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La motivación, motor para el emprendimiento

Por Juan Alberto González - Febrero 20, 2021
La motivación, motor para el emprendimiento
Imagen de recurso.

Se puede definir la motivación como el "estímulo consciente que mueve a la persona a realizar determinadas acciones para satisfacer alguna necesidad".

Se traduce en cualquier idea, necesidad, emocional, física o intelectual, o condición, que impulsa a la acción. A las razones, causas o impulsos y móviles que producen esa acción las llamamos motivos.

Esa motivación para realizar una acción es tanto mayor cuanto mayor sea el beneficio, monetario, intelectual, físico o emocional, lo que se conoce como rendimiento esperado, que originará esa acción.

Para conseguir ese objetivo, cada persona pondrá en marcha sus capacidades, lo que se conoce como aptitudes o poder hacer lo que se propone.

Cuando no se consigue ese objetivo, puede aparecer un estado emocional que conocemos como frustración, originando una apatía, desánimo o complejo de no ser capaz de conseguir los fines propuestos.

Por el contrario, cuando se alcanza el objetivo propuesto aparece lo que se llama satisfacción.

La consecuencia de esos resultados origina la actitud, que en el primer caso es negativa y en el segundo positiva.

Este proceso pasa por varias fases que se conocen como carencial, dinámica y consumatoria o de realización.

En la fase carencial, la persona carece de algo que precisa para su normal funcionamiento, lo que origina una necesidad. En la dinámica, esa necesidad propicia un impulso a la acción para eliminar ese desequilibrio que experimenta. En la tercera fase de realización aparece un incentivo que es el que impulsa las acciones para conseguir el objetivo.

Como las personas nunca ven colmadas sus necesidades, de cualquier tipo, siempre habrá necesidades que satisfacer, en mayor o menor grado, por lo que este proceso se repite, habitualmente, de forma indefinida.

Aplicado este proceso al tema del emprendimiento, es muy importante conocer y asumir que la motivación es un motor necesario para poder desarrollar un proyecto o idea y poder alcanzar el objetivo propuesto.

Hay tres modelos aceptados generalmente, para la motivación: mecanicista, psicosociológico y antropológico.

El mecanicista considera qué y cuánto hay que entregar a una persona para que haga su trabajo con el interés que se le pide. Se resume en qué incentivos y su cuantía. Se suele traducir en que lo importante es el dinero como motor principal. Puede funcionar al principio, pero llega un momento en que esto no es suficiente.

El modelo psico-sociológico sería la segunda fase de los incentivos. Se considera a la empresa como un organismo social y cada persona forma parte del mismo. Por ello, cuando las necesidades primarias, el dinero, están satisfechas, aparecen otras nuevas que hay que satisfacer.

Abraham Maslow establece 5 tipos de necesidades: Primarias o psicológicas, de seguridad, sociales, de estima y de autorrealización.

Esto es especialmente importante en el caso de los emprendedores y puede definir muy bien las motivaciones que deciden a un emprendedor iniciar la aventura de poner en marcha un proyecto que despierta su ilusión e interés.

Por último, está el modelo antropológico que describe que las motivaciones existen por causas extrínsecas, como el dinero, intrínsecas, como la satisfacción por realizar un trabajo y transcendentes, como prestar ayuda a un compañero que lo necesita. Pueden existir las tres juntas o por separado, aunque la calidad humana viene definida por el orden de importancia de cada una de ellas.

La motivación puede ser, de hecho, el principal motor que propicie el desarrollo y la puesta en marcha de la idea o el proyecto que el emprendedor tenga y es el apoyo y la fuerza moral necesaria para acometer el mismo.

La idea es necesaria, pero no suficiente, para el emprendimiento y la motivación es el aglomerante que une la aptitud y la actitud que ese emprendedor necesita.

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