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Maui alumbra un Etnosur de maravillas

Por Fran Cano - Julio 20, 2019
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Maui alumbra un Etnosur de maravillas
Maui canta en la Plaza del Ayuntamiento de Alcalá.

La artista Maui se gana al público en la Plaza del Ayuntamiento; el Paseo de Los Álamos recupera la imagen de música y gentío; el Piripipao abre sus puertas y comienzan los primeros conciertos

Subió el voltaje la primera jornada de Etnosur a partir de la tarde. El Paseo de Los Álamos volvió a ser invadido por decenas de etnosureños, hombres y mujeres —jóvenes y mayores— que bailaban semidesnudos retando al calor mientras sonaba la música del más que consagrado Etnochill, ayer con Tomás Ballesteros y Dj Merl a los mandos.

Ganó vibración el centro de Alcalá, y se dejaban ver escenas muy del festival: un hombre aprovechando una bolsa para darle de beber a su perro; las pistolas de agua como recurso ante las altas temperaturas; y más de uno entrando y saliendo de la fuente del paseo.

Aún con la luz en la calle, la programación condujo hacia la Plaza del Ayuntamiento a las 20:00 horas. La mayoría de quienes transitaban El Llanillo iban a darse cita con los bares de la plaza, todos llenos.

—Este año hay más gente que el primer día del año pasado —apuntó un vecino.

Esperaba Maui, cantante sevillana que se presentó con un tocado rosa, un vestido de lunares y una faldas de colores chillones. Ella también desafiaba a la flama desde la vestimenta.

—Querían traerme aquí hace 20 años. Soy una joven promesa de 40 —dijo una intérprete que ha llegado al quinto disco tras 16 años de carrera.
Cantó Baldosas amarillas en el estreno de los conciertos de Etnosur 2019 y llevó al público a un tour de letras por Andalucía, desde Cádiz hasta Granada, y lo hizo no sólo con canciones sino desde un personaje que tanto interpretaba como interpelaba directamente con los asistentes. Maui dejó una versión genial de Procuro olvidarte y consiguió que la gente le hiciera los coros ya en la recta final de la actuación: shalalalá, shalalalá, le devolvía la plaza.

Se hizo de noche con la actuación de Maui, cerró el circo —hoy hay más— y el Piripipao, recinto donde conviven comidas de todo tipo, empezó a recibir a comensales. Entre las 21:30 y las 22:00 horas la asistencia se multiplicó; con el paso de los minutos era difícil encontrar hueco en las mesas y bancos. La cola en el Wok para comer fideos era importante. Kebab, pizza, patata asada, carne, hamburguesa, crepe dulce y salado. Hay para elegir.

Una de las vendedoras desapareció por unos segundos antes de volver animada al puesto. Había empezado a cantar la Orquesta Akokán. Los ritmos urbanos desembocaban en versos pegadizos como 'esto se acaba, el mambo ya se acaba'. César López, uno de los integrantes, maravilló con los solos de flauta. Llegaron después Pieles, Kyekyeku & Ghanalogue Hihglife, Los Vecinos del Callejón y los Djs Andaluces por el Mundo. Desde antes de la medianoche hasta la madrugada. Acabó el día uno de Etnosur vivo. Con ganas de seguir.

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