Poemas para cantar a La Guardia

El poeta Francisco Pérez presenta ante sus paisanos Mentesa en verso, un itinerario sentimental por las costumbres, los paisajes y los personajes del municipio a través de la memoria

"Aunque los pueblos no deben

vivir de glorias pasadas,

conviene que nadie olvide

que fuiste envidia de Hispania;

porque el oro de tus minas

vistió en Roma las estatuas,

y con tu plata se hicieron

las fenicias sus medallas...".

Son fragmentos del poema Romance a La Guardia, del libro Mentesa en verso, apasionada obra en la que la memoria y el amor a su patria chica informan el talento del poeta que lo suscribe: Francisco Pérez. Un maestro de escuela que lleva toda su vida escribiendo rimas, aunque haya esperado hasta más que bien entrada la madurez para compartir su obra con propios y extraños.

"Con doce años, en clase de Literatura, en segundo de Bachiller, había una profesora palentina que leyó el poema del conde Arnaldos, y como los poemas se quedan casi todos sin terminar, en suspenso, nos propuso a ver quién era capaz de terminar el romance, me dio por terminarlo, salí a leerlo, me echaron palmas y a partir de ahí...", evoca.

Y es que, como él mismo asegura, lleva toda la vida escribiendo. Se trata de textos presididos por la sencillez pero que, eso sí, no descuidan la métrica, uno de los fuertes de Pérez, que defiende el ritmo como elemento indispensable para construir un poema: "Me gusta escribir, aunque mis escritos sean simples tienen un fondo y rematan derechos al corazón, mis poemas tienen un final muy impactante, eso es lo que me dicen mis lectores, no es que yo lo diga...", apostilla con modestia.

Es una verdadera crónica andante de su pueblo, y cuando pone la poesía al servicio de la evocación hace que a sus paisanos les recorran escalofríos de esos que solo aparecen cuando el motivo llega hondo: "Son poemas de la infancia, de personajes que han fallecido, hay un capítulo al inicio que se llama 'Santos anónimos' y habla de personajes que llevan treinta años muertos y que no son santos porque no han hecho milagros pero que su vida fue ejemplar, eso a la gente le ha emocionado mucho", confiesa Pérez. 

Jubilado ya después de toda una vida dedicado a la docencia en Cambil, en Jaén y en Torredelcampo, reside actualmente en la capital de la provincia, a un tiro de piedra del pueblo que ama, La Guardia, musa de su inspiración como lo fue Leonor, primero, y después Guiomar para Machado, su poeta predilecto.

Precisamente golpe a golpe y verso a verso ha conformado una bibliografía que cuenta ya con cuatro títulos, con los que tanto jóvenes como mayores pueden acercarse al pasado guardeño: Triángulo de agua, Mentesa, Mentesa en verso (recién presentado) e Insomnio, "premio internacional Nuevos Poetas".

Semblanzas, existencialismo, amor... No rehúye ningún tema, y hasta se atreve con asuntos tan poco poéticos como la eutanasia o el crimen de los novios: "Hay un poeta catalán que me pide esta poesía siempre, porque dice que es el mejor que ha leído en toda su vida", afirma.

Así es Francisco Pérez. Quien quiera conocerlo con hondura, ahí está su obra.