"Es impresionante la variedad de mariposas que tiene Sierra Mágina"

"¿No eres tú, mariposa, /  el alma de estas sierras solitarias, / de sus barrancos hondos /  y de sus cumbres agrias?" preguntaba Antonio Machado, observador contemplativo de las pequeñas cosas, a una de esas preciosas lepidópteras que vio, una mañana de 1915, en los campos de la sierra de Cazorla. Como el poeta sevillano, Bernardo Quesada Galiano (Huelma, 1959) ha dedicado su vida a la docencia y, una vez jubilado, tiene en Sierra Mágina un venero inacabable para saciar su insaciable afición a ese emperifollado insecto al que los italianos llaman farfalla. De sus estudios, precisamente, da buena cuenta su participación en el libro Mariposas diurnas de Sierra Mágina, recientemente presentado en el municipio huelmense.

—¿Cómo surgió la idea de elaborar una guía sobre las mariposas diurnas de Sierra Mágina?

—La idea surgió de Rafael Obregón, uno de los autores de la guía junto con Juan Manuel Sánchez y conmigo; un hombre joven, de treinta y cinco años, doctorado hace poco y con una beca de investigación en la Universidad de Córdoba, sobre temas de biología. Estudió las hormigas de Sierra Mágina y como su afición principal es el estudio de las mariposas, empezó a observar en 2009 que había en Sierra Mágina mucha variedad de especies. Él tenía algunos registros, pero en 2014 empecé a aficionarme yo también. Me gusta pasear por el campo y empecé a hacer fotos de mariposas. 

—Casi por casualidad, entonces.

—Hay una página, un grupo de Facebook, que se llama 'Mariposas diurnas de Andalucía'. Todo el que quiera sube una foto de una mariposa y los expertos se la identifican. Ahí, Rafael Obregón "me pilló". Él también se ha pateado toda esta zona, pero a mí me coge más cerca y claro... Desde 2014 nos hemos pateado toda la sierra y, ahora, más que una guía hemos hecho un atlas: la recogida de todas las especies de mariposas diurnas que hay en Sierra Mágina, ciento seis especies.

—Nada más y nada menos.

—La verdad es que representan el 75 por ciento de las que hay en Andalucía. Hay que tener en cuenta que Sierra Nevada, por sus características y su altura, es la que más tiene. Pero un parque natural como el de Mágina, tan pequeñito, que tenga esa variedad de mariposas la verdad es que es impresionante. 

—¿Qué tiene Sierra Mágina que justifique esa riqueza biológica?

—Hay unas especies de alta montaña que vienen de la época glacial, de hace unos miles de años. Cuando se retiraron las glaciaciones, algunas de esas mariposas se quedaron en sitios altos como Sierra Mágina, donde se conservan algunas variedades de que se quedaron como en islas de aquella época; ese es uno de los fenómenos que se da en Sierra Mágina y no se da en otros lugares, como Sierra Morena o la sierra de Córdoba, por ejemplo.

—¿Esa afluencia de variedades convierte esta sierra en referente para aficionados al mundo de las mariposas?

—Lo mismo que hay aficionados a la ornitología, por ejemplo, los hay a las mariposas, gente que viene de Europa aquí al Sur, para ver mariposas que allí no tienen. Sierra Nevada es la cuna de los lepidópteros, pero creo que esta guía que hemos publicado puede hacer que venga gente. Una cosa muy interesante que tiene el libro es que hemos diseñado cuatro itinerarios, que teníamos pensado realizar con el Ayuntamiento, hacer un recorrido cortito, de dos o tres kilómetros, para que todo el que quisiera apuntarse disfrutara de las mariposas, aprenda a fotografiarlas...

—¿Se puede hablar de especies endémicas de Sierra Mágina?

—No. Lo mismo que hay cuatro o cinco plantas que no las hay más que aquí, de mariposas no tenemos ningún endemismo. Sobre todo hay dos especies: Cyaniris semiargus y Euphydrias desfontainii, que no son endemismos pero sí que son muy raras; a quien le gusten las mariposas, por esas dos seguro que haría un viaje a Sierra Mágina para fotografiarlas. Unos años abundan más que otros, depende del tiempo que ha hecho, la humedad, la lluvia... Este año ha sido bueno para observar mariposas. 

—¿Se trata, entonces, de una población nómada que hace estación en estas tierras camino de otros destinos?

—Las mariposas tienen un periodo de dispersión, es decir: que se buscan la vida. Por ejemplo, hemos detectado mariposas del almez en las cumbres de Sierra Mágina, pero aquí hay muy pocos almeces, se pueden contar con los dedos de la mano. Es decir, que están por aquí de paso. Luego están la Vanessa cardui y la Vanessa atalanta, que hacen unos vuelos tremendos; bajan desde el sur de África, se van al norte de Europa en verano, pasan por aquí y algunas se quedan. 

—Hablaba usted de unos itinerarios para conocer las variedades existentes en la zona. ¿Cree que estas rutas podrían convertirse en una oferta interesante para el bioturismo? 

—Sobre todo las hemos hecho pensando en que la gente de la zona de Sierra Mágina, de sus pueblos, los institutos... La idea es que se conciencien de esa riqueza biológica que tenemos en cuanto a biodiversidad de mariposas. Primero hay que concienciar de lo que tenemos, ver en qué condiciones, en qué lugares y de qué manera se echan los insecticidas, por ejemplo... En segundo lugar, si se enteran en otros sitios de España y en otros países de que aquí, por ejemplo, hay Cyaniris semiargus y Euphydrias desfontainii, seguro que vienen a observarlas, es un valor que se suma a lo que ya tiene Sierra Mágina.

—¿Ha interrrumpido también el coronavirus actividades como esas rutas?

—Este año ya no da tiempo a salir, hay que hacerlo de abril a julio, cuando están en apogeo, cuando más variedad se puede ver. El Ayuntamiento me ha dicho que está dispuesto a hacerlas el año que viene, si las condiciones lo permiten.