Cerrar Buscador

"La persona está por encima del músico"

Por Javier Esturillo - Mayo 26, 2018
Vicente Coves, en un concierto.

A Vicente Coves (Linares, 1982) le faltan horas en el día para hacer todo lo que se propone. No para un instante y siempre con la guitarra entre las manos. Está considerado uno de los interprétes más importantes de la tierra. Pese a los enormes hitos que ha conseguido a lo largo de su carrera, es un tipo sencillo, de verbo fácil y sensible. Ama su tierra y a uno de sus mayores genios, Andrés Segovia. Vicente Coves es también presidente de la European Guitar Foundation, una institución que trabaja en la promoción y defensa de la guitarra clásica a través de numerosas iniciativas. Además, es hermano del pianista y director de escena, Manuel Coves, que, al igual que él, triunfa en el mundo. A lo largo de esta entrevista, en la que no solo repasamos su ya larga trayectoria profesional sino que tratamos de comprender su pasión por la guitarra, Vicente Coves no dejará inconscientemente de recordarnos que lo suyo es una maravillosa, absorbente y tremendamente vocacional atracción por la música, a la que solo podrá dedicarse con éxito quien posea el entusiasmo y la convicción que destila él en cada una de sus palabras.

—¿Cómo entra la música en el hogar de los Coves?

—Entró, como en la mayoría de las casas. Primero matricularon mis padres a mi hermano en el Conservatorio en piano. Yo, que soy 7 años más joven, pasé toda mi niñez oyéndole. A los 8 años, me matricularon a mí, primero en piano y, después, pedí pasar a la guitarra y así fue todo.

—¿Nació con la guitarra debajo del brazo o su pasión por ella llegó más tarde?

—Bueno, fue algo realmente bonito. Yo estudiaba piano, el primer o segundo año. Mi padre, me dijo un día que iba a llevarme a ver al mejor guitarrista del mundo, que venía a Linares a tocar el concierto central del Centenario de Andrés Segovia con la Orquesta de Cámara Reina Sofía. Ese guitarrista era Pepe Romero, hablamos del 21 de febrero de 1993, yo tenia 11 años. Me quedé impresionado, era algo asombroso. Pedí a mis padres que me cambiaran de instrumento, y lo hicieron. Después, Pepe ha sido y es mi maestro y amigo. Me siento privilegiado por ello. De él he aprendido todo como guitarrista y como persona, que es excepcional. Siendo el numero uno, tiene un ego cero, cosa muy complicada en esta profesión. A aquel concierto asistí con mi padre y el de mi gran amigo Esteban Ocaña, lamentablemente los dos fallecieron muy jóvenes, pero nos inculcaron la música a tope.

Ahora, 25 años después, he hecho un convenio con Radio Televisión Española (RTVE) para la cesión de derechos de diversos documentales y conciertos para proyectar en el Festival Internacional de la Guitarra de Granada que dirijo. Se hacen tres homenajes "in memoriam" en uno de los sitios mas bellos de Granada, el Paseo del Salón. Tres mil personas disfrutarán de estas proyecciones este año (aparte de los quince conciertos con Pepe Romero, Los Ángeles Guitar Quartet, José Miguel Moreno, etcétera) y el Concurso Internacional de Construcción de Guitarras Antonio Marín Montero. En colaboración también con el Ayuntamiento de Linares, que ha autorizado la proyección y al que lo agradezco encarecidamente, proyectaré, 25 años después, este concierto en homenaje a los 125 años del nacimiento de Andrés Segovia, un concierto que es culpable de que yo sea guitarrista y, porqué no decirlo, de que ese festival que dirijo, ya renombrado en el mundo entero, se realice.

 Vicente Coves inparte una masterclass en la California State University
Vicente Coves inparte una masterclass en la California State University

—¿Qué nivel de influencia tiene en su carrera haber nacido en la misma ciudad que Andrés Segovia?

—Total. Segovia para mí era, desde que tengo uso de razón, como para otro niño hablar de Superman. Me interesaba todo de él. La guitarra que tocaba, sus uñas, la pulsación, su forma de tocar, de sentarse con la guitarra. Era un niño descubriendo mi mundo en la ciudad del guitarrista más famoso de todos los tiempos. Pienso que , aunque todos los linarenses somos cocientes de quien era Segovia, no hemos sabido valorarlo como se debe, y ha quedado todo “para dentro”. Espero que esto pueda cambiar en el futuro. Hay que abrirse y gritar y exportar quien fue este genio. Y es nuestro.

