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Mucho más que un mercadillo solidario

Por Javier Cano - Enero 26, 2020
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Mucho más que un mercadillo solidario

Las camareras de la Virgen de la Capilla se vuelcan en su rastrillo para conseguir fondos y cubrir las necesidades de aseo personal de familias del barrio, a través de Cáritas

La Ilustre, Pontificia y Real Cofradía de Nuestra Señora de la Capilla tiene en la caridad uno de sus principales objetivos, si no el que más. Ahí está su activa vocalía, que en cuanto conoce una situación de necesidad en el barrio de San Ildefonso se vuelca en procurar a cada problema una solución.

Y no solo eso, no. En la mismísima Albania tiene su proyecto caritativo de mayor envergadura esta hermandad cuyos oídos están especialmente afinados para escuchar a quienes, a veces en silencio, claman para poder salir adelante. Sí, el pago de alquileres, recibos de suministros básicos y otras carencias perentorias es una constante en la entidad que gobierna, con su junta, Suli Colmenero.

Para muestra, un botón. Desde el pasado miércoles, su sede en la calle Vicente Montuno de la capital jiennense albergan un singular mercadillo solidario que cumple su segunda edición gracias al entusiasmo que le ponen las camareras de la Señora. 

"Un día, en la parroquia, escuchamos decir al encargado de Cáritas que le hacían falta productos de aseo personal para las familias necesitadas, y como ya estaba todo inventado para recaudar fondos se nos ocurrió la idea del mercadillo", recuerda Colmenero. El reto era, en aquella primera ocasión, llegar a los alrededor de seiscientos euros que no podían esperar; lo lograron y aquí están otra vez, a pie de 'tenderete'.

"Como la Virgen tiene sus camareras, todas aportamos cosas monas que llaman la atención, y va muy bien", aclara la hermana mayor. Prendas de vestir en perfecto estado, elementos decorativos que parecen recién salidos de fábrica, libros, complementos y un montón de cosas más que, además de enriquecer los ajuares domésticos, los fondos de armario o la sed de lectura, sirven para dar cumplimiento a algunas de las obras de misericordia que todo cristiano tiene la obligación de atender. ¡Y a qué precios!

"Aquí, lo más caro puede costar unos tres euros". Quien no ayuda, es porque no quiere. "Quiero transmitir el cariño que le pone la cofradía por lo poquito que vayamos a sacar, pero es que poquito a poquito podemos ayudar cada vez más", concluye Suli Colmenero. "La manera de dar vale más que lo que se da", escribió Corneille. 

El mercadillo solidario, que es mucho más que eso (un espacio para la fraternidad, un rincón cofrade a más no poder) se mantiene abierto, al menos, hasta finales de la próxima semana, en horario de seis a ocho y media de la tarde. Y la sede de la hermandad pilla de paso para casi cualquier camino.

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