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La guitarra de Mariano Cárdenas deja de sonar para siempre

Por Javier Cano - Agosto 29, 2020
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La guitarra de Mariano Cárdenas deja de sonar para siempre
El guitarrista Mariano Cárdenas durante una actuación en Jabalcuz, en 2008.

El músico jiennense falleció el pasado jueves a los 59 años de edad, después de una larga enfermedad que lo mantenía apartado de la actividad artística

El "negro aljibe de madera", como definió Lorca la caja de la guitarra, parece más negro que nunca desde el pasado jueves, cuando uno de sus grandes maestros jiennenses dejó, definitivamente, de acariciar las seis cuerdas. 

Mariano Cárdenas Palacios, nacido en Jaén en 1960, falleció a los cincuenta y nueve años de edad después de un largo proceso que, finalmente, lo condujo ayer viernes al cementerio de San Fernando, donde recibió sepultura mientras el verano de la ciudad parecía recitarle aquellos versos que él mismo escribió en honor del amigo muerto: "Un llanto de violonchelo / baja por tus sienes yertas. / Lirios ya vienen cantando / por el azul de tus venas...//.

Como legado deja una huella imborrable en multitud de alumnos que pasaron por sus clases particulares y en discos como Huellas, pisadas y pasos o El sonido del aceite, entre otros.

Imprescindible en el calendario cultural de la capital de la provincia durante las décadas de los 90 y hasta bien entrado el siglo XXI, el artista, formado en el Conservatorio de Jaén, participó en numerosos recitales de poesía y música junto a escritores de la tierra, acompañó el cante de Polluelas o Rosario López y destacó también como poeta en el grupo y revista Claustro Poético desde sus principios, allá por 1995.

En el año 2000 estrenó en el Festival Etnosur su obra músico-poética Las miradas de Shaprut, inspirada en el célebre médico judío jiennense, con la que cosechó críticas laudatorias y el aplauso del público:

"La música y la palabra se funden en una obra que es imposible asimilar en su conjunto debido al enorme calado metafísico que encierra, haciendo que el espectador/a se vea envuelto en un espacio distinto de su propio interior, como si de una oración se tratara, llegando a sentir por momentos la levitación del alma o espíritu, con unos sones y una prosa poética que tiene mucho de esotérica, como los misterios más herméticos, como la vida del propio Hasday", escribió Rafael Cámara, presidente de 'Iuventa'.

 

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