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La emoción preside los actos de La Malena 2020

Por Javier Cano - Julio 25, 2020
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La emoción preside los actos de La Malena 2020
Autoridades, sacerdotes y asistentes a la misa en San Pedro, el pasado miércoles. Foto: Ayuntamiento de Mengíbar.

La misa en honor de la patrona de Mengíbar y un Homenaje al ausente en formato virtual suplen el programa de la feria de este año, frustrada por la pandemia

Del 21 al 25 de julio de cada año, mengibareños y jiennenses de toda la provincia tienen una cita festiva en la Ciudad de la Torre en torno a su patrona, Santa María Magdalena. Así ha sido de toda la vida hasta que, en 2020, el coronavirus se ha interpuesto entre la devoción, las ganas de feria y la tradición de un municipio que se vuelca con la que es su alcaldesa perpetua desde 2016.

Sí, la pandemia ha derribado también la principal ficha local del dominó de costumbres y sentimientos de Mengíbar, la ha vaciado de celebración o, al menos, lo ha pretendido, porque la gente de este pueblo, como la de la canción de Carlos Toro y el Dúo Dinámico, resiste para seguir viviendo, se vuelve de hierro para endurecer la piel y no consiente que La Malena pase así, como si nada, por sus calendarios.

Quedó claro el pasado miércoles, a partir de las nueve de la noche, cuando la iglesia de San Pedro Apóstol acogió la misa en honor de la santa que, entre tantos otros, Corregio retrató delicadísima a los pies de Cristo, recién resucitado.

Con el aforo limitado por los protocolos de seguridad, la eucaristía resultó multitudinaria gracias a las redes sociales, que se convirtieron en una inmensa basílica digital para acoger a tantos hijos de Mengíbar como querían postrarse ante la Magdalena para darle gracias porque el Covid-19 ni lo haya rozado o para pedirle por los suyos, para que ni les roce de aquí en adelante.

Presidida por el párroco de La Inmaculada, Miguel Ángel Solas, y concelebrada por eltitular de San Pedro, Antonio Lara, la cita religiosa contó con la presencia de la Corporación Municipal con el alcalde, Juan Bravo, a la cabeza; el jefe de la Policía Local, el sargento del puesto de la Guardia Civil, la presidenta, directivos y hermano mayor de la cofradía... 

¡A gloria sonaron las voces de la Coral Villa de Mengíbar bajo las bóvedas del hermoso templo, que ilustró una ceremonia emocionante por su solemnidad y por la afluencia de vacíos en sus bancos! No hay mascarilla que esconda el brillo de los ojos ni distancia social que impida advertir ese nudo que, camino de los ojos, se licúa en lágrima.

El padre Solas puso como ejemplo de fidelidad a María Magdalena y estableció un paralelismo con la querencia de Mengíbar a su patrona, a la que no podía dejar de venerar en estos días señalados de sus fiestas. 

Un día después, el jueves 23, se vivió otro de esos momentos que habitualmente rezuman alegría, contacto, memoria... pero que, este año, requirió de las nuevas tecnologías para evitar el más mínimo de los riesgos de contagio (así es este virus, capaz de herir de muerte a través de un abrazo o una mano estrechada: ¡no va a haber labios para tanto beso cuando todo esto acabe!).

El tradicional Homenaje al ausente fue digital, qué se le va a hacer, es lo que hay, pero ni un emigrante se quedó sin el recuerdo de sus hermanos de tierra, de sus paisanos. "Nos encontramos en el salón de plenos del Ayuntamiento, prácticamente vacío, ya que sólo están presentes concejales de la Corporación, representantes del municipio, que están sentados muy separados en los bancos del público, y nuestro cronista", anunció Anabel Cruz, concejal de Festejos.

Emocionada ante esta situación, la edil continuó: "Sin embargo, las nuevas tecnologías nos van a unir en la distancia y podremos compartir las palabras de nuestro alcalde para vosotros, los ausentes que os hacéis presentes en esta cita cada año, y la historia local, de la mano de don Sebastián [Barahona]".

Sí, el ilustre hijo predilecto de la Ciudad de la Torre tiró de erudición, de sabiduría y, con estas armas, desarmó la entereza de los mengibareños que no tienen la suerte de pisar, cada día, la sábana de asfalto de su cuna. Habló de historia y de intrahistoria y, con el mejor de los sabores en los oídos, dejó al alcalde que pusiera el epílogo a esta cita con lo más hondo, con lo más entrañable: 

"Creíamos que teníamos que celebrar este acto porque, en un año tan convulso, tan complejo, repleto de dificultades, altibajos y momentos de dolor, necesitábamos más que nunca el reencuentro, aunque sea desde la distancia", confesó Juan Bravo al iniciar su intervención.

No quedó ni una pantalla de móvil o de ordenador a la que no hubiera que pasarle un pañuelo después de las palabras del alcalde: "Por tanto, y como todos los años, os traslado a los emigrantes, en nombre del Ayuntamiento y de los vecinos que residen actualmente en Mengíbar, el más caluroso y afectuoso abrazo de vuestro pueblo, que, aunque estéis ausentes físicamente, os tiene siempre presentes", sentenció Bravo. 

Hoy, 25 de julio, último día de esta feria diferente, Mengíbar se reencuentra con la extraña cotidianidad que procura este estado de incertidumbre a la par que empieza a preparar, con más deseos que nunca, sus fiestas de 2021, siempre de la mano de su protectora, de su patrona, de su alcaldesa perpetua, de La Malena.

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