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La Marea Amarilla tiñe Granada

Por Antonio Pulido Casas - Febrero 11, 2023
La Marea Amarilla tiñe Granada
Foto: Juan Carlos Fernández.

La afición del Jaén Paraíso Interior recibe al equipo con su color característico y coloniza la mitad del Palacio de los Deportes para demostrar por qué son la mejor de España

El Jaén Paraíso Interior esquiva la pena máxima

Si los resultados del deporte dependieran de cuánto animan sus seguidores, no habría duda de quién sería el campeón de todo. Los aficionados del Jaén Paraíso Interior continuaron con la tradición instaurada de sede elegida, sede amarilla. El Palacio de los Deportes de Granada no fue una excepción para los últimos cuartos de final de la XXXIV Copa de España, donde más de la mitad del pabellón lucía el color preferido de los jiennenses.

De hecho, tal era la intensidad en las gradas que ni siquiera un Thunderstruck a todo volumen podía solapar los cánticos de la Marea Amarilla. Y si en el interior ya era una cálida bienvenida al equipo, también lo fue en las inmediaciones de Los Cármenes: bengalas y coreografías al son del que fuera campeón de este torneo tanto en 2015 como 2018, el único que lo ha conseguido en las últimas dos décadas que no se llama Barça, Inter o ElPozo.

Por ser febrero y aunque el 28 quede lejos, el himno de Andalucía no se demoró tanto en aparecer y que así se sumaran todas aquellas butacas que tenían dueño bajo la bandera blanquiverde. Es la ventaja de que se juegue “en casa"... y no sólo por el colorido, pues si uno cerraba los ojos creería estar en pleno Olivo Arena. Cada jugada dudosa elevaba los decibelios para, en la medida de lo posible, decantar la balanza hacia el lado de los de Dani Rodríguez.

Ni siquiera el gol de Mancuso a los ocho minutos apaciguó el ánimo de la hinchada: enseguida se revolucionaron los “Jaén, Jaén” para evitar caer en el letargo. Cuando nos vuelvan a preguntar si es posible que un pabellón pueda latir, diremos que sí. Era imposible no darse cuenta de que la afición jugaba (y mucho). Sólo quedaba que cayera el empate para que también lo hicieran las gradas. La quinta falta del Palma y la expulsión de Tayebi hicieron crecer las alas al hormigón hasta que el pabellón voló con el empate de Mati Rosa. Todo era ruido y vítores de alegría hasta el descanso.

Las palmas volvieron a sonar después de los vestuarios para mantener el estado de gracia que se había sentido en los primeros 20 minutos, cada vez más entonadas. La tensión conforme pasaban los minutos no encogió las gargantas, siempre con la esperanza como combustible.

Fue imposible evitar que la eliminatoria se decidiera desde el punto de penalti. Esta vez salió cara y el Jaén Paraíso Interior jugará otra semifinal copera. Lo que no es cosa del azar es que su afición se lleva el oro casi siempre.

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