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LA VIDA TRAS ADOPTAR UN ABUELO

LA VIDA TRAS ADOPTAR UN ABUELO

Por Esperanza Calzado - Octubre 09, 2021
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Cuatro residencias jiennenses, 56 personas mayores y 10 voluntarios forman parte del programa Adopta una Abuelo, que cambia la vida a sus participantes. ¿Por qué? 

Hubo un tiempo en que José comía sopa de galets y canelones por San Esteban. Tras la Semana Santa compraba la mona de Pascua y los petardos y bombetas para San Juan. Hubo un tiempo durante el que José pensó que nunca más viviría las tradiciones de su tierra, Cataluña. Desde Barcelona se trasladó a una residencia de Jaén. Creyó que la recta final de su vida la pasaría solo. No tenía hijos, por lo que tampoco nietos. 

José se equivocó. Hoy ya no está entre nosotros pero antes de marcharse volvió a sacar regalos del Tió de Nadal y a cantar el Cagá tió. Recordó sus tiempos en Barcelona y compartió experiencias con quien jamás pensó que podría. Lo hizo con Elena Araque e Irene García: sus nietas adoptivas.

ADOPTA UN ABUELO

Más de dos millones de mayores viven solos en España. 360.000 lo hacen en residencias y el 60% de estas personas no recibe visitas. Con el objetivo de poner remedio, en la medida de lo posible nació la plataforma 'Adopta un abuelo', una iniciativa que evitar la soledad de los ancianos. ¿Cómo evitar esta situación?

'Adopta un Abuelo' es un programa intergeneracional de compañía para la tercera edad que nace con el objetivo de que nuestros mayores se sientan escuchados, acompañados y queridos mientras que los voluntarios aprenden valores y experiencias durante las visitas. La iniciativa ya ha recibido premios nacionales e internacionales en innovación social y sus asociados se cuentan por miles. En Jaén, cuatro residencias jiennenses, 56 personas mayores y 10 voluntarios forman parte de un programa que cambia la vida a sus participantes. ¿Por qué? 

Elena Araque e Irene García, junto con José.
Elena Araque e Irene García, junto con José.

Elena Araque es embajadora de la iniciativa en Jaén. Tiene 29 años y es psicóloga. Todavía recuerda ese momento en el que entró a formar parte de una plataforma que le ha cambiado la forma de mirar la vida. Fue hace unos cuatro años cuando conoció a 'Adopta a un abuelo' a través de las redes sociales. Como tantos y tantos nietos, ella siempre ha tenido un vínculo muy especial con sus progenitores, pero le llamó la atención el poder extrapolarlo a otros mayores que no tenían tanta fortuna. Así que sin dudarlo se puso en contacto con ellos para participar. 

—Empezamos con la ilusión de querer ayudar a alguien y somos nosotras las que hemos ganado mucho más en experiencia personal. 

Relata en una entrevista a Lacontradejaén cómo fueron los primeros pasos en esta iniciativa, en la que se tenía que participar por parejas. Elena no tenía a nadie, pero se lo comentó a una amiga, Irene García, que no tardó ni un segundo en darle la mano en esta aventura. Ahora, las dos son embajadoras. El primer abuelo que adoptaron fue José.

—Comenzamos a tener visitas cada semana en la residencia en la que estaba José, en el horario que nos decían. Él era catalán, no tenía hijos ni nietos y recuerdo perfectamente ese primer día que nos vio.

A cualquiera le pasaría que ese primer día viera todo con un cierto recelo. Pero inmediatamente se creó un vínculo muy especial entre abuelo y 'nietas'. Él empezó a recordar sus tradiciones catalanas, les contaba batallitas a sus dos jovencitas y ellas aprendían y bebían de su experiencia. Quisieron regalarle un poco de su tierra y recuperar tradiciones que nunca pensó que volvería a vivir. Fue cuando José tuvo de nuevo su Tió de Nadal. Tenía 92 años y con Elena e Irene cumplió los 93. Después falleció.

—Por supuesto, su muerte fue muy triste, pero a la vez sentimos la alegría de saber que los últimos años de su vida no los había pasado solo. En su recta final pudo recordar el pasado de su vida con alegría, y no desde la tristeza. Volvió a hablar de su difunta mujer y a sonreír. 

En apenas veinte minutos de conversación con Elena Araque uno se puede dar cuenta de cuánto ha aportado este programa a su vida. José cambió su forma de pensar y desde entonces es embajadora de 'Adopta un abuelo'. Gestionaban las adopciones de otros pero llegó un momento en que ellas quisieron participar de nuevo en primera persona. Esta vez fue con Felisa, a la que ya conocían.

—Ella siempre nos decía que quería ser nuestra abuela y, al final, lo es.