—Tiene un currículum impresionante. ¿Debe haber estudiado mucho?

—Si, lógicamente. Puedes ser muy inspirado, pero si no te pilla trabajando, la inspiración no se materializa. Además, el nivel técnico parte, lógicamente, de unas cualidades innatas pero que hay que trabajar bien y al máximo para que se convierta en realidad. Como guitarrista, me considero autodidacta. Pese a haber hecho los estudios reglados, he de decir que mi propia inquietud fue la que me llevó a avanzar y buscar mi camino. Al menos en los primeros años, hasta conocer a Pepe Romero, fue así.

Como músico, mi formación es distinta. Llevo oyendo los grandes compositores desde que nací, trabajando con grandes compositores que han escrito obras para mí y he sido siempre un loco de admirar el trabajo de los demás. He tenido grandes genios como íntimos amigos Enrique Morente, Juan Habichuela, Horacio Ferrer, el propio Pepe Romero. Al final, la “personalidad musical” de uno se forma de todo lo que le emociona, sea del estilo musical que sea. Muchas veces hago un fraseo y me doy cuenta que acabo de hacerlo en el estilo de como lo cantaría Enrique Morente. Hay discos que oigo sin parar, impregnándome del fraseo de Rubinstein o Pavarotti, por ejemplo. De ese batido que hacen tus gustos musicales, tu personalidad, tus limites técnicos, estéticos y musicales creo que sale luego un Músico que, simplemente, hará lo que pueda.

No me considero mejor ni peor que nadie, en la guitarra puedo hacer más que otros, pero en muchas otras cosas no. De todos estos grandes artistas que he tratado, aprendí una cosa muy importante: la persona está por encima del músico. Me encantaría que me recordasen como un guitarrista que intentaba hacer el sonido más bello cada día, pero lo que trato en la vida es de intentar no estorbar a nadie, hacer mi camino y ayudar a quien mi posición lo permite. Era muy gracioso pero a la vez verdadera lo que decía Rubinstein: "Si estudias al día más de 3 o 4 horas es que no sabes apreciar la vida. Y si no sabes apreciar todo lo que la vida nos ofrece, cómo vas luego a plasmar esas emociones y vivencias en tus interpretaciones". Otra frase buena es de Pepe Romero: "Estudia, pero que los estudios no apaguen al músico, no apaguen la emoción del reencuentro diario con el instrumento".

—Y, además, discípulo de Pepe Romero, como ha comentado. Ahí es nada.

—Eso es un privilegio que la vida me ha dado. Pero, además, es un gran amigo y me ha enseñado todo, por lo que estoy eternamente agradecido.

 Vicente Coves, con la Orquesta Sinfonica de Galicia y John Neschking. Foto: Miguel Ángel Fernández
Vicente Coves, con la Orquesta Sinfonica de Galicia y John Neschking. Foto: Miguel Ángel Fernández

—Ha actuado en alguno de los escenarios más importantes del mundo, ¿Con cuál se queda?

—Complicado. Uno de mis países favoritos es Argentina. La Filarmónica de Buenos Aires y el Teatro Colón son palabras mayores, pero mi debut con orquesta en el Auditorio Nacional también lo recuerdo con cariño -y los 23 bajo cero de Moscow y su Tchaikovsky Great Hall, que es impresionante, también (risas)-.

—Su hermano, además de extraordinario pianista, triunfa como director de orquesta y usted está entre los mejores guitarristas clásicos de España. Su madre debe estar súper orgullosa.

—Mi padre lo estaría también. Era un loco de la música y un hombre de sensibilidad especial que se fue demasiado pronto y que era un defensor de Linares impresionante. No he conocido a nadie más "de Linares" que era él. De vez en cuando. me llega un mensaje a Facebook de alguno de sus amigos y compañeros que todavía viven recordándolo. Qué orgullo. Mi madre, lógicamente, está encantada también. Sabe más de música que nosotros después de haberse tragado los primeros años del sufrimiento pero a la vez bonito aprendizaje.

—Medalla Rubistein, con tratamiento de excelentísimo. Eso suena a algo muy importante. ¿Cuándo se la dieron?

