¿Qué hacer para mantener el precio del aceite?

Los representantes de tres de las organizaciones agrarias más importantes de Jaén analizan el actual panorama de precios

Nadie, absolutamente nadie, niega que el actual precio del aceite es, cuanto menos, aceptable. Parece que tampoco es difícil ponerse de acuerdo en que después de dos años con precios "más altos" el consumo no se retrotrae. Los hogares que compran aceite de oliva lo siguen haciendo a pesar de que sea más caro. No se debe perder de vista, tampoco, que este producto no es parte esencial de la cesta de la compra. No se gasta una botella diaria de aceite como si fuera pan o leche. Una familia puede comprar una media de cincuenta litros al año, aproximadamente.

Cuando se le pregunta al sector qué hay que hacer para mantener esta línea de precios o cuáles son los retos de futuro es cuando se ven las diferencias. Interrogados sobre las medidas a seguir para que los olivareros no tengan que verse, de nuevo, con precios por debajo de costes de producción, las visiones cambian. Las perspectivas para no llegar a precios de 1.80, que provocan la activación del almacenamiento privado, son diferentes. Aquí, no es fácil ponerse de acuerdo. Eso sí, no son propuestas excluyentes, todo lo contrario, todas aportan su grano de arena.

LaContracrónica analiza con los representantes de tres de las organizaciones agrarias más importantes de Jaén el actual panorama de precios y las medidas para mantenerlos.

Cristóbal Cano, secretario general UPA Jaén

Aceptable. Es el califico que pone a unos precios que superan los umbrales de rentabilidad del cultivo. Producir un kilo de aceite cuesta sobre 2,5 y 2,7 euros al agricultor. "Es aceptable porque a ese nivel de precios se ha visto, en este último año, que el consumo no cae, las exportaciones crecen a mayor ritmo y el consumo interno no cae", argumenta.

En este jugoso juego de los precios y del atractivo reclamo que supone el aceite de oliva, UPA pone la mirada en las cadenas de distribución, a las que han denunciado en algunas ocasiones. "No queremos que el aceite se ponga muy caro, nada más lejos. Hay una ley, la de la cadena alimentaria, que entró en vigor en 2014, que establece que en la gran distribución no se puede vender por debajo de los costes de producción, 2,50 euros el kilo, más o menos, en el caso del olivar. Cuando se hace, como pasó con Día, está infringiendo las normas, que están para cumplirlas", denuncia. Además, Cristóbal Cano considera que si se permiten estas tácticas, al consumidor final le llega el mensaje de que se banaliza el producto. "Se tira por tierra todo el esfuerzo que se hace por promocionarlo y pierde valor en comparación con el girasol", lamenta.

Un punto recurrente es comparase con Italia, quienes parecen que van por delante de España, aunque no todos están de acuerdo. "Allí, el precio está a 5,6 euros y se consume aceite". Cristóbal Cano asegura que los italianos ya tienen hechos los deberes. "Nos llevan muchos años de ventaja en comercialización, lo venden en formatos que le hacen alcanzar este precio", reconoce.

¿Por qué tiene España, pues, estos precios tan altos? A ojos de UPA, se debe a circunstancias externas. A una baja producción mundial, porque los países del arco mediterráneo tienen caídas de más del 50%. "Este año hay poco aceite". Pero es verdad que esta situación puede darse la vuelta en cuestión de un año. "Estamos en una situación de indefensión porque nos queda mucho camino por recorrer. Aunque por primera vez España vende más a EEUU que Italia, nos queda trabajo", reconoce.

Para UPA, uno de las medidas pasa por una mayor unión. "Los que compran se han unido. Para poder establecer condiciones de igualdad hay que estar en su misma dimensión", explica Cano. A su entender, los pasos van por la fusión. Por crear grupos de comercialización fuertes que se unan. "Si queremos ser competitivos no podemos tener fórmulas de hace treinta años", concluye.

Luis Carlos Valero, gerente y portavoz de Asaja

"Siempre hay una tendencia a decir que el precio del aceite es alto porque configuraba parte de la cesta para ver el IPC. Siempre intentaban que estuviese bajo porque interesaba políticamente". Luis Caros Valero tiene claro que el aceite debe tener su precio y que los márgenes en los que se mueven actualmente permiten que el olivarero no pierda dinero. "Si no hubiésemos estado subvencionados por la Unión Europea, aunque en realidad es un complemento de renta, hubiésemos tenido que abandonar la actividad. De ahí que el umbral de precios que tenemos ahora permita que las explotaciones sean más rentables. Cualquier kilo de aceite por debajo de dos euros cuesta el dinero. Ahora está por encima de 3,6 el virgen extra, por lo que rentabilidad, inclusive para el olivar de pendiente, está garantizada", argumenta.

Dese la perspectiva del consumidor, Asaja hace hincapié en que el gasto que puede tener una familia al año en aceite es ínfimo. "Hasta ahora no ha bajado el consumo. A partir de los tres euros se decía que se puede desviar pero, de momento, no ha pasado. Quedan ocho meses de campaña", augura Valero. En cuanto a las exportaciones, recuerda que como lo que se hace es una estimación, hasta los tres meses no se sabe real y fehacientemente lo que se ha vendido.

