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El compromiso y la hipocresía

Por Mari Carmen Arenas - Abril 16, 2023
El compromiso y la hipocresía
La actriz Millie Boby Brown, en un acto público. Foto: Wikipedia.

Hace escasos días que Millie Bobby Brown, actriz conocida por su papel en Stranger Things, anunció su compromiso con Jake Bongiovi, hijo de Bon Jovi. La noticia de que una pareja se casa ha inundado las redes porque, claro, no son dos personas cualquiera; su cuenta bancaria tiene unos cuantos ceros más que la de la mayoría de los presentes y eso, sumado a que pertenecen a la esfera pública del famoseo Hollywoodiense, nos hace creer que tenemos la obligación de dar nuestra opinión.

Y, como era de esperar, Twitter se ha inundado de diversas discusiones sobre el tema. Lo que más destaca y se juzga, por encima de todo, es la edad de los prometidos. El juzgado tuitero de guardia considera que son muy jóvenes para casarse. La gente de su misma edad 'postea' memes comparativos diciendo que Milley Bobby Brown se casa y que ellos aún se llevan tápers hechos por su madre o que están deseando llegar a casa para ver un capítulo de Los Simpsons.

He leído la noticia mientras viajaba en coche e inmediatamente después de ver las reacciones he mirado por la ventana y, lo primero que he pensado ha sido: “Pero qué hipócritas somos”. Juzgamos que una chica que tiene la vida resuelta —que es mayor de edad, que ha vivido más experiencias y que ha trabajado más que mucha gente de cincuenta años— ha decidido casarse y, sin embargo, aplaudimos que menores de edad puedan tomar decisiones irrevocables con respecto a su persona y su cuerpo. Sí, sabéis de lo que hablo. Y sí, creo que es necesario hacer estas reflexiones para tomar el pulso a una sociedad que va a la deriva y sin rumbo.

Yo, desde mi parcelita en este mundo, aplaudo a Milley Bobby Brown. La aplaudo fuerte y quiero compartir mi reflexión: la edad, en algunas ocasiones y sobre todo alcanzados los 18 años, es solo un número. Lo que determina la capacidad para tomar decisiones, para desenvolverse en los problemas cotidianos y para afrontar la vida es, en definitiva, la madurez de la persona. Y esa madurez viene dada por varios factores: la educación, el entorno y las experiencias vitales.

Somos nuestras vivencias y nuestras circunstancias. Y estas no son lineales ni iguales para todo el mundo. Cada ser tiene sus tiempos y su ritmo y está igual de bien (o de mal, depende del caso) casarse a los 19 que a los 30 porque no va en función de las velas que has soplado sino de aquello que te ha llevado hasta ahí, hasta ese momento vital en el que miras a esa persona a los ojos y sabes, sin duda alguna, que quieres pasar el resto de tu vida con ella o, al menos, intentarlo.

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COMENTARIOS

Lorena Daroca

Lorena Daroca Abril 16, 2023

Que mundo este en el cual se sabe y se permite que hay niñas casadas con 13 años con hombres de 50 y no se incendia twiter por eso. Pero el caso es criticar todo, lo que nos da envidia, es que desde el sofá es muy sencillo señalar. Muy bueno el artículo.

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