—En 2008, cuando fui a Moscow a tocar en la Tchaikovsky Great Hall, que es una de las salas más importantes de la historia, en la que hay, por ejemplo, videos de Rubinstein tocando cuando todavía no se había conseguido grabar el sonido y era un concierto mudo, que tiene gracia. Aquello impone. Fue el reconocimiento por el gran trabajo de un colectivo de personas por un proyecto ruso-andaluz que se ejecutó en varias fases, culminando con aquel concierto, otro que toqué en la Sala Rachmaninov y esta Medalla otorgada por el Conservatorio-Universidad de Moscow.

—¿Qué es la European Guitar Foundation?

—Es una fundación que presido y que tiene el fin de poner en valor la guitarra española. Tenemos un tesoro en nuestras manos que no apreciamos suficientemente. La verdad es que estamos haciendo un trabajo fantástico, del que estoy muy orgulloso. La European Guitar Foundation crea, dirige y produce los ya reconocidos Festival Internacional de la Guitarra de Granada, el Concurso Internacional de Construcción de Guitarras Antonio Marín Montero y, de nueva creación, el Andalucía Music Festival.

—¿Qué ha aportado Astor Piazzolla a la música clásica contemporánea?

—Piazzolla fue un alma libre. Era un genio, un hombre con una cabeza privilegiada que puso al servicio de la música. Llevó el tango a las grandes salas de concierto y luchó toda su vida contra los críticos que lo masacraban. Al final, todos claudicaron y como si no hubiera pasado nada. Tuvo hasta amenazas de muerte: por hacer música. Los que lo criticaban luego decían que era el renovador del tango. Esa es la verdad de muchos genios. A Morente le pasó igual. ¿Y quién es Morente hoy? Uno de los mas grandes de la historia. Lo hemos perdido y, ¿cuántos hay como él? Ninguno. Además, me unió mucho a Piazzolla mi gran amistad con su letrista, uno de los poetas claves de Argentina, Horacio Ferrer. Él me dejó un regalo antes de morir que saldrá en mi próximo disco con Naxos. El otro día pude ver la película 'Loving Vincent'. Una cinta impresionante que te muestra sus últimos momentos y que cuando ya ha acabado y eres más cociente que nunca de que él fue uno de los más grandes, aparece una frase: "Vincent van Gohg pintó más de 900 cuadros en sus 10 años como pintor. Solo vendió uno en vida”. Se te cae el alma a los pies. Que duro es esto de ser artista.

 Vicente Coves, con el gran Enrique Morente, y el también concertista linarense Esteban Ocaña.
Vicente Coves, con el gran Enrique Morente, y el también concertista linarense Esteban Ocaña.

—¿En qué proyectos anda embarcado?

—En el desarrollo este verano de las ediciones del Festival Internacional de la Guitarra de Granada y el Andalucia Music Festival. Además, tengo que dar unas masterclass para la California State University y, en unas semanas, grabar y tocar conciertos con la BBC Philarmonic, con el maestro Juanjo Mena. Asimismo, comienzo una serie de producciones para mi discográfica Naxos para otros guitarristas. Y debería acabar algunos discos que tengo en cocina para esta discográfica.

—¿Cuándo lo veremos por su ciudad?

—Espero que pronto. Desde que hubo un cambio de dirección en el Conservatorio, este se ha abierto a todos los que salimos de ahí. Nunca, jamás , me habían invitado a nada. Llevo dos años haciendo el curso anual y, este año había 19 alumnos, lo que, permitame decirle, no es muy normal hoy día tanta afluencia a un curso en la guitarra. Estoy agradecido al Conservatorio por esto, me sentí feliz de poder dar todo lo que he aprendido a los que estaban en la silla que yo ocupaba hace 25 años. Vinieron alumnos que, incluso, acabaron la carrera hace tiempo para recibir mis consejos y repitiendo la mayoría de los del primer año. Muy feliz por esto.

—¿Linares vive su época dorada en cuanto a música? Hay tantos y tan buenos intérpretes y directores.

—Los linarenses han sido siempre unos fenómenos en muchos campos. La gente de Linares es muy grande, y hemos sido una ciudad luchadora y de grandes artistas, toreros y demás. Pero creo que el arte ahora mismo está en segundo plano ante el gran desafío que vive nuestra ciudad. Mi mayor deseo es que vuelva a ser una ciudad feliz, como cuando yo era niño y la gente pueda trabajar y criar a sus hijos en su ciudad.

He visto un error

Únete a nuestro boletín

COMENTARIOS


COMENTA CON FACEBOOK