Luis Carlos Valero es un hombre convencido de que el sector olivarero jiennense está haciendo los deberes. "El sector vende y lo hace bien. Otra cosa es que lo tenga que hacer más y mejor", defiende. Rechaza, de plano, que Italia lo haga mejor que Andalucía. "Hay mucho de demagogia. Somos la bodega del mundo y, por lo tanto, estamos haciendo nuestro trabajo muy bien. A casi ningún productor se le pide lo que al olivarero. No es justo el trato que se nos da porque somos un ejemplo. Si el resto de sectores hubieran hecho el 10% de lo que ha hecho los olivareros de Jaén, otro gallo cantaría", asevera.

Con respecto al futuro, para Asaja el gran reto es la modernización. "El cultivo está en expansión, se está extendiendo por todo el mundo. Ahora nos toca la reconversión, modernización y la mecanización", explica. Valero entiende que con este proceso la rentabilidad subiría.

Juan Luis Ávila, secretario general de COAG Jaén

"Deberíamos ser todos conscientes de una vez de que el precio adecuado es, que si el Ministerio marca que los costes de producción son 2,5 euros, pues sumarle un poco diferencial. Entre 3 y 3,50 es un precio razonable. Un precio que puede pagar el consumidor". Como sus dos compañeros de sector, Juan Luis Ávila considera que por esta senda es por donde deben ir los precios. "Se escuchaban muchas voces de que a partir de tres euros nadie iba a comprar aceite y que se iba a caer el mercado. Nunca hemos estado de acuerdo y estos dos años nos han dado la razón", defiende. Sin embargo, COAG tiene una percepción un tanto diferente en cuanto a los precios. "No creemos que sea malo para la provincia, en general, que esté a 3,7 euros. Pero sí que creemos que es malo para un producto que no solo es un alimento, sino una fuente de salud".

Ante esta premisa, cuál es su propuesta: una horquilla de precios. "No vamos a tener una estabilidad en esos precios altos. No puede ser que unos años lo vendamos a 1,80 y otros a 3,80. No tiene sentido alguno", asevera. Recuerda que el Parlamento Europeo apostó por la regulación del mercado del aceite de oliva y aprobó que existiesen normativas que regulasen el mercado de una forma clara y directa. Sin embargo, la Comisión Europea lo recortó, lamenta. "Hay que llegar a una coordinación en el mercado que permita poner unos mínimos y máximos de precios. El mínimo, ahora, lo marca el precio de desencadenamiento del almacenamiento privado, que está en 1,80 en el caso del virgen extra. Por extensión de norma se debería obligar a retirar un 10, 15 o 20% en proporción al volumen de aceite de la campaña. Eso haría que el precio suba y en cuanto tengamos situaciones como este año, el aceite sale y se regula el precio", argumenta. Es decir, apuestan por regular el mercado con unos precios que acorten los extremos y que oscilen, por ejemplo, entre los 2,30 y 3,50 euros.

"Si cualquier sector en Andalucía hubiese hecho una décima parte de lo que ha hecho el sector olivarero por mejorar, no habría el paro que hay", afirma Juan Luis Ávila. También es de la opinión de que los deberes se están haciendo bien y no es partidario, por ejemplo, de la concentración. "A nivel político es muy bonito decir que hay que concentrarse. ¿Por qué no lo hacen los hoteles del arco mediterráneo en tres grandes cadenas? Este sector es tan grande que por mucho que quiera no puede hacerlo. Tampoco tenemos tantos ejemplos de que concentrarse sea la panacea. En Italia, precisamente, están tremendamente atomizados", enfatiza.

A su entender, la panacea es que en Andalucía se produzca calidad y que la mayor cantidad sea virgen extra. "Aunque lo tenemos difícil, porque con 1,4 millones de toneladas por mucho que quieras correr en algún momento se te cae la aceituna al suelo y produces lampante. Se están controlando las plagas mejor que nadie. Cada vez hay más gente profesional. El campo está como un palmito. Lo que pasa es que nunca se han cumplido la ley de la oferta y la demanda", argumenta.

En cuanto a la idea de que cada vez se venda más embasado, COAG considera que quien lo propone no es consciente de la dimensión del sector. "Italia tienen 200.000 toneladas al año, que no es lo mismo que 1,4 millones. Lo venden envasado y gracias a su turismo y a que su Gobierno tiene previsto todo lo necesario para que el productor venda directamente, pueden hacerlo". Considera que en Andalucía, con todos los procesos burocráticos que existen, por ejemplo, es inviable. Además de que es imposible enajenar tan ingente cantidad de oro líquido y venderlo como lo hace Italia, las dimensiones no son las mismas, ni por asomo.

Modernización, concentración del sector, regulación de los precios son algunas de las ideas que se trabajan. Todos con un denominador común: el sector olivarero lo está haciendo bien. Le quedan retos, sí, pero va por buen camino.