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"Voy a llevar esta medalla por siempre en el corazón"

Por Javier Cano - Febrero 11, 2021
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"Voy a llevar esta medalla por siempre en el corazón"
Gutiérrez da instrucciones como hermano mayor de La Caída.

Las hermandades no tienen secretos para Antonio José Gutiérrez Moreno (Baeza, 1972). Hermano mayor, miembro de junta de gobierno, pregonero, capataz, horquillero, costalero, tertuliano, fundador... Si habrá hecho cosas (y buenas) en este mundillo que, a sus 48 años largos, la Agrupación Arciprestal de Cofradías baezana acaba de convertirlo a este técnico en emergencias sanitarias en el hermano más joven en recibir su medalla de oro. Una histórica distinción que se suma a un curriculum cofrade de esos que apabullan. 

—No se recibe un galardón como este todos los días. ¿Se imaginaba que su cuello era candidato a sostener la medalla de oro de la Agrupación Arciprestal de Cofradías de Baeza?

—No, no, ha sido una gran sorpresa, porque lo normal no es que se dé la medalla de oro precisamente a personas jóvenes. Se suele entregar a gente con una trayectoria cofrade muy larga. Me llamaron, como tantas veces, para hablar de la Semana Santa y demás, y de pronto me lo dijeron. La verdad es que fue una sorpresa.

—¿No la esperaba, ni remotamente?

—Me hubiera esperado cualquier cosa menos la concesión de la medalla de oro, de hecho se lo hice ver, creo que no es el momento. Pero me contestaron que era merecedor de la medalla de oro, que hay motivos suficientes. Por edad no me correspondía, pero bueno. En este caso ha sido votado por mayoría absoluta, así que...

—Su curriculum cofrade es extenso e intenso pero, ¿qué méritos cree que ha tomado en cuenta la institución para hacerle acreedor de una distinción como esta?

—Bueno, dicen que he sido el cofrade que más joven empezó a trabajar por la Agrupación de Cofradías. Llevo treinta años, primero como colaborador, luego como vocal en varias juntas directivas y vocal de Cultos y Espiritualidad durante seis años, además de coordinador del libro de la Semana Santa entre 2011 y 2016. También, en Baeza, el 90 por ciento de las cofradías sacaban sus pasos a ruedas, quitando El Paso y poco más, y yo fui uno de los promotores del cambio, de nuevo, a costaleros o cargadores; primero en La Vera Cruz en el 87, luego en La Caída en el 88 (mi cofradía de cuna) y al año siguiente, en el Corpus.   

—Y a partir de ahí el resto de hermandades, incluso el Corpus, ¿no?

—Soy sobrino de don José Melgares y, gracias a eso, le propusimos a principios del 89 que si las cofradías éramos capaces de llevar a Cristo a hombros, ¿por qué no podíamos sacar al Santísimo Sacramento en andas? Él nos dio todas las facilidades habidas y por haber para ello, para que lo lleváramos cien jóvenes en unas andas impresionantes. Recuerdo que aunque el capataz que lo llevaba a ruedas toda la vida era Fernando Lucena, yo trabajé para sacarlo a hombros, para traer a un grupo de jóvenes que en nuestra vida nos habíamos puesto un traje, para sacarlo a hombros dignamente. 

—¿Por qué ama tanto la Semana Santa de su tierra, qué tiene?

—La Semana Santa de Baeza es pasión, es cofrade, ¡tiene tantas cosas...! Se une una Semana Santa extensa en cofradías (somos veintiuna), en una ciudad Patrimonio de la Humanidad, y yo creo que el conjunto en sí de la Semana Santa en la calle, la manisfestación de fe, y la propia ciudad hacen un conjunto insuperable, maravilloso y que la convierte en única. 

—Esta vinculación, este amor suyo al mundo cofrade, ¿le viene de familia?

—No lo llevo tan arraigado. Mi cofradía de cuna sí ha sido La Caída, mi padre era un cofrade de salir de casa con la túnica puesta, la cara tapada y en la fila con su cirio. Y a mí,desde que era muy pequeñito, me llevaba de la mano y siempre intentaba ir al lado justo del Cristo de la Caída. Incluso tengo recuerdos de ir sentado en una de las esquinas del paso (que tiene forma de copa) cuando me cansaba. Mi padre no era de junta ni nada de eso: su túnica, salir el Miércoles Santo y punto. Y a mí me hicieron mi túnica y a partir de ahi...

—Su padre, su tío José Melgares... ¿Son sus referentes cofrades, sus grandes influencias?

—Hay personas que me han influido muchísimo: el hermano mayor que entonces había, Juanito Palomares, que desde muy pequeñito me introdujo en La Caída, me llamaba incluso para que llenara los cirios aquellos de gasoil que teníamos, limpiar cera... Y mi tío; yo he sido monaguillo de la catedral cuando su restauración y su recuperación, que la hizo él. Ahí sí estuve muy metido en temas de Iglesia y cofradías y a partir de ahí... Esas han sido las personas que más me han empujado.

—El peso de esta medalla de oro debe de ser tan grande como el honor de recibirla, ¿verdad?

—Por supuesto, supone una responsabilidad muy grande y una satisfacción impresionante, por dos cosas: primero por una distinción tan grande, con la cual te valoran no solo lo que has hecho por tu cofradía, en este caso en La Caída, donde he estado nueve años de hermano mayor, sino a nivel de todas las cofradias. Yo lo mismo he colaborado con los costaleros que donde he podido, y que te valoren eso es para sentirse muy muy orgulloso. Lo voy a llevar siempre en el corazón, voy a ser el cofrade más joven que recibe la medalla de oro, que parece que se suele dar cuando la persona es más mayor, o cuando se está muriendo.

—¿No se la habrá tomado usted como una indirecta?

—No, [no, la verdad es que no [ríe].

—Y a partir de ahora, Antonio, ¿qué?

—A seguir trabajando por mi hermandad, por mi Semana Santa, por Baeza, porque lo merece y es lo que sé hacer. 

 Antonio Jesús Gutiérrez, como capataz del cuerpo de horquilleros del Corpus baezano en 2017. Foto: Pedro Salcedo
Antonio Jesús Gutiérrez, como capataz del cuerpo de horquilleros del Corpus baezano en 2017. Foto: Pedro Salcedo

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