LA ADOPCIÓN EN TIEMPOS DE COVID

Sin embargo, las circunstancias han cambiado mucho en los años transcurridos entre José y Felisa. La pandemia por Covid-19 las ha obligado a readaptarse siempre preservando la seguridad sanitaria de los mayores. 

—Con la pandemia y el confinamiento, de la noche a la mañana estos mayores dejaron de tener visitas, fue muy duro.

Algunos voluntarios tenían los teléfonos personales de sus abuelos y pudieron seguir en contacto, como ellas con Felisa. Otros no gozaron de esa suerte. Una vez pasado el confinamiento había mucho miedo y, sobre todo, mucho sentido de la responsabilidad. Porque como explica Elena, la salud de ellos está por encima de todo.

Ahora, con el paso de los meses, se han retomado las visitas, todas al aire libre, bajo las premisas dictadas por las residencias, con mascarilla y manteniendo todas las medidas de seguridad sanitarias. Atrás se están quedando las llamadas telefónicas y las tablets para volver a verse, aunque no tocarse.

—El reencuentro con Felisa fue muy bonito. Ella quería abrazarnos, volver a salir a tomar café y pastitas como antes, pero no podemos. Aún así, nos ha dado mucha alegría volver a estar con ella.

 Elena Araque e Irene García, junto con Felisa, antes de la pandemia.
Elena Araque e Irene García, junto con Felisa, antes de la pandemia.

¿Por qué participar en el programa? Esta jiennense lo tiene claro.

—Al final, la experiencia que te llevas es muy bonita y enriquecedora. Crees que vas a hacer algo por los demás y acabas ganando tú. Es un regalo mutuo con el que aprendes muchas cosas de ellos. Por eso, animamos a los jiennenses a que participen.

Los jóvenes que quieran vivir esta experiencia pueden registrarse a través de su página web o contactar con ellos a través de Facebook (Adopta Un Abuelo) y en el correo electrónico info@adoptaunabuelo.org.

ADAPTADOS A LA NUEVA NORMALIDAD

'Adopta un abuelo' se ha ido adaptando a la nueva normalidad que obliga la pandemia por Covid-19. Han celebrado el Día Internacional de las Personas Mayores con el lanzamiento de una app. Se trata de la primera aplicación que conecta generaciones en la que los voluntarios pueden conectar con abuelos desde cualquier parte del mundo, hacer llamadas y videollamadas, agendar visitas o reservar eventos. Ya está disponible en Play Store y App Store.

Además la app permite controlar las actividades y visitas en tiempo real. Gracias a la protección cifrada de las llamadas y a la verificación de perfiles, se garantiza la seguridad de ambas partes en todo momento. Las personas mayores que participan en el programa viven en centros residenciales y en domicilios particulares. Actualmente, la entidad trabaja con más de 250 residencias y grandes grupos como ORPEA, Amavir, Colisée o el Ayuntamiento de Madrid.

En palabras de Alberto Cabanes, CEO y fundador de Adopta Un Abuelo, la digitalización es fundamental para afrontar los retos sociales del siglo XXI. "Por eso tenemos claro que la app es una herramienta que nos permitirá cumplir con nuestra misión de acompañar a todas las personas mayores del mundo", defiende.

No son los únicos cambios implementados. En mayo, se estrenaron nuevas secciones que están causando sensación, en las que, por supuesto, los protagonistas son los abuelos. Una de ellas es, por ejemplo, 'La Cocina de Adopta', una manea de disfrutar de los conocimientos gastronómicos de las abuelas con vídeos. 

También está 'El consultorio de Don Federico', presidente de honor del programa. Él se autodefine como “una persona de mundo” que ha tenido la suerte de conocer muchos lugares, por lo que habla a la perfección 8 idiomas, inglés y japonés, entre ellos. La mejor parte de esta sección es que se puede participar dejando preguntas y dudas en los comentarios de la publicación. Don Federico las resolverá poniendo todo su corazón y conocimiento en las próximas entregas.

Desde que se puso en marcha el programa, en el año 2014, ya se han conectado más de 3.500 abuelos de toda España con personas comprometidas que han dedicado más de 43.000 horas de compañía hasta la fecha. Este impacto ha sido posible gracias a los más de 3.500 voluntarios, quienes valoran la experiencia con un 4,73 sobre 5.

Tras la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, se ha pasado por un periodo de transformación y de desarrollo tecnológico que les ha permitido seguir realizando su actividad en todos estos meses. Desde una plataforma de llamadas telefónicas en la nube hasta la organización de actividades online, se ha seguido acompañando a los mayores del programa a pesar de las circunstancias. Porque ellos lo merecen y Elena e Irene, también.

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