítico Manuel Quintanilla dijo: "Lo único que necesita es ser contemplada con la meticulosidad propia de la mente paciente y libre de los condicionamientos materialistas de nuestra realidad".

 Portada del poeta villariego Pablo Alcalde, realizada por Guirado. Foto cedida por Victoriano Muñoz.
Portada del poeta villariego Pablo Alcalde, realizada por Guirado. Foto cedida por Victoriano Muñoz.

REFERENTE DEL INTRARREALISMO

El jiennense es considerado por muchos "el principal ejecutor del intrarrealismo en España" (Tamara Iglesias, The Cultural Magazine, 2019).

Un movimiento que en palabras de la propia historiadora del arte, nació "a la lumbre de acontecimientos bélicos como la Guerra Fría o la guerra árabe-israelí, cuando un grupo de creadores encabezados por Agapito Vallmitjana Barbany (escultor catalán) decidió alimentar la conciencia nacional a través de su obra, al tiempo que indagaba en la mente del propio artista-ejecutor por medio de una rotunda introspección directa".

Iglesias continúa: "Con la base del pensamiento de Salvador de Madariaga se comenzó la equiparación del alma del artista con su entorno histórico, la representación de 'lo verdadero' (la situación interna y personal fusionada con el conflicto público) frente a 'lo falso' (la sinestesia, la abrumadora red social de dispendio pecuniario que ya mencionaba Susan Buck-Morrs), respondiendo así a una situación mundial tremendamente conflictiva. Emerge entonces de las aguas de la creatividad más personal, el intrarrealismo".

Maestro del claroscuro, en su etapa de madurez, una vez superada la querencia figurativa e inmerso en la filosofía oriental, propone una suerte de pinturas visionarias deudoras de los postulados de Kandinsky, Dalí o El Greco, lejos ya de sus primeros bodegones y retratos, algunos de los cuales se conservan aún en domicilios particulares villariegos, como gentilmente aporta a este reportaje el cronista oficial del municipio, Victoriano Muñoz.

 Guirado (tercero por la izquierda) junto a un grupo de amigos villariegos. Entre otros aparecen en la imagen Santiago Martos, Juan Alcalde, José García, Lorenzo Delgado y Paco Romero.
 Guirado (tercero por la izquierda) junto a un grupo de amigos villariegos. Entre otros aparecen en la imagen Santiago Martos, Juan Alcalde, José García, Lorenzo Delgado y Paco Romero.

REGRESO A ESPAÑA: LOS VILLARES

Los años 70 trajeron a España nuevos aires democráticos y, con ellos, la presencia de Juan Antonio Guirado en sus paisajes de la infancia y la adolescencia. 

Sí: tras una breve estancia en la capital del país, los Guirado Ballard volvieron escalonadamente al mar de olivos, concretamente al pueblo de Los Villares, donde su cronista oficial lo evoca: 

"Era muy amigo de la familia Delgado Tirado, de constructores", a cuya matriarca retrató. Según Muñoz, la familia vivió, primero, "en una casería antigua, la de Maximina, junto al antiguo molino de propios, del rey, en el camino que lleva a otros molinos harineros; después se trasladó a una urbanización, la Carrasquilla".

Según el cronista local, los Guirado hicieron buenas amistades en Los Villares y dejaron huella en el municipio: "En el bar de Aniceto lo he visto tomar copas muchas veces; aquí es muy conocido, aunque quizá la gente joven no tanto, pero los mayores sí". 

Al respecto, apostilla: "No tiene ningún reconocimiento en el pueblo, no sé por qué pero no tiene ninguna calle". No será por desapego del artista, cuya descendencia conserva el mejor de los recuerdos de aquellos años en el solar del vizconde:

"Yo llegué a Los Villares con cuatro o cinco años", rememora Catalina Guirado-Cheadle. "Recuerdo mi casa, mis amigas y amigos, la familia de Manolito y Rosalita, las montañas y mucho, mucho Jaén, el castillo de Santa Catalina" (¡como que hasta lleva su nombre!).

 En la década de los 60, con una de sus hermanas, en la terraza del antiguo campo hípico de Jaén.
 En la década de los 60, con una de sus hermanas, en la terraza del antiguo campo hípico de Jaén.

¿UNA FUNDACIÓN GUIRADO EN JAÉN?

Ese es el deseo de la única hija del pintor, según expresa a este periódico: contar con una Fundación Juan Antonio Guirado en el lugar donde su padre abrió los ojos por vez primera.

Al respecto, Guirado Cheadle asegura haber mantenido conversaciones tanto con el Ayuntamiento que preside Julio Millán como con la UJA, para impulsar la creación de la entidad y "retribuir a la ciudad" la herencia artística que su progenitor le legó. 

"He hablado con el alcalde, pero por ahora parece que no es posible, habrá que ver en el futuro. Quiero buscar una casa en Jaén, y he quedado con el alcalde en continuar las conversaciones", desvela. 

Si este proyecto se hace posible, las obras de Guirado que permanecen en tierras jiennenses (en su mayoría de las primeras etapas creativas del pintor) contarían con la proximidad de aquellas otras, de nuevo aliento, que la fundación establecería en la capital de la provincia. 

Un paso trascendental, sin duda, para que el reconocimiento jaenés a Juan Antonio Guirado alcance mucho más allá del dignísimo espacio que ocupa su busto en la Escuela de Arte José Nogué.

 Juan Antonio Guirado junto a su hija, Catalina, en 2010, un mes antes de dejar este mundo. Foto cedida por Catalina Guirado Cheadle.
 Juan Antonio Guirado junto a su hija, Catalina, en 2010, un mes antes de dejar este mundo. Foto cedida por Catalina Guirado Cheadle.
 

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