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Mancha Real vive y respira flamenco

Por Redacción - Julio 27, 2019
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Mancha Real vive y respira flamenco
Alonso Nuñez y Rancapino Chico. Fotos: Vicente Hervás.

La 48 edición de la Pipirrana Flamenca de Mancha Real homenajea a Rafael Valera y deja actuaciones destacables

Un idilio que continúa. El flamenco y Mancha Real han vuelto a vivir una cita auténtica con motivo de la 48 edición de la Pipirrana Flamenco, celebrada en la peña El Trillo. En esta ocasión, la cita sirvió de homenaje a Rafael Valera Espinosa, periodista y flamencólogo jiennense.

María del Mar Dávila, alcaldesa local; Tomás Páez, concejal de Cultura; Ángel Jiménez, presidente de la peña flamenco El Trillo, y la secretaria del colectivo, María del Mar Casas entregaron un recuerdo a la esposa y a la hija del comunicador, reconocido por dedicar su vida al estudio del flamenco.

Otro comunicador del género, el periodista de El Mundo Manuel Martín Martín, hizo de maestro de ceremonias en una velada cargada de espectáculo. El primero en hacerlo fue Evaristo Cuevas, aocmpañado de Eduardo Rebollar. El sevillano regresó a El Trillo y volvió a registrar un éxito notable. Arrancó por soleá y después exhibió su capacidad con las alegrías, las marianas tangos y los fandangos.

ANTONIOA CONTRERAS, MANUEL CÁSTULO Y RANCAPINO CHICO

Cogió el relevo Antonia Contreras, acompañada de su guitarrista, Juan Ramón Caro. "Es una consumada especialista en los cantes de Málaga, muy sentida y gustosa fue la malagueña al estilo de La Trini, que remató recordando el cante de Juan Breva", explica Ángel Jiménez.

El siguiente fue Manuel Cástulo, de la escuela mairenera. Acompañado de Antonio Carrión, empezó con tonás y tientos tangos y siguío con al seguirilla. "Es un cantaor de los de verdad, con unos cimientos inamovibles. Aquí hay cante para rato", alaba el presidente de la peña flamenca. El baile lo puso Mari Naty y su grupo interpretando La caña donde demostró sus más que sobradas facultades para la interpretación de la danza flamenca.

Torrente de voz y fuerza tonal fueron los ases cantaores de Fina de Ángeles que comenzó con alegría caracoleras entre el público, para seguidamente centrarse en la vidalita y milonga, siguió por tangos y concluyó con una tanda de fandangos de Huelva y Natuales. "De nuevo Antonio Carrión volvió a mostrar su dominio de la guitarra flamenca", señala.

Rancapino Chico puso el punto final con las soleas que cantó pasadas las tres y media de la madrugada. También cantó alegrías, tangos y bulerías. "Demostró por qué es una firme realidad dentro del flamenco, el principal heredero de los cantes de Cádiz", alaba Jiménez. La Pipirrana Flamenca cuenta con el respaldo del Ayuntamiento, y ha vuelto a demostrar la vitalidad del género en Mancha Real.

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