La nueva propuesta de un "escritor intimista con piel jaenera"

Ramón Guixá Tobar publica Café del alba, una recopilación de 54 artículos escritos entre los años 2017 y 2022, siempre con su tierra como personaje inexcusable

Al contrario que su poesía, celebrada por muchos pero dispersa en publicaciones periódicas, la prosa de Ramón Guixá Tobar (Jaén, 1949) anda al alcance de sus lectores en los cuatro libros que ha editado hasta ahora. El último de ellos, Café del alba, vuelve a dar noticia del enamoramiento constante de este profesor jubilado y cofrade histórico hacia su tierra.

Un hombre de la madrugada comprometido con la luz primera, como se autodescribe Alberti en un poema desde su exilio argentino, que debe el título de su última obra, precisamente, a esa costumbre centroeuropea suya de acostarse y amanecer antes que nadie:

"Ceno a las cinco y media de la tarde, me levanto a las cinco y media de la madrugada, desayuno a las seis menos cuarto y a las seis estoy escribiendo; casi todos mis artículos comienzan al alba,  siempre delante de un café cortado. ahí surge el núcleo duro del artículo, después todo es darle forma", explica a este periódico. 

Publicado por el sello editorial Madara e ilustrado con fotografías de clásicos locales del objetivo como Joaquín Sánchez Estrella o Esteban Espinilla, la portada de lo último de Ramón Guixá lleva la firma de otro reconocido artista, el pintor Blas Cabrera Rosa, para la que el autor no ahorra elogios:

"Se trata de un cuadro que me enamoró y que representa el conjunto de los artículos, con los que pretendo mostrar mi universo personal pero siempre con referencia a la ciudad que yo quiero".

Y es que la capital del Santo Reino, temáticamente hablando, no falta a ninguna de las propuestas literarias del jiennense, que lo mismo opina sobre el Real Jaén que describe una visita a Granada, junto con su mujer; un viaje a Cartagena, el futuro, el presente, la juventud... "Pero siempre con esa referencia a la ciudad de Jaén, incluso cuando escribo sobre otro lugar: es un leit motiv para mí". 

Puestos a definirse, no se enmarca dentro del cliché del escritor costumbrista, o no al menos según la descripción tradicional de quienes practican este género: "No sabría decir, muchos me dicen que mi estilo lo es, incluso en la presentación del libro afirmó Antonio Garrido que encontraba parecido entre mis textos y los de Manuel López Pérez o Rafael Ortega Sagrista, pero no sé decir". Y apostilla: 

"Más bien me consideraría un escritor intimista que habla de las costumbres que ha observado en su tierra desde que nació, porque describo mis mundos mas íntimos, y además no me da vergüenza. Todo escritor habla de sí mismo siempre, aunque diga lo contrario, pero a mí es que no me cuesta trabajo, es que quiero hacerlo". 

Hablar de uno mismo, que es tan peligroso como agradable, o eso asegura Jardiel Poncela en su Amor se escribe sin hache. Y hablar de Jaén, sin cansarse, sin complejos:

"Nunca dejará de ser protagonista de mis libros, Jaén es parte de mi piel, mi piel es jaenera; la critico como la criticamos los jaeneros, pero la defiendo a capa y espada ante otros. Yo, sin Jaén no sería el mismo escribiendo, es algo que llevo dentro, no lo puedo evitar", concluye.