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Mengíbar alumbra la gloria del ascenso

Por Fran Cano - Mayo 19, 2019
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Mengíbar alumbra la gloria del ascenso
Fotografías: Juan Carlos Fernández.

El equipo de Javi Garrido vence 5-0 a Manzanares y luchará por el ascenso a Primera División ante el Córdoba

Tarde noche mágica en el Pabellón Sebastián Moya Lorca. Ganó el Software del Sol Mengíbar el duelo decisivo frente a Manzanares. Los manchegos volvieron a hincar la rodilla en feudo visitante tras ganar el primer partido de la semifinal del play off. Consumado el 5-0 de hoy, a los muchachos de Javi Garrido sólo les queda un obstáculo antes de ser equipo de Primera División: el Córdoba será el oponente en la final.

Nadie como José López para explicar el transcurso del Mengíbar en los primeros veinte minutos: la calidad inicial dio paso a la garra defensiva. Es decir, del sometimiento a ser sometidos por el rival. El 22 local estuvo en casi todas las acciones reseñables.

Avisaron antes Colacha y Ureña, pero quien consiguió batir a David Juárez y firmar el único tanto de la primera mitad fue López. El cierre se sacó un derechazo desde la esquina que besó la escuadra. Después se fue al centro de la pista, obvió a los compañeros que lo abrazaban, buscó con mirada de loco a la grada y se besó el escudo una y otra vez. La gente del 'Sebastián Moya Lorca' festejaba el zambombazo del guerrero.

Ocurría más tarde que López volvió a sus quehaceres de muralla: cada vez que interrumpía una acción del rival abría los brazos y cerraba los puños. Máxima intensidad. Un tiempo muerto despabiló a los manchegos a partir de la figura de Pepe, el mejor de los visitantes. El 15 de Manzanares exhibía recursos e invitaba a los suyos a seguirle hacia Rafa. Miguelao evitó precisamente que Pepe fusilara al arquero mengibareño. También forzó un empujón absurdo de Colacha, desquiciado detrás de la pelota, capaz de cometer faltas muy lejos de su portería.

La valentía de Manzanares, que ganó en el primer partido y perdió en el segundo con sensaciones muy parecidas, es deudora de Juárez, un portero que a menudo se olvida de serlo para crear superioridad. Se fue una volea de Mel muy cerca del palo de Rafa. Y halló respiro el Mengíbar en una ocasión clarísima para haber aumentado la ventaja: marró Orellana un pase fantástico de Ureña ya con el portero manchego sin opciones de parada. La pelota pegó en el larguero, y después se estrellaría contra otro palo. Adivinen quién sacó un zurdazo desde fuera del área: omnipresente José López.

Lo intentó con calidad Pepe, señor del partido con permiso del 22 del Mengíbar. La hinchada gritó 'atraco' por una falta que sufrió Juárez otra vez cometida por Colacha. El castigo podía ser altísimo para el combinado de Garrido: doble penalti. Chin tomó carrera, se quejó de que el 9 rojo obstaculizaba su cita con el balón, se tocó las suelas de las zapatillas y, tras tanto ritual, la mandó al palo. El Mengíbar celebró el descanso.

DE RESISTIR A REMATAR CON UREÑA Y LÓPEZ

Buendía apareció en un contragolpe que sirvió para sacarle amarilla a Pepe. Salvó los muebles José López cuando la escuadra manchega ya cantaba el empate. Manzanares dominaba obligado por el marcador. Mel lo intentó con Colacha enfrente, pero su disparo se fue desviado. Ureña aprovechó una contra para plantarse delante de Juárez. También le faltó precisión al remate. Como a Orellana, en otra internada de mérito.

Las piernas no entendían de cansancio a falta de diez minutos para el desenlace de la semifinal. Y Pepe apareció de nuevo, controlando el esférico con la izquierda y rematando a la media vuelta. El gol se le resistía al conjunto manchego, dominador, pero bajo las cuerdas. Kiki mandó a las nubes otro contragolpe comandado por Gil. Miguelao tuvo enseguida el segundo, pero se hizo grande, enorme, Juárez. Halló un breve reposo el equipo de Garrido y despertó el olé de la grada, que sabía que la victoria estaba muy cerca. Y más aún con el tanto de Ureña a menos de seis minutos. Una pérdida de Manzanares la capitalizó el 8 mengibareño, que enchufó todavía más al público.

El protagonismo regresó al hombre del inicio: José López se encontró una pelota en mitad del campo para hacer el tercer tanto. Abocado ya Manzanares a la épica del portero-jugador, el ánimo se había volteado. Tes goles de diferencia parecían imposibles.

Rondaba el tanto de la honra el equipo blanco, y hubo tiempo para que José López se las tuviera con Nacho Gil, que tuvo que ser sujetado por sus propios compañeros. Ureña volvió a aprovechar las circunstancias para mandar un balón desde su campo hasta la meta vacía del rival. Cuarto tanto y fiesta desatada en el pabellón. El quinto fue un déjà vu, esta vez firmado por Orellana en el minuto 39. La gloria del ascenso es un sueño cada vez más real.

Galería de fotos: Juan Carlos Fernández.

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